miércoles, 20 de abril de 2016

El fluído de retorno del fracking provoca cáncer

Aunque los defensores de la industria del fracking se burlan de cualquier indicio de que su así llamada industria vital plantee incluso escasos riesgos para el público, un nuevo estudio publicado en Toxicology and Applied Pharmacology (Toxicología y Farmacología Aplicada) acaba de demostrar que los críticos tienen razón: las aguas residuales del fracking provocan cáncer.

Utilizando células epiteliales bronquiales humanas, que se usan habitualmente para medir la carcinogénesis de las sustancias tóxicas, los investigadores confirmaron que el fluído de retorno del fracking de Marcellus Shale provocó la formación de tumores malignos.
Tras la realización de varios ensayos en mamíferos vivos, los investigadores encontraron que cinco de cada seis ratones a los que se les "inyectó con células transformadas de tratamientos de agua de pozo desarrollaron tumores solo 3 meses después de la inyección", incluyendo un tumor en un ratón que creció hasta 1 cm de tamaño en solo cinco meses. Un grupo de control no desarrolló ningún tumor durante los seis meses del período de estudio.
Según el estudio, realizado por científicos del Departamento de Medicina Ambiental, así como Bioquímica Molecular Farmacéutica en la New York University, la Escuela de Medicina Robert Wood Johnson en Rutgers y apreciados socios de las universidades de China: los resultados indican que el agua de reflujo del fracking causa cáncer.
Las implicaciones de las conclusiones del informe serían difíciles de exagerarse teniendo en cuenta cómo las aguas residuales del fracking se generan, almacenan y se tratan, y con qué frecuencia los derrames, las fugas (e incluso el proceso de inyección de aguas residuales, en sí mismo) pueden conducir a la contaminación del suministro de agua potable. Una explicación concisa pero completa del proceso de fracking se puede encontrar en la introducción del informe, "La transformación maligna celular en seres humanos del agua de reflujo perforada con gas de Marcellus Shale", que establece:
"Se cree que el gas natural es, posiblemente, un puente para la transición de la dependencia del carbón. Actualmente el gas natural aporta casi el 40% de la energía eléctrica de los Estados Unidos, y la formación del Marcellus Shale en la cuenca de los Apalaches está a la vanguardia de perforación con gas de esquisto para la producción de gas natural en los Estados Unidos. La minería de gas natural no es algo nuevo, pero el volumen se ha disparado en los últimos años debido a que la nueva técnica de gran volumen de fracking hidráulico horizontal (HVHHF High-volume horizontal hydraulic fracturing). En consecuencia, la preocupación que rodea a la salud ambiental, pública y los impactos sociales de este método ha aumentado. HVHHF es una tecnología avanzada que inyecta agua, arena y otros ingredientes a muy alta presión de manera vertical en un pozo con una profundidad de alrededor de 1.800 a 3.000 metros. La alta presión provoca fracturas en la roca que se extienden hacia fuera hasta 300 metros de distancia del pozo. La presión se reduce después de que las fracturas se hayan creado, lo que permite que el agua del pozo regrese a la superficie, también llamada agua de retorno. El agua de retorno contiene mezclas químicas complejas privadas, y también toxinas naturales tales como metales, compuestos orgánicos volátiles y compuestos radiactivos que se desestabilizan durante la extracción de gas. Como promedio, 21 millones de litros de agua se utiliza... para la fractura hidráulica en cada pozo de gas de esquisto, y el 30% y el 70% del volumen vuelve como agua de reflujo".

fracking
En las zonas donde la perforación de esquisto/ el fracking es pesado, una densa red de carreteras, oleoductos y plataformas de los pozos convierte los bosques continuos y pastizales en islas fragmentadas. Crédito: Simon Fraser University.
Las opciones para hacer frente a este flujo de retorno son algo limitadas. El informe continúa:

"En la actualidad las opciones de descarga de agua de reflujo son: inyectar bajo tierra a través de un pozo de eliminación in situ o externo, descargar a una superficie cercana de agua, transportarla a una planta de tratamiento de aguas residuales municipales o de obras de tratamiento de propiedad pública”, u otras opciones de tratamiento, transporte y/o reutilización.

