miércoles, 25 de febrero de 2015

Las violaciones ambientales de la Industria del fracking en Pensilvania

La industria asegura que el fracking se puede regular correctamente y las distintas fases del proceso llevadas a la práctica con seguridad. Este crudo informe elaborado por el Environment New York Research & Policy Center demuestra como la industria en Pensilvania incumple sin embargo sistemáticamente  las salvaguardas sanitarias y medioambientales, al ritmo de 1,5 incumplimientos diarios.

 Resumen Ejecutivo

El fracking es sucio. Desde que se empieza a preparar el terreno para perforar hasta la extracción, pasando por el transporte y la entrega del producto terminado, el fracking pone en grave peligro el aire, el agua y la salud humana. Las personas que viven y trabajan cerca de emplazamientos de fracking tienen mayor riesgo de sufrir trastornos respiratorios y neurológicos.

Los portavoces de la industria petrolera y del gas suelen alegar que los riesgos del fracking pueden reducirse gracias a la aplicación de buenas prácticas y una regulación estatal apropiada. Este argumento no sólo es falso (el fracking es dañino aun cuando se cumplen todas las normas) sino que queda en entredicho al ver que las empresas de fracking incumplen sistemáticamente las protecciones sanitarias y medioambientales.
Los últimos datos recabados por el estado de Pensilvania, sobre los que la industria se lavó las manos, muestran la asiduidad con la que estas empresas siguen incumpliendo la ley.

Se puede decir que en Pensilvania, las empresas de fracking incumplen a diario las normativas destinadas a proteger el medioambiente y la salud humana. Entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de agosto de 2014, las 20 empresas de fracking más infractoras cometieron una media de 1,5 ilícitos
al día.

Desde 2011, el sector del fracking en Pensilvania ha incumplido la normativa sobre petróleo y gas en miles de ocasiones.  Estas infracciones no se refieren a cuestiones de papeleo, sino a faltas que ponen en grave riesgo a los trabajadores, al medioambiente y a la salud pública. Entre ellos destacan:

·     Permitir el vertido de productos químicos del fracking en suelo y agua. En julio de 2012, por ejemplo, Chief Oil & Gas  recibió una citación del Departamento de Protección Medioambiental de Pensilvania porque la empresa había ocurrido un vertido de más de 20 000 litros de ácido clorhídrico en su pozo del municipio de Leroy, condado de Bradford, y en la vecina Towanda Creek, que causó la muerte de numerosos peces.

·        Poner en peligro el agua potable por la construcción deficiente de pozos. En todo el estado de Pensilvania se han contabilizado hasta 243 incidencias por problemas de los pozos (fugas, contaminación de agua potable) entre diciembre de 2007 y agosto de 2014. 81 de ellas, ocurrieron entre 2011 y 2014. Uno de esos casos es el de la empresa Carrizo (Marcellus) LLC, que fue citada por no haber restaurado adecuadamente un manantial de agua que habían contaminado con sus actividades de fracking.

·        Tirar desechos industriales en los caudales locales de agua. El operador EQT Production fue citado en dos ocasiones en 2012 por el Departamento de Protección Medioambiental de Pensilvania por haber contaminado un arroyo con un pozo situado en el municipio de Duncan, condado de Tioga.

·        Otras gestiones inadecuadas de los desechos. En un caso de 2012, la empresa Exco fue citada por la contaminación de unos manatiales de agua subterránea potable por culpa de las fugas de un pozo que fue perforado sólo para inyectar desechos tóxicos bajo tierra en el municipio de Bell, condado de Clearflied.

La lista de los mayores  infractores de Pensilvania incluye grandes empresas multinacionales dedicadas al petróleo y al gas, así como pequeñas empresas locales que se comprometieron a cumplir las medidas de seguridad estatales. (Véase la Tabla ES-1.

·        Entre las 10 empresas más infractoras se encuentran filiales de Exxon-Mobil y Shell, así como Cabot y Chesapeake.

·        Estas y otras de las empresas más infractoras llevan a cabo operaciones de fracking o poseen derechos de explotación minera que podrían permitir el uso del fracking en 23 estados más: Alaska, Arkansas, California, Colorado, Ilinois, Indiana, Kansas, Kentucky, Luisiana, Maryland, Michigan, Montana, Nuevo México, Nueva York, Dakota del norte, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Virginia, Virginia Occidental y Wyoming.

·        La empresas radicadas en Pensilvania que aparecen en los primeros puestos son Penssylvania General Energy (de Warren), EQT Production (de Pittsburgh), CNX Gas (filial de Consol Energy y radicada en Canonsburg) y Synder Bros Inc. (de Kittanning).


·        También encontramos en los primeros puestos a cuatro empresas que se comprometieron públicamente a aplicar las medidas más estrictas cuando formaron en 2013 el Centro por el Desarrollo Sostenible del Esquisto. Desde entonces, estas empresas (EQT, Chevron, Appalachia, Consol y Shell) suman al menos 100 infracciones.

