El
plan de la Comisión Europea de aumentar las importaciones de gas
natural licuado (GNL) a la Unión Europea ha suscitado el temor de
que ello contribuya a promover en países como los Estados Unidos la
técnica de la fracturación, una práctica que agrava el
calentamiento global.
El
organismo ejecutivo explicó ayer los planes de la UE
para incrementar las importaciones de GNL mejorando las
interconexiones y creando nuevos centros de distribución y nuevas
infraestructuras.
Según
la Comisión, el incremento de la tasa de utilización de GNL en el
bloque comunitario, que actualmente representa solo un 20%, reduciría
su dependencia de suministradores poco fiables, como Rusia. Noruega
es también un importante suministrador de gas natural a la UE.
Añadió
que la producción de gas en la Unión se está reduciendo, lo que
obliga a aumentar las importaciones. El organismo ha iniciado
conversaciones con Canadá, los Estados Unidos, Australia, el
Japón, Nigeria y Argelia sobre la importación de GNL.
En
el mes de diciembre, los dirigentes mundiales alcanzaron un acuerdo
histórico para limitar el calentamiento global a dos grados por
encima de los niveles preindustriales. El Acuerdo de París se
interpretó como una señal clara al mercado de que la era de los
contaminantes combustibles fósiles había llegado a su fin.
El
gas natural también está compuesto principalmente de metano, un gas
de efecto invernadero cuyos efectos para el calentamiento global, son
86 veces superiores a los del dióxido de carbono.
De
los resultados de algunos estudios sobre el tema
se desprende que la generación de electricidad basada en el gas
natural solo es buena para el clima si se compara con la basada en el
carbón, siempre que las posibles fugas de metano durante las etapas
de producción, procesamiento y transmisión sean inferiores al 3,2%.
En esa cifra no se incluye la distribución.
La fracturación consiste en inyectar fluidos a alta presión para fracturar las rocas de esquisto y liberar el gas natural. Este método ha sido objeto de numerosas críticas por los perjuicios que causa en el medio ambiente.
La fracturación consiste en inyectar fluidos a alta presión para fracturar las rocas de esquisto y liberar el gas natural. Este método ha sido objeto de numerosas críticas por los perjuicios que causa en el medio ambiente.
Casi
la mitad (47%) del gas natural producido en los Estados Unidos se
obtiene mediante fracturación hidráulica. Las tasas de emisiones
medidas por satélite han demostrado recientemente que las
concentraciones de metano han aumentado notablemente en muchas de las
principales regiones productoras de gas de esquisto de los Estados
Unidos.
Concretamente
han demostrado que las tasas de emisiones en las regiones
estadounidenses de Eagle Ford (Texas), Marcellus (Pensilvania) y
Bakken (Dakota del Norte) equivalen a un 9,5% de la producción total
de metano.
El
“auge del gas de esquisto”·ha convencido a los Estados Unidos de
que debían levantar la prohibición, vigente desde hace tiempo, de
las exportaciones de energía. Se han autorizado varios proyectos de
exportación de gas licuado extraído mediante fracturación
hidráulica pero de momento solo unos pocos están preparados para
funcionar.
Según
Antoine Simon, de la organización Amigos de la Tierra, Europa, el
conjunto de medidas sobre el gas ha dado “luz verde” a los
Estados Unidos para exportar gas extraído mediante fracturación
hidráulica a la UE.
Combustible
de transición
Miguel
Arias Cañete, Comisario de Acción por el Clima, dijo a los
periodistas en Bruselas que el gas era el más limpio de los
combustibles fósiles y era necesario como “combustible de
transición” hasta lograr una economía baja en emisiones de
carbono.
Cañete
no respondió directamente cuando EurActiv le preguntó si promover
las importaciones de gas natural licuado obtenido mediante la técnica
de fracturación, que sería transportado en barcos – sector
no cubierto por el Acuerdo de París – no era contrario al espíritu
del acuerdo sobre el clima.
Tampoco
fue capaz de decir cuándo la Unión Europea dejaría de construir
infraestructuras de gas, que, según los que se oponen a esta medida,
podrían pasar a ser activos bloqueados u obligar a la UE a depender
del gas a expensas de energías renovables libres de emisiones.
