La
petrolera francesa Total acaba de ganar su batalla contra el Estado:
el Tribunal Administrativo anula la decisión que prohibía el
permiso de exploración de Montelimar. Una nueva prueba de los fallos de
la ley votada en julio de 2011. Los opositores ya convocaron una
manifestación el 28 de febrero en Barjac (departamento francés de
Gard). Explicación de los hechos.
Durante
el invierno y la primavera de 2011, una movilización ciudadana
masiva (vea este
relato) obligó al
Gobierno y al Parlamento, mayoritariamente de derechas, a votar con
urgencia una ley que prohibiera la técnica de la fractura
hidráulica. Aunque sea la única técnica utilizada para buscar y
extraer el gas y el petróleo de esquisto, el artículo 2 de esta ley
del 13 de julio de 2011 da a entender que existen otras técnicas
alternativas. Al mismo tiempo, el artículo 3 obliga a los poseedores
de licencias de búsqueda de hidrocarburos a informar a la
administración si pretenden utilizar la técnica de la fractura
hidráulica.
La
ley del 13 de julio de 2011 anima entonces a la industria a
ocultar sus verdaderas intenciones: como la ley reconoce la posible
existencia de técnicas alternativas, a un poseedor de licencias le
interesa comentar que va a utilizar una técnica alternativa y que
rechaza el uso de la fractura hidráulica. Como mínimo para ganar
tiempo. Todas las empresas en cuestión han tomando esta decisión
excepto una (Schuepbach por las licencias de Nant y de Villeneuve de
Berg), normalmente en contradicción con los documentos que habían
remitido a las autoridades para obtener dicho permiso.
Cero
alternativas
Es
el caso de Total para la licencia de Montelimar (4327 km2 que se
extienden desde el sur de Valence a la región de Montpellier, en
Francia). Tras la votación de la ley, la empresa reconoció que
quería utilizar las “técnicas de estimulación” “que estén
disponibles”, pero afirmó que no utilizará la fractura
hidráulica. A día de hoy, no está disponible ninguna otra técnica
de estimulación: el mismo Christophe de Margerie explicaba en el
periódico Le Monde en enero de 2013 que Total abandonaba el terreno
alternativo sobre el que la empresa trabajaba, mientras las empresas
que se jactaban de haber puesto a punto los métodos alternativos
jamás llegaron a convencer. Todavía peor, algunas han quebrado y/o
han sido condenadas por estafa en EEUU.
Licencia de Montelimar, Valence, Montelimar, Nant, Nimes
Más
de diez años después del comienzo de la producción industrial del
gas y del petróleo de esquisto, la única técnica utilizada es pues
la fractura hidráulica. Respecto a la ley francesa, es imposible la
explotación del gas de esquisto sobre la licencia de Montelimar. Sin
embargo, Total intentó conservar el permiso cueste lo que cueste,
sin ocultar su ambición: el apellido de la filial de Total poseedora
de la licencia es Total Shale Europe (el término shale
significa esquisto en inglés). No se puede ser más claro.
La
ministra NKM se extralimitó en sus funciones
En
otoño de 2011, el Gobierno de François Fillon decide anular las
licencias de Schuepbach pero también la de Total. Con razón para
Schuepbach: el 22 de diciembre de 2015 se rechazó su recurso ya que
la empresa no había excluido el uso de la fractura hidráulica. Por
el contrario, el Tribunal Administrativo acaba de “anular por
exceso de poder la orden de la ministra de Medio ambiente” que concierne
Total. En el 2011, para apoyar su decisión, el ministerio había
considerado que Total no era suficientemente claro sobre las técnicas
alternativas que contaba utilizar. Exacto. Pero la ley no vislumbra
este motivo.
Para
el tribunal, “la autoridad administrativa exigió precisiones que
no estaban previstas por el artículo 3”. “Fundándose sobre un
motivo ajeno a los previstos por la ley del 13 de julio de 2011, los
autores de la decisión cometieron un error judicial”, precisa el
tribunal y “la decisión [de anulación del permiso] está manchada
de un desvío en el procedimiento”. Entonces, anulando el permiso
de Montelimar, la ministra de Medio Ambiente Nathalie Kosciusko
Morizet se extralimitó en la justicia: la ley no le otorga ninguna
competencia para decidir sobre la sinceridad de la empresa o sobre la
verdad de las técnicas alternativas.
