lunes, 18 de mayo de 2015

Los alarmantes efectos cumulativos de las perforaciones de gas y petróleo sobre los ecosistemas en EEUU

América del Norte está siendo testigo del auge del gas y petróleo, con un promedio de 50,000 nuevos pozos al año desde el 2000. Es fácil ver que un pozo por sí solo produce un impacto ambiental, pero los datos sobre  los efectos cumulativos de este desarrollo se suman a lo largo del continente son escasos.

Ahora los investigadores de cinco universidades públicas de estados donde se ha producido el auge petrolero han logrado la primera visión global de la situación. Han rastreado los patrones de vegetación en fotografías de satélite de alta resolución tomadas desde el año 2000, y entrecruzado los datos de estas imágenes y de los registros públicos para entender dónde y cuándo se perforaron los pozos.
Este enfoque permitió a los investigadores calcular los cambios en la producción primaria neta debido al desarrollo energético a lo largo de una amplia región del centro de EE. UU y Canadá. La producción primaria neta mide el total de carbono fijado por las plantas y representa uno de los servicios ecosistémicos más fundamentales la base de la red alimentaria terrestre.
Los resultados del análisis de los investigadores ocupó solo dos páginas del ejemplar del 24 de abril de la revista Science, pero las implacables estadísticas del estudio y las claras comparaciones lo convierten en una especie de lamento profético.
 
El desarrollo del gas y petróleo ocasionó la pérdida de 4.5 teragramos de carbono o 10 teragramos de biomasa seca en la zona del estudio, según determinaron los investigadores. La cantidad de biomasa perdida en los pastizales podría servir de alimento para 5 millones de cabezas de ganado durante un mes. En tierras de cultivo, la pérdida es equivalente al 6 por ciento de la cosecha de trigo de EE. UU de 2013.
Los investigadores también calcularon el área de cada plataforma de perforación, zona de almacenamiento, y rutas de acceso asociadas con las perforaciones de gas y petróleo, y descubrieron que esta difusa red de infraestructura industrial ocupa terrenos que equivalen a la superficie de tres veces el Parque nacional Yellowstone.
Finalmente, calcularon que la fractura hidráulica, una técnica para extraer el gas y petróleo menos accesible, extrajo entre 7 mil millones y 34 mil millones de metros cúbicos de agua de una región que ya sufre severo estrés hídrico en el período 2000- 2012.
La última vez en que los seres humanos modificaron de manera tan radical esta parte del continente, señalan los investigadores, el resultado fue el Dust Bowl (cuenco de polvo). Sin embargo, su análisis deja margen para el optimismo, centrándose en los diversos métodos que posibilitaron su estudio. 
 
La capacidad para comprender las decisiones de uso de la tierra ha mejorado de manera sustancialdesde aquel momento, escribieron los investigadores. “Afortunadamente, los datos e información han dejado de ser un obstáculo para comprender y ocuparse de los efectos acumulativos a escala continental.El problema que persiste, por supuesto, es cómo transformar esa información en acciones.
Fuente: Allred B.W. et al. 2015 Ecosystem services lost to oil and gas in North America. Science DOI: 10.1126/science.aaa4785

Traducción del artículo"Oil and gas drilling saps ecosystem services across the Great Plains"publicado en el University of Washington Conservation el 28 de abril de 2015