Los
terremotos son un riesgo natural — excepto cuando son producto de
la actividad humana. La industria del gas y el petróleo ha adoptado
activamente la técnica conocida como fractura hidráulica, o
fracking, para romper las capas subterráneas de roca de esquisto y
liberar su contenido de gas y petróleo. Pero el proceso genera
enormes cantidades de aguas residuales cargadas de sustancias
químicas. El proceso de perforación horizontal empleado por la
industria petrolera puede generar un enorme e indeseado volumen de
agua salobre natural. La industria se deshace de estas aguas
residuales inyectándolas en profundos pozos de deshecho.
El mapa del Servicio Geológico de EEUU muestra las
posibilidades de que los norteamericanos experimenten daños por
terremotos naturales o inducidos por el hombre en 2016. Las
probabilidades van desde menos de 1 por ciento a 12 por ciento.
(Cortesía de USGS)
El
lunes, el Servicio Geológico de EEUU(USGS) ha publicado por primera
vez un mapa de riesgo de terremotos que cubre tanto los sismos
naturales como los "inducidos". El mapa y el informe que lo
acompaña indican que parte de la zona central de EEUU enfrenta
actualmente un riesgo sísmico igual a los famosos terrenos
inestables de California.
Alrededor
de 7 millones de personas viven en zonas propensas a sismos
inducidos, concluyó el USGS. La lista de lugares con mayor riesgo de
terremotos con causa antrópica incluye Oklahoma, Kansas, Texas,
Arkansas, Colorado, New Mexico, Ohio y Alabama. La mayoría de estos
sismos han sido relativamente menores, en el rango de magnitud 3,
pero algunos han sido más fuertes, incluso en Oklahoma se produjo un
terremoto de magnitud 5.6 en 2011 que fue asociado a la inyección de
aguas residuales.
Los
científicos el lunes declararon que desconocen si existe un límite
máximo para la magnitud de los terremotos inducidos y que esa es un
área de investigación activa. Oklahoma ha experimentado en la
prehistoria terremotos equivalentes a los de magnitud 7.
Imagen:
El mapa de USGS muestra las 21 regiones que han sido impactadas por
terremotos inducidos así como la locación de los pozos de inyección
de fluidos que han sido asociados con terremotos y los que no.
(Cortesía de USGS).
No
queda claro de inmediato si esta nueva investigación modificará las
prácticas de la industria o incluso si sorprenderá a alguien en las
áreas de riesgo recientemente estimado. En Oklahoma, por ejemplo, la
tasa natural de terremotos es de solo uno o dos al año, pero ha
habido cientos desde que el fracking y la perforación horizontal,
con la inyección de aguas residuales que conlleva, se volvieron
habituales en la última década.
"Con
la inclusión de eventos sísmicos antropoinducidos, nuestra
evaluación del riesgo de terremotos se ha incrementado de manera
significativa en algunas regiones de EEUU”, explicó en un
comunicado Mark Petersen, jefe del Proyecto nacional de mapeo de
riesgo sísmico de USGS.
El
informe, basado en la actividad sísmica reciente, es una evaluación
de riesgo de solo un año. En efecto, los científicos han señalado
que lo sucedido en el pasado reciente con terremotos inducidos
probablemente se repetirá en el futuro próximo.
Los
mapas de riesgo de USGS en el pasado no incluían eventos provocados
por el hombre. El mapa de riesgo sísmico de 2014 de USGS mostró
riesgo insignificante de terremotos naturales en la zona de
Dallas-Fort Worth, por ejemplo. Pero el nuevo mapa, con los temblores
inducidos agregados, incrementa el riesgo allí en un factor de 10,
según determinó USGS.
Imagen:
El mapa de USGS muestra las 21 áreas donde los científicos han
observado rápidos cambios en la sismicidad que han sido asociados
con la inyección de aguas residuales. El mapa también muestra los
terremotos - tanto naturales como inducidos- registrados desde 1980
a 2015 en la región central y oriental de EEUU con una magnitud
superior o igual a 2.5. (Cortesía de USGS)
Una
falla que corre entre Dallas y la vecina ciudad de Irving causó un
terremoto de magnitud 3.6 en enero de 2015. Un pozo de inyección se
encuentra a apenas alrededor de 6 millas de distancia. Los
investigadores están estudiando activamente ese temblor de 2015,
señaló Heather R. DeShon, sismólogo de la Universidad Metodista
del Sur.
“El
nuevo mapa sirve como un recordatorio a las poblaciones locales que
conviven con los recientes terremotos que es mejor estar preparado
para sentir el suelo temblar," dijo DeShon, que no participó en
el nuevo estudio.
The
Dallas Morning News
informó que un estudio inédito de la Agencia Federal de Gestión de
Emergencias estimó que, en el peor de los casos, un terremoto de
5.6 de magnitud en Dallas podría dañar 80,000 edificios, ocasionar
el colapso de diques y generar pérdidas económicas equivalentes a
$9.5 mil millones de dólares.
La
característica más dramática del nuevo mapa de USGS es la mancha
roja en el centro norte de Oklahoma, que ya experimentó un terremoto
de 5.1 de magnitud este año.
"Mi
primer pensamiento fue en realidad ¡maldita sea, Oklahoma está más
roja que California", dijo la geóloga de USGS Susan Hough en un
correo electrónico a The Post cuando vio el mapa de su agencia el
lunes por primera vez.
El
riesgo sísmico es difícil de calcular en cualquier momento y lugar,
en parte debido a que los terremotos naturales son esencialmente
impredecibles. Del mismo modo que la industria del gas y el petróleo
es impredecible. Con los precios del petróleo a la baja, las
compañías recientemente han hecho recortes en la actividad de
perforación.
El
recorte de la producción quizás sea la explicación para la
disminución de la cantidad de terremotos en los últimos meses en el
sur de Kansas, sostuvo Rex Buchanan, director del Servicio Geológico
de Kansas. Otro factor pueden ser nuevas normas estatales que regulan
los pozos de disposición de aguas residuales, señaló.
Con
unas pocas excepciones, las regiones del centro y este del país no
son consideradas generalmente como activas sísmicamente. Pero eso no
significa que no existan fallas subyacentes en esas regiones más
tranquilas. “Casi en todas partes hay fallas. La nación se
construyó a lo largo de miles de millones de años, y gran cantidad
de fallas fueron el resultado del proceso de construcción,"
Michael Blanpied, coordinador adjunto del Programa de riesgos de
terremotos del USGS, le dijo a The Post.
Los
fluidos inyectados en los pozos profundos no lubrican tanto las
fallas como agregan presión adicional en ellas, provocando la caída
de sus paredes, señaló.