La Comisión Global para el Clima y la Economía, que incluye a líderes gubernamentales, financieros, empresariales y económicos, ha publicado un informe, “Oil Prices and the New Climate Economy”, que perfila las implicaciones económicas de la volatilidad de los precios del petróleo y cómo los gobiernos deberían afrontarlo.
“Reaccionar
ante la reciente caída de los precios del petróleo es cualquier
cosa menos fácil para los que toman las decisiones económicas”
dice el informe. “En el corto plazo, los países consumidores
pueden estar encantados con la mejora de su balanza de pagos, o los
productores preocupados por un una inesperada reducción del PIB o
incrementos del déficit presupuestario. Pero comprender el impacto
más allá de unos pocos años es mucho más complicado”.
Sugiere,
en primer lugar, que los países, empresas y consumidores satisfechos
con los bajos precios del petróleo que aprovechan la oportunidad
para aumentar su dependencia del petróleo, deberían considerar el
escenario a largo plazo. Mientras que los bajos precios están
haciendo que los países consumidores ahorren cientos de millones de
dólares al año, históricamente, los precios del petróleo han sido
inestables. El informe propone que, por este mismo motivo, y a pesar
del aparente atractivo del consumo de petróleo dado su precio
actual, es el momento ideal para invertir en fuentes de energía
renovables.
El
informe advierte que es posible que resulte tentador para los
gobiernos y las empresas dejar de lado la inversión en renovables y
en mejorar la eficiencia energética, pero que este sería el camino
equivocado, ya que aumentaría la vulnerabilidad a los cambios en los
precios que son normales en el mercado del petróleo y que son
inevitables en el futuro.
“Los
gobiernos deberían vincular sus políticas a las tendencias
energéticas en el largo plazo, en lugar de apostar por que los
precios del petróleo se mantengan bajos", afirma Lord Nicholas
Stern, uno de los coautores del informe y copresidente de la Comisión
Global para la Economía y el Clima. “Estos precios nunca han sido
estables y los vaivenes se están volviendo más drásticos y
frecuentes que nunca. En su lugar, los gobiernos deberían de
incentivar la inversión en energías renovables que sean cada vez
más competitivas, y apartarse definitivamente del actual y desfasado
modelo económico basado en el carbón, que no es sostenible. Dejar
pasar esta oportunidad sería devastador para la salud de nuestra
economía y de nuestro planeta."
El
informe sugiere que los gobiernos se preparen para afrontar futuros
incrementos en los precios del petróleo estableciendo precios fijos
para el carbón y dejar de lado los subsidios a los combustibles
fósiles. Señala que en 2013, los subsidios a los combustibles
fósiles alcanzaron los 550 mil millones de dólares, “fomentando
el despilfarro, constriñendo el gasto público y debilitando el
crecimiento mediante la reducción de la inversión en el sector
energético.” Docenas de países, afirma, están ya reformando los
subsidios a los combustibles fósiles o lo están tomando en
consideración.
“Reducir
nuestra dependencia de los combustibles fósiles es más fácil que
nunca”, dice Per Klevnäs, director del Instituto Medioambiental de
Estocolmo y coautor del informe. “Hace un año o dos, los
consumidores pagaban el doble por la gasolina que ahora, lo que
significa que es posible que no noten unos céntimos extra por cada
litro de gasolina debido a los precios del carbón y a la reducción
de los subsidios energéticos. El aumento de los ingresos podría ser
usado para compensar el impacto sobre las familias con bajos ingresos
y para financiar reducciones en otros impuestos distorsivos.”
El
informe añade que la energía solar, eólica y otras renovables
ofrecen el potencial de estabilidad en el largo plazo, costes
competitivos, reducciones de costes futuras, seguridad energética y
una reducción de los costes sanitarios debido a la reducción de la
contaminación del aire.
“En
el largo plazo, las renovables son más seguras que apostar por
combustibles fósiles”, concluye el informe. “Tienen poco o
escaso coste operativo una vez han sido instaladas, y por lo tanto no
existe volatilidad en los precios. Esto significa que las renovables
pueden contener de forma efectiva los costes de la energía durante
20 años o más. Además, el precio de instalar plantas de generación
de energía eólica o fotovoltaica continua descendiendo, haciendo
que las renovables sean competitivas incluso con el gas natural
barato en muchos sitios.
"Traducción del artículo "Why Renewables Are a Better Investment Than Cheap Oil to Grow the Global Economy" publicado en Ecowatch el 12 de mayo de 2015,
realizada por Luis Manuel Carrera, miembro de Traductoras/es en
Acción, la red de traductoras/es e intérpretes voluntarios/as de
Ecologistas en Acción".