Sin embargo, las preocupaciones sobre el contenido y los impactos de las aguas residuales son la razón por la que los investigadores estudiaron sus efectos:
"La contaminación por metales es un problema grave, ya que se absorben fácilmente en el tracto digestivo y manifiestan efectos nocivos en muchos tejidos. El bario y el estroncio abundan en la formación de Marcellus Shale y son fácilmente disueltos y transportados en el agua residual después de la actividad de perforación de gas, lo cual podría potencialmente representar una amenaza para el agua potable".

De hecho, en 2014, la firma de consultoría ambiental Downstream Strategies intentó diligentemente realizar un seguimiento del fracking del agua de la perforación en Marcellus Shale (tanto el agua extraída de fuentes para su uso en el proceso, así como las aguas residuales), pero resultó que era una tarea casi imposible.
"Simplemente no pudimos hacerlo", dijo el científico del equipo Meghan Betcher, según Yale’s e360.

Los requisitos reglamentarios que de otro modo divulgarían donde acaban estas cantidades masivas de agua no están siendo aplicados. Según el estudio de Downstream Strategies, "las compañías de gas utilizan hasta 16 millones de litros de agua limpia para hacer fracking en un solo pozo", y "más de la mitad de las aguas residuales son tratadas y descargadas en aguas superficiales como ríos y arroyos."

Además, en 2013, los químicos de la Duke University publicaron un estudio que encontró que "los peligrosos niveles de radiactividad y salinidad en un vertedero de fracking cerca de Blacklick Creek, que se alimenta de fuentes de agua para Pittsburgh y otras ciudades del oeste de Pennsylvania." Más preocupante todavía, después de estudiar muestras de tierra de los suelos durante dos años, entre 2010 y 2012, "Después de que las aguas residuales fueran tratadas en la planta para eliminar los productos químicos peligrosos, se detectó radiación muy por encima de los niveles regulados."

"A diario, los productores de gas y petróleo generan 7 mil millones de litros de aguas residuales," declaró el profesor de Duke Rob Jackson, según ha informado Business Insider. Aunque el sitio de eliminación cerca de Blacklick Creek ha accedido ostensiblemente a detener el almacenamiento o el tratamiento de los residuos de fracking de Marcellus Shale, la industria está lejos de ser limpia (o transparente).

"Producen más aguas residuales que hidrocarburos", dijo Jackson acerca de la industria del gas natural. "Esa es la implicación más amplia del estudio [de Duke]. Tenemos que hacer algo con estas aguas residuales ".

Teniendo en cuenta el estudio de Marcellus Shale y la relación ahora probada entre el cáncer y las aguas residuales del fracking acaba de adquirir una enorme importancia para millones de personas que viven cerca de miles de pozos en Estados Unidos, así como en otros países.

A medida que los investigadores de Downstream Strategie encontraron, debido a la falta de requisitos reglamentarios de información para la industria del fracking (ayudados en gran medida por su exención de la Ley de Agua Potable por decreto en 2005, Safe Drinking Water Act by law) "el destino del 62 por cien de los residuos de fracking es desconocido."

Los investigadores del estudio de carcinogenicidad del flujo de retorno afirman un progreso en sus hallazgos, la identificación de bario y estroncio como contaminantes de trazabilidad de fracking, que dicen que ahora deben designarse para mayor estudio. El estudio concluye:

"Investigación para determinar si los contaminantes asociados al fracking pueden migrar a pozos de agua potable públicos o privados, para identificar los indicadores de alerta temprana de la exposición y efecto, y para identificar si se necesitan urgentemente propuestas de saneamiento adecuadas."

Traducción del artículo "Here’s the New Study the Fracking Industry Doesn’t Want You to See" publicado en Antimedia por Claire Bernish el 16 de febrero de 2016