Dos
de las productoras líderes en petróleo de esquisto en EEUU han
anunciado profundos recortes en los gastos de capital que tenían
planeados, ya que están ajustando sus presupuestos para hacer frente
al desplome de los precios del crudo.
Pronostican
también que su producción de petróleo y gas podría bajar, siendo
una muestra de cómo la presión financiera sobre las compañías
estadounidenses está teniendo un impacto cada vez mayor en la
producción de crudo del país.
La
compañía petrolera Continental Resources, con sede en Oklahoma y
dirigida por su fundador, Harold Hamm, anunció que recortaría su
gasto de capital en un 66% hasta quedarse en los 920.000 dólares,
recorte que se suma a la reducción del 46% que ya llevó a cabo el
año pasado.
Por
su parte, Hess, con sede en Nueva York, declaró que recortaría su
gasto de capital en un 40% este año, cifra que se añadiría al
recorte del 29% ya aplicado en 2015.
Harold
Hamm afirmó que el presupuesto de Continental Resources “confirma
que nos centramos intensamente en tener un flujo de efectivo neutro”,
lo que implica asegurarse de que el efectivo que la empresa genera
cubra el gasto de capital, de forma que la compañía no necesite
financiación adicional.
Greg
Hill, jefe de operaciones de Hess, afirmó que la compañía planeó
“reducir la actividad en todos nuestros activos” y que buscaría
“una mayor reducción de costes y mejoras en la eficiencia”.
John
Hess, director ejecutivo de la compañía, anunció que esta se
centraría en “conservar la fuerza de nuestro balance”.
La
financiación externa procedente de los mercados de deudas y valores
a las pequeñas y medianas productoras estadounidenses de petróleo y
gas se ralentizó de forma acentuada durante la segunda mitad del
pasado año.
Ambas
compañías, Continental y Hess, han sido las primeras petroleras
de Estados Unidos en anunciar sus presupuestos tras la caída de los
precios del crudo este año, que bajó hasta los 31 dólares por
barril el pasado martes.
El
coste por llenar el depósito en Estados Unidos ha bajado en picado,
alcanzando, en algunos momentos del año pasado, una caída del 40%.
Pero esta bajada no ha sido tan rápida como la del precio del
petróleo.
La
ralentización de la actividad en ambas compañías, Continental y
Hess, conllevará una reducción en su producción.
Continental
predijo una producción media de 200.000 barriles al día para este
año, lo que supone una reducción de un 5-9% con respecto a 2015.
Hess
afirmó que su producción sería de unos 330.000-350.000 barriles
diarios, cayendo así en un 7-12% su ratio de los primeros nueve
meses del año pasado.
Estas
bajadas suponen un brusco revés en comparación con el rápido
crecimiento de la industria petrolera estadounidense que hemos visto
en los últimos años.
Se
estima que la producción de Continental creció un 24-26% el año
pasado, según declaró la compañía, mientras que la producción de
Hess en los primeros nueve meses del año pasado superó en un 19% la
registrada en el mismo periodo del 2014.
Se
espera que la producción estadounidense de petróleo baje en 1.200
barriles diarios aproximadamente, lo que equivale a una caída del
12% partiendo de su punto máximo, alcanzado en abril de 2015, hasta
el final de 2016.
La
deuda neta de Continental rondaba los 7.100 millones de dólares a
finales de septiembre. La de Hess se situaba en los 2.950 millones de
dólares.
John
Hess afirmó que su compañía estaba “bien posicionada para
moverse en el actual entorno de petróleo a precios bajos, con un
balance y una liquidez que se posicionan entre los más fuertes”
dentro de las compañías petrolíferas independientes de Estados
Unidos.
Continental
y Hess son dos de los mayores operadores de la Formación Bakken de
Dakota del Norte, que ha sido uno de los centros del boom
estadounidense del petróleo que ha tenido lugar en los últimos
siete años, y poseen también otros activos de esquisto en América.
Hess,
además, tiene campos de petróleo y gas en el extranjero: Golfo de
Méjico, Mar del Norte, Malasia y Guyana.
Continental
declaró que iba, no solo a recortar gastos, sino también a crear
una reserva de pozos llenos pero incompletos, que se completarían y
entrarían en producción cuando los precios del petróleo se
recuperaran.
Esperan
tener 195 de estos pozos incompletos, llamados DUCs, por sus siglas
en inglés, en la Formación Bakken para cuando acabe este año,
partiendo de los 135 que ya tenían al final del año pasado.
Traducción del artículo Two
US shale producers slash capital spending plans,
publicado el 27 de enero de 2016 en FT, y realizada por Marta Ruiz Carlet, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras/es e intérpretes voluntarios/as de Ecologistas en Acción.
publicado el 27 de enero de 2016 en FT, y realizada por Marta Ruiz Carlet, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras/es e intérpretes voluntarios/as de Ecologistas en Acción.