jueves, 23 de abril de 2015

La EPA alemana alerta del nulo potencial del esquisto para abaratar los costes de la acción climática


La Agencia de Protección Ambiental alemana Umwelt Bundesamt ha publicado un informe en el que analiza el impacto del gas de esquisto en el coste de la política climática. En el se concluye que el gas de esquisto no puede ser considerado como una opción barata de reducir las emisiones de GEI dado que los efectos de la disponibilidad de gas de esquisto a nivel global son 1) escasos a corto plazo 2) conducen a aumentos de emisiones en la mayoría de países a largo plazo debido a la bajada de los costes energéticos, y ·) producen mayores costes de cumplimientos con los objetivos climáticos. Presentamos hoy en nuestro blog las conclusiones del informe traducidas al castellano.Umweltbundesamt

 Este informe considera el impacto de la disponibilidad global del gas de esquisto sobre las emisiones de GEI y el coste de alcanzar los objetivos de reducción de GEI. Encontramos que, en el desarrollo estándar, sin medidas adicionales para reducir las emisiones de GEI, la disponibilidad del gas de esquisto solo produce un modesto cambio en el panorama energético a nivel global. La producción de gas de esquisto fuera de EE.UU. no tiene impacto hasta después de 2030 y solo alcanza su mayor potencial a largo plazo a mediados de siglo. En 2050, el gas de esquisto supone el 18,5% del total de la producción de gas y el 4,8% de la producción mundial de energía. Puesto que parte de esta producción adicional se compensa con una reducción en el suministro de gas convencional, el porcentaje del gas en la producción total de energía se incrementa solo en dos percentiles, mientras las reservas mundiales de gas de esquisto están disponibles. A pesar de ello, el impacto en cada país varía considerablemente, ya que en algunos países, principalmente en Argentina, Canadá, EE.UU. y Méjico, el gas de esquisto es una parte muy significativa del total de la producción energética. 
 
El suministro adicional de gas de esquisto tiene efectos opuestos en la cantidad de GEI emitidos. Reemplaza al carbón y al petróleo, pero también desplaza a las renovables y a la energía nuclear y conduce al incremento del consumo total de energía debido a su bajo precio. En conjunto, la disponibilidad de gas de esquisto produce el incremento de las emisiones de GEI en casi todos los países. El incremento es especialmente grande en países en los que buena parte del gas adicional reemplaza a la energía nuclear y a las energías renovables. 
 
Cuando se consideran objetivos de reducción del gas de esquisto consistentes con el objetivo 2C, el gas de esquisto juega un papel menor, ya que los objetivos globales de reducción limitan el uso total de combustibles fósiles. En 2050 el gas de esquisto aporta menos del 1 % del total de la producción energética mundial. A pesar de ello, puede producir un cambio sustancial en los costes para alcanzar los objetivos climáticos. El elemento principal detrás de este cambio es el mayor nivel de emisiones de GEI, lo que requiere una mayor reducción para alcanzar los objetivos específicos y por lo tanto implica mayores costes para cumplir el objetivo. La disponibilidad de gas de esquisto produce una reducción de los costes de mitigar una cantidad fija de emisiones de GEI en la mayoría de los países. De todos modos, este efecto no es suficiente para compensar el incremento de costes causado por el aumento de las emisiones. En total, para la mayoría de los países, los costes de alcanzar el objetivo de reducción de GEI son mayores cuando hay gas de esquisto disponible. Se observan grandes incrementos particularmente en Méjico y Argentina, llegando hasta un aumento del 9%. Una ligera reducción en la mitigación de los costes se encuentra en Japón e India, países en los que las emisiones son más bajas cuando el gas de esquisto está disponible. 
 
Un régimen de comercio internacional de derechos de emisión tiene efectos en el gas de esquisto que afectan todos los países, no solo debido a cambios en los precios de la energía, sino también debido a variaciones en los precios de los certificados en el mercado internacional de emisiones. El incremento en las emisiones, y por lo tanto la reducción de emisiones y costes de mitigación más elevados para alcanzar los objetivos de reducción cuando el gas de esquisto está disponible, da lugar a que los precios de los certificados sean más altos. El resultado es que todos los compradores de certificados se enfrentan a precios más elevados mientras que los vendedores aumentan sus beneficios. 
 
El impacto del aumento de la disponibilidad de gas de esquisto en los objetivos a medio plazo para la reducción de GEI para 2030 es limitado. Mientras que el porcentaje de gas de esquisto en el total de la producción de energía a escala global es en realidad mayor que en el caso de la mitigación a largo plazo, la mayor parte del suministro de gas de esquisto se sigue produciendo en los EE.UU. Por lo tanto, el efecto de la producción de gas de esquisto fuera de los EE.UU. en el coste para alcanzar los objetivos de reducción de GEI es menor que en 2050. Las señales de este efecto son similares en un análisis a largo plazo en la mayoría de los países. 
 
Mientras que los efectos difieren de forma significativa entre países y regiones, la afectación de la UE así como su papel en la producción de gas de esquisto está limitada en el largo plazo. En total, la UE supone el 4% del conjunto de la producción mundial de gas de esquisto en el Global Shale Gas e incluso menos en los escenarios de mitigación. Al mismo tiempo, los costes de mitigación en los escenarios de mitigación se incrementan un 2,4% en el caso de Global Shale Gas comparado con el caso US only. Los efectos más elevados aparecen en los países de Europa del Este y se sitúan alrededor de un incremento del 6% en el coste de mitigación. Para Francia, el productor principal en la UE, el aumento de la disponibilidad de gas de esquisto en el caso del Global Shale Gas resulta en un aumento del 2,6% en los costes de mitigación. En el medio plazo los efectos son incluso más bajos, esto es, no se evidencian diferencias significativas dentro de la UE en conjunto. 
 
En conclusión, este análisis indica que los efectos de la disponibilidad de gas de esquisto, ya sea sobre las emisiones de GEI o en la mitigación de los costes para alcanzar objetivos climáticos ambiciosos, están limitados. Resumiendo, nuestros resultados indican un ligero incremento en las emisiones globales de GEI y, como consecuencia, un incremento en los costes de mitigación debido a los bajos precios de la energía en lugar de, como se argumenta en ocasiones, una reducción en las emisiones de GEI y en los costes de mitigación debido al cambio del carbón al gas. Precios de la energía más bajos reducen los beneficios de las medidas de eficiencia energética y de las fuentes de energía renovables en comparación con los combustibles fósiles y tienen un impacto negativo para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos de la UE. Finalmente, debería apuntarse que los resultados de este informe se alcanzaron sin tener en consideración los efectos colaterales en el medio ambiente de las emisiones fugitivas derivadas de la producción de gas de esquisto. Por lo tanto, los resultados deben ser considerados como parciales para una evaluación favorable para el desarrollo del gas de esquisto.