lunes, 27 de abril de 2015

Las nuevas normas federales se basan en una web desacreditada por la EPA


Las nuevas normas federales sobre la fracturación hidráulica están basadas en la información de FracFocus aunque las investigaciones de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos han revelado que existen fallos en este sitio web



Este es un ejemplo clásico que ilustra lo que ocurre cuando la mano izquierda de un Gobierno no sabe lo que hace la derecha. Días después de que la Oficina de Ordenación del Territorio (BLM) publicara nuevas normas aplicables a la fracturación hidráulica en las tierras de dominio federal, normas basadas en gran medida en un sitio web gestionado por la industria y denominado FracFocus, la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA) publicó un estudio en el que se señalan deficiencias en dicho sitio web.

Según la EPA, en más del 70% de las declaraciones informativas sobre sustancias químicas que las empresas de perforación publicaron en FracFocus entre enero de 2011 y febrero de 2013 faltaba información esencial, dado que las empresas de perforación etiquetaron dichos datos como “información comercial confidencial.”

Por regla general, las empresas de perforación informaban de la utilización de una combinación de 14 sustancias químicas diferentes en cada pozo. En los casos en los que se ocultó la información el número de sustancias químicas cuyo nombre no se mencionaba solía ser cinco.

De hecho, los investigadores de la EPA descubrieron que FracFocus permitía a las empresas de perforación ocultar la identidad de más de una sustancia química de cada diez notificadas en el sitio.

Esta ocultación de información impidió a los investigadores de la EPA, que consultaron más de 39.000 declaraciones informativas de FracFocus en el mes de marzo de 2013 y publicaron su estudio dos años después, afirmar definitivamente cuáles eran las sustancias químicas más utilizadas por las empresas de perforación, qué cantidad de cada una de ellas se inyectaba en el subsuelo o simplemente elaborar una lista de todas las sustancias químicas utilizadas en los pozos.

En una nota informativa sobre su investigación, la EPA señalaba que la base de datos del proyecto ofrece una imagen incompleta de todos los aspectos de la fracturación hidráulica debido a … la omisión de información sobre ingredientes calificados como ICC [información comercial confidencial] en las declaraciones, y a la información no válida o errónea creada durante el desarrollo de la base de datos o detectada en las declaraciones originales.

Dicho esto, la Agencia de Protección Ambiental pudo identificar 692 sustancias químicas diferentes — entre ellas el ácido clorhídrico, el metanol y el gasóleo — utilizadas durante la fracturación hidráulica. Pero los investigadores de la EPA afirmaron que, casi con toda seguridad, ese número es incompleto dado que más de 129.000 registros de ingredientes se etiquetaron como secretos.

Estas omisiones despertaron inmediatamente la ira de los grupos ecologistas.
Kate Kiely, portavoz del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, dijo a Bloomberg que “la industria de la fracturación hidráulica está ocultando mucha información sobre las sustancias químicas que están utilizando en nuestras comunidades. Aunque no dispongamos de dicha información, está claro que están haciendo un uso generalizado de sustancias químicas peligrosas.”

Solo siete días antes de que se publicaran los resultados de la investigación de la Agencia de Protección Ambiental, la Oficina de Ordenación de Tierras anunció la publicación de nuevas normas por las que se regirá la gestión de la fracturación hidráulica en más de 1 millón de m2 de tierras de dominio público gestionadas por el Gobierno federal y en los casi 3.000.000 de m2 de los cuales el Gobierno poseía en 2013 derechos mineros.

Las normas recientemente establecidas por la BLM sobre la información relativa a las sustancias químicas están basadas en FracFocus y permiten a las empresas de perforación presentar los informes necesarios a través de este sitio web respaldado por la industria.


Datos, datos, por todas partes…

Los investigadores de la EPA se tropezaron con un enorme escollo a la hora de obtener cifras basadas en los datos de FracFocus, una cuestión que, según algunos, puede seguir causando problemas aunque la BLM se haya basado en FracFocus para hacer un seguimiento de las sustancias químicas utilizadas en las tierras federales de dominio público.

FracFocus almacenaba la información facilitada por las empresas de perforación en un archivo .pdf separado para cada declaración informativa, y cada uno de los formularios .pdf puede ser diferente si las empresas deciden editar el formato. Eso significa que los investigadores de la EPA tuvieron que emplear una gran cantidad de tiempo solo para transferir cada bit de información a una hoja de cálculo y luego comprobar que cada bit de información estaba en su lugar.
Algunos partidarios de un gobierno abierto dicen que la confianza de la BLM en FracFocus es contraria a una orden ejecutiva emitida por el Presidente Obama en la se expresaba el compromiso de que los datos facilitados por el Gobierno serían fáciles de encontrar, accesibles y utilizables y, a tal efecto, deberían ser “legibles por máquina” — es decir, presentarse en un formato que permitiera acceder a ellos.

