Resumen Ejecutivo
El fracking es
sucio. Desde que se empieza a preparar el terreno para perforar hasta la
extracción, pasando por el transporte y la entrega del producto terminado, el
fracking pone en grave peligro el aire, el agua y la salud humana. Las personas
que viven y trabajan cerca de emplazamientos de fracking tienen mayor riesgo de
sufrir trastornos respiratorios y neurológicos.
Los portavoces de
la industria petrolera y del gas suelen alegar que los riesgos del fracking
pueden reducirse gracias a la aplicación de buenas prácticas y una regulación
estatal apropiada. Este argumento no sólo es falso (el fracking es dañino aun
cuando se cumplen todas las normas) sino que queda en entredicho al ver que las
empresas de fracking incumplen sistemáticamente las protecciones sanitarias y
medioambientales.
Los últimos datos
recabados por el estado de Pensilvania, sobre los que la industria se lavó las
manos, muestran la asiduidad con la que estas empresas siguen incumpliendo la
ley.
Se puede decir que
en Pensilvania, las empresas de fracking incumplen a diario las normativas
destinadas a proteger el medioambiente y la salud humana. Entre el 1 de enero
de 2011 y el 31 de agosto de 2014, las 20 empresas de fracking más infractoras
cometieron una media de 1,5 ilícitos
al día.
Desde 2011, el
sector del fracking en Pensilvania ha incumplido la normativa sobre petróleo y
gas en miles de ocasiones. Estas
infracciones no se refieren a cuestiones de papeleo, sino a faltas que ponen en
grave riesgo a los trabajadores, al medioambiente y a la salud pública. Entre
ellos destacan:
· Permitir el vertido de
productos químicos del fracking en suelo y agua.
En julio de 2012, por ejemplo, Chief Oil & Gas recibió una citación del Departamento de
Protección Medioambiental de Pensilvania porque la empresa había ocurrido un vertido
de más de 20 000 litros de ácido clorhídrico en su pozo del municipio de
Leroy, condado de Bradford, y en la vecina Towanda Creek, que causó la muerte
de numerosos peces.
·
Poner
en peligro el agua potable por la construcción deficiente de pozos.
En todo el estado de Pensilvania se han contabilizado hasta 243 incidencias por
problemas de los pozos (fugas, contaminación de agua potable) entre diciembre
de 2007 y agosto de 2014. 81 de ellas, ocurrieron entre 2011 y 2014. Uno de
esos casos es el de la empresa Carrizo (Marcellus) LLC, que fue citada por no haber
restaurado adecuadamente un manantial de agua que habían contaminado con sus
actividades de fracking.
·
Tirar
desechos industriales en los caudales locales de agua. El operador EQT Production fue citado
en dos ocasiones en 2012 por el Departamento de Protección Medioambiental de
Pensilvania por haber contaminado un arroyo con un pozo situado en el municipio
de Duncan, condado de Tioga.
·
Otras
gestiones inadecuadas de los desechos. En un caso de
2012, la empresa Exco fue citada por la contaminación de unos manatiales de
agua subterránea potable por culpa de las fugas de un pozo que fue perforado
sólo para inyectar desechos tóxicos bajo tierra en el municipio de Bell,
condado de Clearflied.
La
lista de los mayores infractores de
Pensilvania incluye grandes empresas multinacionales dedicadas al petróleo y al
gas, así como pequeñas empresas locales que se comprometieron a cumplir las
medidas de seguridad estatales. (Véase la Tabla ES-1.
·
Entre las 10 empresas más
infractoras se encuentran filiales de Exxon-Mobil y Shell, así como Cabot y
Chesapeake.
·
Estas y otras de las empresas más
infractoras llevan a cabo operaciones de fracking o poseen derechos de
explotación minera que podrían permitir el uso del fracking en 23 estados más:
Alaska, Arkansas, California, Colorado, Ilinois, Indiana, Kansas, Kentucky,
Luisiana, Maryland, Michigan, Montana, Nuevo México, Nueva York, Dakota del
norte, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Virginia, Virginia Occidental y
Wyoming.
·
La empresas radicadas en
Pensilvania que aparecen en los primeros puestos son Penssylvania General
Energy (de Warren), EQT Production (de Pittsburgh), CNX Gas (filial de Consol
Energy y radicada en Canonsburg) y Synder Bros Inc. (de Kittanning).
·
También encontramos en los primeros
puestos a cuatro empresas que se comprometieron públicamente a aplicar las
medidas más estrictas cuando formaron en 2013 el Centro por el Desarrollo
Sostenible del Esquisto. Desde entonces, estas empresas (EQT, Chevron,
Appalachia, Consol y Shell) suman al menos 100 infracciones.
Si
se tiene en cuenta la proporción con respecto a su volumen de actividad de fracking en
Pensilvania en los primeros puestos del ranking se sitúan tanto empresas
grandes como pequeñas.
·
Atlas Resources, radicada en
Pittsburgh, perforó 11 pozos entre 2011 y agosto de 2014 (entre las compañías
con más de cinco pozos perforados) y fue citada por 13 infracciones, lo que
supone 1,18 infracciones por pozo perforado, situándose en el primer puesto. A
esta empresa le siguen Exco Resources, de Dallas; Halcon Operating Company, de
Houston; Carrizo, de Houston; y Snyder Brothers, con sede en Kittanning,
Pennsylvania.
