martes, 26 de abril de 2016

GNL de Cheniere: nueva estructura de los contratos de gas

La noticia importante en el mundo del gas natural licuado (GNL) esta semana ha sido la salida de Charif Souki —presidente ejecutivo (CEO) de Cheniere— tras una tensa reunión mantenida por el Consejo de Administración de Cheniere durante el fin de semana. Como accionista de Cheniere, me ha sorprendido la repentina salida del señor Souki, casi al mismo tiempo que la planta de exportación Sabine Pass LNG de Cheniere está a punto de ponerse en marcha finalmente, con el primer transporte de gas previsto para principios de 2016. Aunque el momento de la salida me ha cogido por sorpresa, la maniobra en sí no me ha sorprendido, teniendo en cuenta que en el último año el legendario inversor activista Carl Icahn [http://carlicahn.com/charif-souki-termination-from-cheniere/] se ha hecho con una participación próxima al 14 % en Cheniere, lo que hacía casi inevitable una restructuración de la compañía.



 
Teniendo en cuenta que se han escrito numerosos artículos desde la salida del señor Souki, este artículo se centrará en proporcionar algunos detalles sobre cómo Cheniere ha transformado la estructura tradicional de los contratos de GNL y por qué esto es algo importante para toda la industria del gas. Este artículo complementa a mi artículo anterior, LNG and the Price of Oil, y a mi libro sobre el gas natural licuado, Energy for the 21st Century: Opportunities and Challenges for LNG, donde perfilo el camino seguido por Cheniere para pasar de importador de GNL a exportador, así como el complicado proceso de autorización para exportar GNL en los Estados Unidos.

Todo está en los contratos


Como se señalaba en un artículo reciente del Wall Street Journal, el señor Icahn se interesó en las acciones de Cheniere atraído por los contratos de larga duración que Cheniere tiene con múltiples compradores. La imagen inferior es una instantánea de los contratos de Cheniere para los trenes 1-5 de la planta Sabine Pass LNG, incluida en la presentación corporativa de Cheniere de octubre de 2015.
En mi anterior artículo, LNG and the Price of Oil, mencioné que la mayoría de los contratos de GNL en todo el mundo están vinculados al precio del petróleo. Los contratos de Cheniere son innovadores porque no están vinculados al precio del petróleo, sino al precio Henry Hub (HH), tal y como refleja la indicación «115 % of HH» en la línea «LNG cost» de la diapositiva. Esto quiere decir que los compradores o «intermediarios» del GNL de Cheniere pagarán un precio de 115 % HH por el gas, más una tarifa fija de 2,25-3,00 $/MMBtu por licuar ese gas y transformarlo en GNL para poder transportarlo a todo el mundo. Cheniere estructuró los contratos de 20 años utilizando el modelo «take-or-pay», según el cual los compradores deben pagar una tarifa fija anual solo por el licuado del gas en las instalaciones de Cheniere. En otras palabras, Cheniere percibirá estas tarifas fijas aunque los compradores no adquieran gas. Como puede verse en la diapositiva, las tarifas fijas son considerables: 2900 millones de dólares en ingresos anuales durante 20 años.

Si los compradores adquieren gas, pagarán a Cheniere el 115% HH. Cabe destacar que esto no significa que Cheniere solo obtiene un 15 % sobre el precio HH; es posible que obtenga un porcentaje mayor si puede suministrar gas por un valor inferior al HH.


La flexibilidad en cuanto al destino es un aspecto fundamental de los contratos de GNL de EE. UU.


Otro aspecto muy importante de los contratos de GNL de EE. UU. que no se menciona en la diapositiva anterior es que los contratos de EE. UU. no tienen restricciones en cuanto al destino, es decir, que el GNL de EE. UU. puede transportarse prácticamente a cualquier lugar del mundo. Esta flexibilidad en cuanto al destino difiere de los contratos de GNL tradicionales y es uno de los aspectos fundamentales que buscan los compradores de GNL de EE. UU.


¿Vaca lechera o algo más?


Si observamos los contratos, parece que Cheniere estaba encaminada a convertirse en una auténtica «vaca lechera», con 2900 millones de dólares, como mínimo, en tarifas fijas más los ingresos adicionales si los intermediarios adquirían las cantidades de sus contratos anuales al precio de 115 % HH.

Más recientemente, sin embargo, las perspectivas para las exportaciones de GNL de EE. UU. se han difuminado debido a que la caída de los precios del petróleo y la débil demanda han arrastrado el precio de contado del GNL en todo el mundo y han reducido la oportunidad de arbitraje para las exportaciones de GNL de EE. UU. A pesar de ello, Cheniere insiste en que «puede suministrar GNL de forma rentable a compradores mundiales a precios atractivos».
Como no soy analista ni dispongo de todos los datos (p. ej., cómo y a qué precio suministra Cheniere el gas o si los intermediarios pretenden adquirir ese gas), no sé bien si Cheniere será la vaca lechera que pensé que iba a ser cuando compré acciones de la compañía. Aún más desconcertante ha sido la expansión de la estructura corporativa y el modelo de negocio de Cheniere para transformarse en algo que no alcanzo a deducir a partir de las diapositivas. Espero que en el futuro Carl Icahn y su equipo puedan aclarar esto para mí y otros inversores.

Lo que Carl Icahn hizo bien en relación con Cheniere y las exportaciones de GNL de EE. UU.


A fin de cuentas, creo que Carl Icahn acertó al centrarse en la estructura única de los contratos de Cheniere. No tengo ninguna duda de que Cheniere ha transformado el modelo del contrato de GNL tradicional y ha introducido algo innovador que cambiará la forma de comercializar el GNL en el futuro. También creo que las perspectivas a largo plazo para las exportaciones de GNL de EE. UU. en general son bastante favorables dado que el GNL de EE. UU. debería ser uno de los menos caros de elaborar y resulta atractivo para muchos compradores que desean diversificar el suministro de GNL de acuerdo con la flexibilidad del índice Henry Hub.

Reconozco el mérito del señor Souki y todo su equipo al tener la visión y la determinación de hacer realidad las exportaciones de GNL de EE. UU. a pesar de las dificultades que parecían insalvables. Cheniere ha sido sin duda una compañía en la que fijarse y me siento agradecida a las numerosas personas de la compañía que me han aportado datos e información para mi libro.

No sé bien si el señor Icahn y el Consejo han acertado al sustituir al señor Souki en estos momentos, pero según una entrevista publicada en Bloomberg parece que el señor Souki piensa que puede haber sido la decisión correcta si el Consejo desea dirigir Cheniere como un «servicio cuasi público» con un presidente ejecutivo menos emprendedor. 

Es demasiado pronto para saber cómo se desenvolverán los acontecimientos en Cheniere y en el panorama de las exportaciones de GNL de EE. UU. en general. Así que por ahora, seguiré el ejemplo del señor Souki, cogeré mis esquís y me dirigiré a las pistas. . . ¡Felices vacaciones!

Susan Sakmar

Profesora visitante, Facultad de Derecho de la Universidad de Houston. Autora: Energy for the 21st Century: Opportunities and Challenges for LNG

Traducción del artículo "Cheniere LNG: What Carl Icahn Got Right" publicado el 16 de diciembre de 2016, en Gas Natural Europe