Aparte del hecho de que esta decisión constituye un desacato a la Orden Ejecutiva núm. 13642 del propio Presidente sobre los datos abiertos, ¿por qué nos preocupa tanto el modo en el que el Gobierno gestiona los datos sobre la fracturación hidráulica?” escribía David Manthos, Director de Comunicaciones de la organización ecologista SkyTruth, en un blog en el que hablaba de las normas de la BLM. “Nos preocupa porque esta decisión privará a los propietarios de bienes y viviendas, a los científicos, a los responsables de la adopción de decisiones, al personal de emergencia, a los profesionales sanitarios y al público en general del acceso efectivo a información vital para investigar los efectos ambientales, sociales y para la salud pública de las técnicas modernas de perforación para extraer petróleo y gas.”

FracFocus ha prometido actualizar su sitio web, lo que ya ha hecho una vez desde que proporcionó a los investigadores de la EPA material para su estudio. Sin embargo, el Sr. Manthos, de SkyTruth, sigue siendo escéptico.
Me preocupa que la Oficina de Ordenación de Tierras esté basando sus decisiones en promesas vagas y que no tenga influencia ni autoridad para controlar el calendario, la implantación o la funcionalidad de esas mejoras,” dice.

Durante un tiempo, la organización del Sr. Manthos abordó la tediosa tarea de extraer datos de FracFocus e importarlos a hojas de cálculo para que los investigadores pudieran utilizarlos. Pero en 2013, su trabajo se vio interrumpido bruscamente cuando FracFocus bloqueó el acceso de SkyTruth a su sitio web.
Apareció un pequeño mensaje de error que decía, “Está realizando demasiadas solicitudes. Su acceso estará bloqueado durante 24 horas,’” explicaba Paul Woods, de SkyTruth, el pasado año a StateImpact. “Luego te bloquean el acceso durante 48 horas y luego el bloqueo es definitivo.”

SkyTruth no es la única organización que se queja del funcionamiento de FracFocus. En 2013, un estudio publicado por el Programa de legislación ambiental de la Universidad de Harvard otorgó a este sitio web una calificación negativa señalando que sus procedimientos de control de calidad son limitados porque el personal de FracFocus no revisa los informes que las empresas de perforación publican en el sitio web.

Las nuevas normas de la BLM también permiten a las empresas de perforación, no a los reguladores, decidir en qué casos la información sobre una sustancia química debe considerarse secreta cuando publican sus declaraciones informativas en FracFocus.

Estas disposiciones relativas al secreto comercial son mucho menos estrictas que las vigentes en muchos estados e ignoran la sugerencia del grupo consultivo del Departamento de Energía, que recomendó de forma unánime que “toda exención relativa al secreto comercial permitida por la BLM en su reglamento sobre la fracturación hidráulica en las tierras federales debe incluir un proceso riguroso de solicitud de exención del secreto comercial y mecanismos sólidos de verificación e impugnación,'” escribía Amy Mall, de NRDC, en respuesta a las nuevas normas.

La relativa permisividad de las nuevas normas de la BLM no ha logrado impedir las protestas de la industria del petróleo y el gas, que consideran que las normas erosionan a nivel estatal el control de las perforaciones para extraer gas de esquisto.

Bajo el estricto control ambiental de los reguladores estatales, la fracturación hidráulica y las perforaciones horizontales han inaugurado un nueva era en los ámbitos de la seguridad energética, el crecimiento del empleo y la fortaleza económica,” afirmaba Erik Milito, Director de API . “La duplicación que supone la nueva regulación federal es innecesaria e instamos a la BLM que examine minuciosamente con los estados la manera de minimizar los costos y las demoras provocados por las nuevas normas con el fin de garantizar que los terrenos de dominio público puedan seguir siendo una fuente de creación de empleo y crecimiento económico.”


Ya se han iniciado litigios en relación con las nuevas normas de la BLM

Dos grupos pertenecientes a la industria, la Independent Petroleum Association for America y la Western Energy Alliance, han presentado demandas alegando que las normas de la BLM han sobrepasado la autoridad federal, como en el caso del estado de Wyoming. Las organizaciones ecologistas han sugerido que las normas también podrían ser impugnadas en virtud de la Ley de política ambiental nacional.

En resumidas cuentas,” explicaba Amy Mall, de NRDC a The Dallas Morning News, “estas normas no protegen las tierras de dominio público — en las que se encuentran nuestras últimas reservas naturales y las fuentes de agua potable para millones de personas.”

Traducción del artículo "New Federal Fracking Rules Rely on FracFocus Even as EPA Research Highlights Site's Flaws" publicado en Desmoblog el 7 de abril de 2015.