China anunció que dará un paso atrás en los subsidios al gas de esquisto durante los próximos cinco años. Otro golpe más a los planes de la nación de seguir la tendencia de la “revolución del esquisto” de los Estados Unidos.
Los
subsidios caerán a 0,30 yuanes por metro cúbico a partir de 2016-2018;
desde este año, a 0,40 yuanes por metro cúbico, y serán reducidos aun
más a 0,20 yuanes en 2019-2020, de acuerdo con el Ministerio de
Hacienda.
El
Estado de Pekin impulsó a sus compañías petroleras a trabajar el
esquisto, en un esfuerzo por resolver la confianza de China en las
importaciones de petróleo mediante la generación de una alternativa
nacional fomentada por Fiat. Sinopec y PetroChina que juraron cumplir los
objetivos establecidos desde el gobierno para la producción del gas
de esquisto, a pesar de los decepcionantes resultados iniciales.
Reclamaron que precisaban de los subsidios para cumplir las metas.
El
experto en energía, Lin Boqiang, de la Universidad de Xiamen,
comentó que los recortes en los subsidios reflejan las expectativas
de que los avances tecnológicos reduzcan los costos. “En lo que
respecta a la energía solar y eólica, las reducciones en los costos
son evidentes. Pero en cuanto al esquisto, dicha reducción no se
percibe con claridad”.
El
paisaje montañoso de China, su infraestructura monopolizada de
oleoductos y
la dificultad política de destinar agua para la producción del gas
de esquisto en valles densamente poblados han hecho que el gas de
esquisto sea más costoso y difícil de extraer que en los Estados
Unidos, donde el incremento súbito del suministro doméstico impulsó
la reducción en los precios energéticos y reemplazó las
importaciones. Sinopec puso la mayoría de su capital político en
manos del éxito del gas de esquisto e hizo alarde de su producción
en el depósito de Fuling, cerca de la ciudad portuaria de Chongqing.
El año pasado, los directivos de esta empresa comentaron que la
compañía no iba a poder cubrir los costos de la producción del gas
de esquisto sin la ayuda de los subsidios.
El
mes pasado, la compañía competidora estatal Cnooc, de menor
envergadura, posponía los planes de
desarrollar un bloque de esquisto en la provincia de Anhui, al este
de China. Esta compañía invirtió exitosamente en formaciones de
esquisto de Norteamérica.
PetroChina,
la unidad cotizada de China National Petroleum Corp o CNPC, redujo
progresiva y silenciosamente sus proyectos de gas de esquisto
asociados con Shell en el suroeste de China, aunque también se ha
comprometido a cumplir los objetivos estatales de producción. Tantos
ejecutivos de Shell se fueron de China que una de las escuelas
internacionales de Beijing dejó de dar lecciones en el idioma
neerlandés.
Traducción del artículo publicado en Financial
Times el 29 de abril de 2015.
http://www.ft.com/cms/s/0/b7d7db78-ee8d-11e4-88e3-00144feab7de.html