El presidente Donald Trump está presionando a Alemania para que pise el freno sobre un importante acuerdo de gas con Rusia como precio para evitar una guerra comercial transatlántica, según funcionarios alemanes, estadounidenses y europeos.
Los funcionarios han dicho que el presidente Trump le dijo en abril a la canciller alemana Angela Merkel que Alemania debería retirar el apoyo a Nord Stream 2, un gasoducto marítimo que traería el gas directamente de Rusia a través del mar Báltico. Sería a cambio de que EEUU iniciara conversaciones con la Unión Europea sobre un nuevo tratado comercial.
La presión de la Casa Blanca refleja la dureza de su táctica comercial, lo que ha contribuido a aumentar la tensión entre Europa y EEUU y a aflorar los temores de una Alemania, dependiente de sus exportaciones, acerca de unas represalias en los aranceles que podrían hundir su industria automovilística.
“Donald Trump es un negociador… habría un posible negocio si alguien (en Alemania) se levantara y dijera ‘Ayúdenos un poco más a proteger nuestra industria del automóvil porque somos muy buenos en ella y vamos a ayudarle con Nord Stream 2’”, dijo un funcionario estadounidense, que estaba presente en la reunión de abril entre la señora Merkel y el señor Trump.
Para elevar más la presión, Sandra Oudkirk, una alta diplomática estadounidense, declaró a la prensa el jueves en Berlín que como proyecto energético ruso, el gasoducto podría enfrentarse a sanciones estadounidenses, poniendo en riesgo a cualquier empresa que participe en él.
El Kremlin contraatacó inmediatamente, al calificar su portavoz Dmitry Peskov los esfuerzos estadounidenses como “un burdo esfuerzo para obstaculizar un proyecto energético internacional que tiene un papel importante en la seguridad energética”.
“Los americanos simplemente están intentando favorecer de manera burda a sus propios productores de gas”, dijo.
Washington se opone de manera ostensible al gasoducto porque haría a Ucrania -actualmente la principal ruta de tránsito de gas ruso hacia el oeste- y a otros aliados estadounidenses en la UE más vulnerables a la presión rusa. Funcionarios alemanes también afirman que EEUU está ansioso por desplazar a Rusia como proveedor de gas para Europa.
“En principio estamos abiertos a eso, pero la pregunta es qué cantidades pueden proporcionar los americanos y a qué precio”, dijo un alto funcionario alemán.
La señora Merkel, que no ha retirado su apoyo al gasoducto, dijo el jueves que la UE había acordado en un encuentro el miércoles por la noche ofrecer a EEUU “una colaboración más estrecha” en el campo del gas a cambio de una exención de aranceles permanente sobre el acero y el aluminio.
El señor Trump ha estado presionando por un mejor acceso de las empresas americanas al mercado de la UE, que ha calificado de sobreprotegido. Salvo que haya una oferta de la UE para abordar las quejas del señor Trump, EEUU golpeará a Europa con aranceles punitivos sobre el acero y el aluminio a partir del 1 de junio. La UE ha prometido represalias arancelarias.
Un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que el presidente Trump discutió el gasoducto y los aranceles con la canciller alemana durante sus reuniones, pero nunca relacionó directamente ambos asuntos. “Son dos temas separados”, dijo el funcionario de la Casa Blanca.
El señor Trump ha criticado públicamente el gasoducto Nord Stream 2, diciendo en una reunión con los líderes de los estados bálticos este año en la Casa Blanca que “Alemania conecta un gasoducto con Rusia, en el cual Alemania va a pagar a Rusia miles de millones de dólares por energía…. Eso no está bien”.
La señora Odkirk negó que Washington se opusiera a Nord Stream 2 para facilitar las ventas desde EEUU.
Un acuerdo EEUU-Alemania sobre Nord Stream 2 podría no ser suficiente para resolver las tensiones comerciales transatlánticas. Para que se iniciaran las conversaciones comerciales, los miembros de la UE tendrían que dar instrucciones a la burocracia de la UE para iniciar negociaciones formales con Washington y no todos los miembros están interesados en un nuevo acuerdo.
Sucesivas administraciones americanas han presionado a Europa, y en particular a Alemania, para que cree la infraestructura necesaria para recibir cargamentos marítimos de gas natural licuado de EEUU – una potencial fuente de grandes beneficios en un mercado energético creciente.
Es necesario transportar el gas licuado estadounidense en barco a través del Atlántico y sería considerablemente más caro que el gas ruso transportado mediante gasoductos. Un alto funcionario de la UE que trabaja en regulación energética, dijo que el gas ruso sería al menos un 20% más barato.
“La estrategia de Trump parece ser forzarnos a comprar su gas más caro, pero mientras el GNL no sea competitivo, Europa no aceptará ningún tipo de extorsión ni pagará precios desorbitados”, dijo un funcionario de la UE.
El plan del gasoducto alemán ha sido largamente controvertido con Ucrania, así como con varios países de la UE en el extremo oriental del bloque, que temen que le otorgue poder al presidente ruso Vladimir Putin sobre los suministros de gas – que Berlín hasta ahora ha ignorado en gran medida.
Pero con la reciente presión de Washington y la lucrativa relación comercial de Alemania con EEUU en riesgo, la canciller Merkel viaja a Rusia el viernes para reunirse con el presidente Putin en un intento de negociar un compromiso que pudiera satisfacer a EEUU y sus socios europeos.
Le pedirá al presidente ruso un acuerdo que mantenga el lucrativo comercio de tránsito – Ucrania recibe una tarifa por permitir que el gas ruso atraviese su territorio en su camino hacia el este de Europa- incluso después de que Nord Stream 2 esté operativo en 2019, dijo un funcionario alemán.
Los funcionarios del gobierno alemán dicen que, dado que se han otorgado todos los permisos para Nord Stream 2, no hay forma legal de detener el proyecto, dirigido por Gazprom, el gigante energético ruso, bajo acuerdos financieros con compañías internacionales como Engie, OMV, Shell, Uniper y Wintershall.
Nord Stream 2 es la segunda fase de un gasoducto existente que ya canaliza una cantidad más reducida de gas desde Rusia hasta Alemania. La construcción de la segunda fase empezó esta semana en Alemania, y los inversores han comprometido 5.000 millones de € (5.900 millones de $) en la operación.
Traducción del artículo "Trump Presses Germany to Drop Russian Pipeline for Trade Deal"`publicado el 17 de mayo de 2018 en The Wall Street Journal