“En
las conversaciones sobre el clima celebradas en París hace dos
meses, la Comisión Europea exhortó al mundo a avanzar hacia la meta
de cero emisiones antes de la segunda mitad del siglo. En cambio hoy
está instando a las empresas suministradoras de gas que inviertan en
nuevas instalaciones destinadas a la importación, las cuales durarán
como mínimo 40 años, y les está ofreciendo dinero público con
este fin,” explicó Jonathan Gavanta, director del grupo de
reflexión sobre medio ambiente E3G.
Según
el organismo ejecutivo, el gas constituiría una parte importante de
la combinación energética comunitaria hasta 2030. “El gas se va a
quedar con nosotros durante un tiempo y tenemos que garantizar la
seguridad del suministro,” dijo Arias Cañete.
La
Comisión ha expresado su deseo de convertirse en líder mundial en
la utilización de energías renovables y ha prometido que la
eficiencia energética será la máxima prioridad en sus planes.
Sin
embargo, según los partidarios de la estrategia favorable al gas, el
incremento de las energías renovables y la eficiencia energética,
medidas exigidas por los dirigentes de la Unión Europea con vistas
al Acuerdo de París, reducirán aún más la demanda de gas.
“Incluso
si alcanzamos los ambiciosos objetivos en lo tocante a las emisiones
de gases de efecto invernadero, las energías renovables y la
eficiencia energética, seguiremos necesitando una gran cantidad de
gas,” dijo Arias Cañete
“Es
evidente que el gas es el más limpio de los combustibles fósiles.
El mercado decidirá pero la Comisión está evaluando la necesidad
de contar con un mercado bien interconectado para poder utilizar el
gas como energía de reserva en apoyo de un sistema muy ambicioso de
energías renovables.”
Maroš
Šefčovic, Comisario responsable de la estrategia de la Unión de la
Energía para reforzar la seguridad energética y luchar contra el
cambio climático, añadió que los países que están mal
interconectados pagaban un precio más alto por el gas.
El
Comisario afirmó estar seguro de que antes de finalizar el siglo la
UE lograría una economía neutra en carbono y añadió que el gas
natural licuado podría contribuir a la descarbonización del
contaminante sector del transporte.
El
Enviado Especial de los Estados Unidos sobre el cambio climático
Todd
Stern, Enviado Especial de los Estados Unidos sobre el cambio
climático y representante de este país en las negociaciones de
París, estuvo ayer en Bruselas.
Rehusó
hacer comentarios cuando EurActiv le preguntó por los planes de los
Estados Unidos para incrementar las exportaciones de gas natural
licuado, alegando que esa cuestión es competencia del Departamento
de Energía.
Respondiendo
a una pregunta sobre la credibilidad de que el gas natural pudiera
ser el combustible de transición, Stern dijo que el auge del gas de
esquisto había reducido la utilización del carbón en los Estados
Unidos.
“Dicho
esto, es fundamental adoptar medidas adecuadas para preservar el
medio ambiente,” señaló.
“El
metano es 20 veces más contaminante que el CO2, de modo que incluso
fugas muy pequeñas, cuando el metano ni siquiera ha ardido,
liberadas en la atmósfera pueden anular las ventajas que el gas
natural tiene sobre el carbón.”
A
pesar de la reciente suspensión del histórico Plan de energía
limpia (Clean Power Plan), Stern añadió que los Estados Unidos
suscribirían el Acuerdo de París “pasara lo que pasara”.
Antecedentes
El
martes (16 de febrero), la Europea desveló sus planes de prohibir los
contratos de suministro de energía que los Estados Miembros
suscriban con países no pertenecientes al bloque comunitario, con
miras a reducir la dependencia del gas ruso.
La
Comisión Europea, el organismo ejecutivo de este bloque de 28
países, propuso algunos cambios al objeto de poder examinar dichos
acuerdos antes de su firma para comprobar su conformidad con las
normas de la UE.
En
2014, por décimo año consecutivo, los Estados miembros de la UE
importaron combustible para cubrir sus necesidades energéticas. Una
tercera parte de sus importaciones de gas proceden de Rusia y
algunos de los nuevos Estados miembros de Europa oriental dependen
casi totalmente de Moscú.
Traducción del artículo "Commission gives ‘green light’ to fracked gas imports" publicado en Euractiv el 17 de febrero de 2016