Nuclearelectrica,
la empresa nuclear estatal rumana que dirige la
única planta nuclear en Rumania, que cuenta con 2 reactores
y planea construir 2 más,
con inversores chinos, ha encargado un estudio para analizar el
impacto de las actividades de fracturación propuestas por
Chevron, que tiene 3 permisos
de gas de esquisto al sur de la planta nuclear, en Cernavoda,
en la región sureste de Rumania,
en el condado de Constanta.
El estudio ha descubierto que la fracturación podría tener impacto
en la central de energía y ha advertido acerca de las actividades de
fracturación dentro de un radio de 100 km a
la redonda. Ha sido la primera vez que una voz del sector energético
se atreve a pronunciarse acerca de la fracturación.