Si se tiene en cuenta la proporción con respecto a su  volumen de actividad de fracking en Pensilvania en los primeros puestos del ranking se sitúan tanto empresas grandes como pequeñas.

·        Atlas Resources, radicada en Pittsburgh, perforó 11 pozos entre 2011 y agosto de 2014 (entre las compañías con más de cinco pozos perforados) y fue citada por 13 infracciones, lo que supone 1,18 infracciones por pozo perforado, situándose en el primer puesto. A esta empresa le siguen Exco Resources, de Dallas; Halcon Operating Company, de Houston; Carrizo, de Houston; y Snyder Brothers, con sede en Kittanning, Pennsylvania.




Tabla ES-1. Las 20 empresas de fracking más citadas de Pensilvania, ordenadas por
número de infracciones medioambientales y sanitarias, entre enero de 2011 y agosto de 2014.


Empresa

Infracciones medioambientales y sanitarias
Puesto
CABOT OIL & GAS CORP
265
1
CHESAPEAKE APPALACHIA LLC
253
2
RANGE RESOURCES APPALACHIA LLC
174
3
CHIEF OIL & GAS LLC
150
4
SWEPI LP
119
5
XTO ENERGY INC
113
6
ANADARKO E&P ONSHORE LLC
92
7
SOUTHWESTERN ENERGY PROD CO
88
8
WPX ENERGY APPALACHIA LLC
86
9
SENECA RESOURCES CORP
85
10 (empate)
CARRIZO (MARCELLUS) LLC
85
10 (empate) (empatada)
EXCO RESOURCES PA LLC
82
12
EQT PRODUCTION CO
80
13 (empate)
PA GEN ENERGY CO LLC
80
13 (empate)
TALISMAN ENERGY USA INC
65
15
CHEVRON APPALACHIA LLC
63
16
ULTRA RESOURCES INC
52
17
EOG RESOURCES INC
38
18
CNX GAS CO LLC
36
19
SNYDER BROS INC
31
20






·        Mieka, que es parte de la empresa de Texas Vadd Energy, se sitúa en el primer puesto en número de infracciones en proporción al número de pozos para este periodo (entre las compañías con más de cinco pozos en uno de los periodos registrados), con 0,46 infracciones por pozo y periodo. A esta empresa le sigue Radnor, la filial de Penn Virginia Oil and Gas en Pensilvania; Enerplus Resources, de Calgary, Alberta, Canadá; Carrizo (Marcellus) LLC, de Houston; y XTO, la filial de Irving de ExxonMobil (Texas).

La cantidad de infracciones que recibieron citaciones estatales es, con bastante probabilidad, inferior al número de infracciones reales, ya que en Pensilvania se suelen realizar menos inspecciones que las exigidas por reglamento y porque los inspectores suelen oponerse a citar a las empresas que acceden voluntariamente a arreglar los problemas causados.

Hay estudios de otros estados que revelan problemas similares con respecto a los incumplimientos y al daño medioambiental del fracking. Por tanto, no hay motivos para creer que las operaciones de fracking en Pensilvania son muy diferentes de las de otros estados en la medida en que pueden causar estragos e incumplen sistemáticamente la normativa sanitaria y de seguridad.

El número y la gravedad de los riesgos que entrañan las operaciones de fracking no permiten aplicar de forma adecuada las medidas de construcción y el sistema de reglamentos y mucho menos reforzar las medidas de los miles de pozos ya existentes. Tener conocimiento de las constantes infracciones en Pensilvania hace más pertinente que nunca reivindicar el cumplimiento de estas recomendaciones:

·        Prohibir el fracking antes de se produzca. Tal y como determinó Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, lo más prudente que pueden hacer los estados es proteger el medioambiente y la sanidad pública.

·        Una moratoria a la construcción de nuevos pozos podría minimizar los daños en estados como Pensilvania, donde la aplicación del fracking aún no se ha extendido del todo. Para los pozos ya construidos, los estados deben aprobar restricciones más estrictas y reforzar las ya existentes.
·        Todas las comunidades locales deberían tener derecho a rechazar las operaciones de fracking en su territorio.

·        Exigir solvencia financiera a las empresas perforadoras en los estados en los que ya se practique el fracking. Se debe diseñar estas exigencias de solvencia con el fin de garantizar que los costes derivados de cualquier desastre medioambiental o sanitario causado por las operaciones de fracking recaigan sobre las empresas y no sobre los ciudadanos.

·        Acabar con las trampas legales que realizan las empresas de fracking para no someterse a disposiciones cruciales.  Los legisladores federales deberían proteger el patrimonio natural de Estados Unidos, evitando la aplicación del fracking en parques nacionales, bosques y manantiales de agua a los que acceden millones de estadounidenses.

·    Recopilar y publicar información más completa sobre el fracking. Esto nos permitiría comprobar el verdadero alcance de los daños que causa el fracking en el medioambiente y en nuestra salud.

publicado en invierno de 2015