Tabla
ES-1. Las 20 empresas de fracking más citadas de Pensilvania, ordenadas por
número de infracciones medioambientales y sanitarias, entre
enero de 2011 y agosto de 2014.
Empresa
|
Infracciones
medioambientales y sanitarias
|
Puesto
|
CABOT OIL
& GAS CORP
|
265
|
1
|
CHESAPEAKE
APPALACHIA LLC
|
253
|
2
|
RANGE
RESOURCES APPALACHIA LLC
|
174
|
3
|
CHIEF OIL
& GAS LLC
|
150
|
4
|
SWEPI LP
|
119
|
5
|
XTO
ENERGY INC
|
113
|
6
|
ANADARKO
E&P ONSHORE LLC
|
92
|
7
|
SOUTHWESTERN
ENERGY PROD CO
|
88
|
8
|
WPX
ENERGY APPALACHIA LLC
|
86
|
9
|
SENECA
RESOURCES CORP
|
85
|
10
(empate)
|
CARRIZO
(MARCELLUS) LLC
|
85
|
10
(empate) (empatada)
|
EXCO
RESOURCES PA LLC
|
82
|
12
|
EQT
PRODUCTION CO
|
80
|
13
(empate)
|
PA GEN ENERGY
CO LLC
|
80
|
13
(empate)
|
TALISMAN
ENERGY USA INC
|
65
|
15
|
CHEVRON
APPALACHIA LLC
|
63
|
16
|
ULTRA
RESOURCES INC
|
52
|
17
|
EOG
RESOURCES INC
|
38
|
18
|
CNX GAS
CO LLC
|
36
|
19
|
SNYDER
BROS INC
|
31
|
20
|
·
Mieka, que es parte de la empresa
de Texas Vadd Energy, se sitúa en el primer puesto en número de infracciones en
proporción al número de pozos para este periodo (entre las compañías con más de
cinco pozos en uno de los periodos registrados), con 0,46 infracciones por pozo
y periodo. A esta empresa le sigue Radnor, la filial de Penn Virginia Oil and
Gas en Pensilvania; Enerplus Resources, de Calgary, Alberta, Canadá; Carrizo
(Marcellus) LLC, de Houston; y XTO, la filial de Irving de ExxonMobil (Texas).
La cantidad de infracciones que recibieron citaciones estatales
es, con bastante probabilidad, inferior al número de infracciones reales, ya
que en Pensilvania se suelen realizar menos inspecciones que las exigidas por
reglamento y porque los inspectores suelen oponerse a citar a las empresas que
acceden voluntariamente a arreglar los problemas causados.
Hay
estudios de otros estados que revelan problemas similares con respecto a los
incumplimientos y al daño medioambiental del fracking. Por tanto, no hay
motivos para creer que las operaciones de fracking en Pensilvania son muy
diferentes de las de otros estados en la medida en que pueden causar estragos e
incumplen sistemáticamente la normativa sanitaria y de seguridad.
El
número y la gravedad de los riesgos que entrañan las operaciones de fracking no
permiten aplicar de forma adecuada las medidas de construcción y el sistema de
reglamentos y mucho menos reforzar las medidas de los miles de pozos ya
existentes. Tener conocimiento de las constantes infracciones en Pensilvania
hace más pertinente que nunca reivindicar el cumplimiento de estas
recomendaciones:
·
Prohibir el fracking antes de se
produzca. Tal y como determinó Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, lo más
prudente que pueden hacer los estados es proteger el medioambiente y la sanidad
pública.
·
Una moratoria a la construcción de
nuevos pozos podría minimizar los daños en estados como Pensilvania, donde la
aplicación del fracking aún no se ha extendido del todo. Para los pozos ya
construidos, los estados deben aprobar restricciones más estrictas y reforzar
las ya existentes.
·
Todas las comunidades locales
deberían tener derecho a rechazar las operaciones de fracking en su territorio.
·
Exigir solvencia financiera a las
empresas perforadoras en los estados en los que ya se practique el fracking. Se
debe diseñar estas exigencias de solvencia con el fin de garantizar que los
costes derivados de cualquier desastre medioambiental o sanitario causado por
las operaciones de fracking recaigan sobre las empresas y no sobre los
ciudadanos.
·
Acabar con las trampas legales que
realizan las empresas de fracking para no someterse a disposiciones
cruciales. Los legisladores federales
deberían proteger el patrimonio natural de Estados Unidos, evitando la
aplicación del fracking en parques nacionales, bosques y manantiales de agua a
los que acceden millones de estadounidenses.
· Recopilar
y publicar información más completa sobre el fracking. Esto nos permitiría
comprobar el verdadero alcance de los daños que causa el fracking en el medioambiente
y en nuestra salud.
Traducción del Execuive Summary del informe "Fracking Failures: Oil and Gas Industry Environmental Violations in Pensylvania and What They Mean for the U.S."
publicado en invierno de 2015