Una
ley deficiente
La
decisión del Tribunal Administrativo de Cergy-Pontoise
revela lo que los opositores al hidrocarburo de
esquisto siempre han señalado: la ley del 13 de julio de 2011 no
prohibió la búsqueda y explotación del hidrocarburo de esquisto.
“La ley sólo impide la técnica de la fractura hidráulica”,
como precisa el juicio del Tribunal Administrativo. Un fallo que
siempre fue muy criticado por los opositores a los hidrocarburos de
esquisto y que había empujado a los electos socialistas a no tomar
parte en la votación de 2011: se habían comprometido a completar la
ley una vez que estuvieran en el poder.
Hasta
hace muy poco no se había propuesto nada en ese sentido, ni del lado
socialista ni de la parte de los parlamentarios EELV o del Frente de
Izquierda (Front de gauche). Ya no es el caso a partir de ahora:
Sabine Puis, diputada del Partido Socialista francés (PS) de la
región de Ardèche, acaba de presentar en la Asamblea Nacional una
propuesta de ley relativa al diálogo medioambiental, que propone en
su artículo 9 la inscripción en el código minero el principio de
“la prohibición de toda búsqueda y explotación de hidrocarburos
líquidos o gaseosos no convencionales”, añadiendo “sea cual sea
la técnica de extracción utilizada”.
Congelación
de las reservas de petróleo y gas
Prohibir
la búsqueda y explotación de hidrocarburos en rocas sedimentarias
en territorio nacional sería un buen comienzo –incluido en las
zonas marítimas y ultramarinas del país-. Pero hay que llegar más
lejos. El Gobierno debería aprovechar para pedir a las prefecturas
el cese de instrucción de las 133 peticiones de permisos actuales
que están bajo estudio (datos del ministerio de diciembre de 2015).
De la misma manera, podría anular los permisos que están
actualmente en vigor y así declarar una Francia libre de búsquedas
de nuevos yacimientos de energías fósiles.
Se
conocen las razones. No se paró de hablar de ello el pasado
diciembre, durante la COP21. Es simple y se explica en cuatro
palabras: ¡Estado de urgencia climática! Para conservar la
posibilidad prudente de quedarse por debajo del máximo de 2 ºC
–hasta 1,5 ºC- de calentamiento climático máximo convenido por
el Acuerdo de París, entonces el 80% de las reservas de energía
fósiles deberían congelarse. No hay pues ninguna razón para
continuar buscando nuevos yacimientos, como reconoció la ministra
Ségolène Royal recientemente.
La
reforma del código minero, prevista a largo plazo, se presenta como
una oportunidad única para introducir el principio que congela las
reservas de hidrocarburos, debido a la urgencia climática. Sería un
gran avance histórico, más que reconocer los límites de la
búsqueda, la explotación y la combustión de energías fósiles. De
la misma manera, es una ocasión de hacer temblar cientos de millones
de euros (en Francia, pero todavía más a escala mundial), de la
industria de la búsqueda y explotación de energías fósiles hacia
la transición.
Es
tiempo de cambiar de paradigma.
Maxime
Combes, economista y miembro de Attac Francia.
PD:
una publicación así no habría sido posible sin la vigilia, las
alertas y los análisis de los colectivos ciudadanos que luchan
contra la búsqueda y explotación de los hidrocarburos (por ejemplo,
pero también otros). Les doy las gracias y también a sus animadores
que se sentirán identificados.
Artículo "En récupérant son permis, Total rouvre la bataille des gaz de schiste !" publicado en Mediapart el 29 de enero de 2016
Traducido por: Penélope García Fernández
penelopegf.traductora@gmail.com
Traducido por: Penélope García Fernández
penelopegf.traductora@gmail.com