domingo, 1 de febrero de 2015

Chevron abandona su aventura del gas de esquisto en Polonia


 Chevron anunció el viernes que abandonaría sus esfuerzos para encontrar y producir gas natural de esquisto en Polonia, en el que es quizá el mayor tropiezo en los incipientes esfuerzos por empezar una industria europea de petróleo y gas de esquisto que podría ayudar a reemplazar los menguantes recursos combustibles de la región. 

El desarrollo del esquisto en Estados Unidos ha sido una de las razones por las que la industria energética norteamericana ha experimentado un renacimiento en los últimos años. Tanto es así que ha contribuido al excedente global que ha propiciado la bajada de precios del petróleo. Pero Europa, que depende en gran medida de los combustibles importados, ha tenido problemas para empezar con el esquisto, por razones geológicas, medioambientales y políticas. 


Chevron anunció que abandonaba el proyecto en Polonia el mismo día que publicó un informe en el que quedaba patente que en el cuarto trimestre de 2014 sus ganancias habían caído hasta un 30% en comparación con el año anterior, hasta 3500 millones de dólares. La empresa culpaba en gran medida al bajo precio del petróleo.

De todas las compañías petrolíferas internacionales Chevron fue la que más se comprometió en Europa, centrando sus esfuerzos en el este. Excavó varios pozos exploratorios en Polonia y Rumanía, al mismo tiempo que firmaba acuerdos en Ucrania y Lituania.


Chevron anunció en un comunicado que no seguiría con sus operaciones en Polonia “puesto que las oportunidades aquí ya no compiten de forma favorable con otras oportunidades en la cartera de valores global de Chevron”. La compañía añadió que todavía está valorando los resultados de su pozo exploratorio en Rumanía.

Chevron, que ya se ha retirado de Lituania, mantiene una oficina en Ucrania. Pero esa operación se encuentra en un punto muerto con el gobierno de Kiev.
La retirada de Polonia por parte de la compañía refleja las presiones que hay sobre las empresas petrolíferas para recortar el gasto tras la caída del 60% en los precios del petróleo. Pero los esfuerzos en Europa también se han visto frustrados por la geología y la dura oposición pública que esgrime argumentos medioambientales. La extracción de petróleo y gas de esquisto implica el uso de una técnica conocida como fracturación hidráulica, o simplemente fracturación. 

Este proceso consiste en hacer estallar agua, arena y productos químicos en formaciones rocosas subterráneas para liberar el petróleo o el gas. Este proceso de perforación es muy controvertido porque, según temen los grupos ecologistas, supone un riesgo para el suelo y el agua subterránea, y para la salud humana. 

En Europa la historia del esquisto es la de mucho hablar y poco hacer. En Gran Bretaña, donde el gobierno del primer ministro David Cameron ha intentado dar un empujón a la industria, los esfuerzos por perforar han desatado el escepticismo de los departamentos de urbanismo así como ruidosas protestas ocasionales.

Francia, que tiene una geología prometedora, mantiene la prohibición sobre la fracturación. Alemania, también considerada un centro potencial de esquisto, todavía no ha dado luz verde a la exploración necesaria para confirmar si la geología del país es tan prometedora como se esperaba.

El gas y petróleo de esquisto han dado la vuelta a la industria energética de Estados Unidos, ayudando a aumentar la producción nacional de petróleo alrededor de un 80% en los últimos siete años.

Pero muy pocos países tienen los ingredientes que han hecho que el esquisto funcione en Norteamérica, como el sistema de propiedad del terreno que compensa a los propietarios por la producción de lo que se encuentra en su territorio. Además, Estados Unidos posee un sistema legal y fiscal que anima a la producción y proporciona permisos puntuales. También tiene una industria de servicios de petróleo y gas que es madura y puede proporcionar servicios como perforaciones y fracturación hidráulica de forma rápida y a un precio modesto. 

En los resultados financieros expuestos el viernes, Chevron anunció que sus ganancias en su unidad central de exploración y producción cayeron 2200 millones de dólares en el cuarto trimestre en comparación con el año anterior, compensando una mejora de su actuación en marketing y refinamiento.

Chevron es la última compañía en dejar Polonia. Antes que ella ya lo habían hecho Exxon Mobil, la italiana Eni y otras empresas más pequeñas.

Al principio de esta década, Polonia parecía el país con mejores oportunidades de Europa para poner en práctica las lecciones aprendidas en Estados Unidos. Aunque en este país europeo apenas había habido perforaciones de exploración, tiene grandes formaciones de esquisto que en teoría parecía que podrían producir grandes cantidades de gas natural. 

Además, Polonia tenía incentivos políticos para desarrollar una industria del esquisto que redujera su dependencia del gas que importa de Rusia. 
Pero hasta ahora Polonia sólo se ha añadido a la lista de experiencias costosas. Se han perforado 68 pozos en busca de recursos de esquisto, pero ninguno está en producción, según Grzegorz Pienkowski, uno de los directores del Instituto Geológico Polaco en Varsovia. 

Pienkowski dijo en una revista que las rocas con las que se toparon las perforadoras eran muy difíciles de romper. Al contrario de las formaciones de esquisto en Estados Unidos, que son frágiles y fáciles de romper por su contenido en carbonato de calcio, el esquisto polaco era plástico y difícil de fracturar. Además, algunas de las estructuras tenían material arcilloso que se expandía al entrar en contacto con el agua, interrumpiendo la corriente de agua.  

También señaló que los pozos excavados en Polonia hasta ahora constituían una diminuta fracción de los excavados en Estados Unidos, y que las pocas perforadoras que seguían trabajando sabían ahora cómo dirigir mejor sus esfuerzos, dando algo de esperanza para su éxito en el futuro. 

Pienkowski reconoció que en el mejor de los casos Polonia podría tener algunas áreas de producción “aisladas” más que un gran anillo de extracción continuada de esquisto, como se esperaba en un principio. La industria ha aprendido “una dura lección que ha costado mucho dinero”·

Traducido del artículo "Chevron to Abandon Shale Natural Gas Venture in Poland", publicado el 30 de enero de 2015 en The New York Times, y traducido por Lucía Candela Gutiérrez para Ecologistas en acción.