Un nuevo estudio alerta de las elevadas fugas de metano de pozos de petróleo abandonados. Una
investigadora de Princeton mide las fugas que ponen en riesgo
las aguas subterráneas y constituyen un peligro para el clima. El problema de las fugas de pozos abandonados, una vez terminada su vida útil, es común a toda la industria del gas y el petróleo. Este problema cobra mayor relevancia con el auge del fracking, dado que la vida media de los pozos es muy pequeña, son abandonados a los pocos años, y se abren miles de pozos nuevos cada año.
La imagen de arriba muestra cómo el gas migra a las aguas subterráneas y a la atmósfera, alejado del pozo que genera filtraciones.
Un estudio de la Universidad de Princeton ha descubierto que las
filtraciones provenientes de pozos de gas y petróleo abandonados no
sólo suponen riesgos para las aguas subterráneas sino que también
representan una creciente amenaza para el clima.
En
el estado de Pensivalnia existen entre 200,000 y 970,000 pozos
abandonados que representan probablemente entre el cuatro y siete por
ciento de las emisiones de metano provocadas por el hombre en esa
jurisdicción, una fuente que antes no eran tenidas en cuenta,
sostiene el estudio.
Pensilvania,
de manera similar a Alberta en Canadá, es el productor de gas y
petróleo más antiguo de los EEUU y el escenario de una intensa
controversia ambiental debido al impacto de la fractura hidráulica
en su paisaje caracterizado por gran cantidad de pozos.
Para
el estudio, el primero en su tipo, la estudiante de doctorado e
ingeniera civil Mary Kang midió las emisiones de metano de 19 pozos
abandonados en el norte de Pensilvania.
Los
pozos abandonados de gas y petróleo pueden ser el camino para que el
metano, radón, la salmuera y varios hidrocarburos consigan migrar a
acuíferos de poca profundidad, a las viviendas de los residentes del
lugar o a la atmósfera.
El
metano es un poderoso gas de efecto invernadero con un potencial 86
veces superior al dióxido de carbono en un lapso de 20 años para el
calentamiento global.
En
consecuencia, las filtraciones derivadas de las infraestructuras de
gas convencional y no convencional podrían convertir a la industria
en una aún más sucia que la producción de carbón.
Los
científicos de este campo han descubierto en forma consistente que
los modelos usados por la industria del gas y del petróleo y los
entes reguladores han subestimado de manera significativa las
filtraciones de metano derivadas de válvulas, bombas, tuberías,
plantas de gas y pozos en producción. Los pozos abandonados ahora
también se han sumado a la lista.
El
experto en metano y ecólogo de la Universidad Cornell, Robert
Howart, sostuvo que el nuevo estudio es importante porque muestra que
las emisiones de las actividades relativas al gas y petróleo son
mucho más elevadas que lo que indican las estimaciones del gobierno
y de la industria.
El
problema de las filtraciones provenientes de los pozos abandonados
"no ha sido bien estudiado en el pasado y no ha sido tenido en
cuenta en absoluto por la Agencia de Protección Ambiental (EPA)
de EEUU en sus estimaciones de emisiones de gases de efecto
invernadero, ni tampoco por otras investigaciones académicas como la mia.
Se trata de un ejemplo más de lo poco que sabemos realmente sobre
las emisiones de metano de la industria del gas y del petróleo y una
razón más para creer que la EPA ha estado subestimando en gran
medida las emisiones totales”, afirmó.
El
caso de Pensilvania no tiene nada especialmente singular, agregó
Howarth, "entonces tiendo a pensar que este problema está
afectando a la mayoría, si no a todos, de los campos de gas y de
petróleo.”
El
problema de las filtraciones provenientes de los pozos, sin embargo,
está ampliamente difundido a nivel global e involucra a millones de
pozos de gas y petróleo.
Los fallos en pozos offshore en Noruega, por ejemplo, alcanzaron un
promedio de 24 por ciento en un análisis, mientras que los fallos
producidos en los pozos de gas no convencional recientemente
perforados usando fractura hidráulica en Pensilvania alcanzan un promedio de 6.4
por ciento.
Saskatchewan
muestra tasas de fallos en los pozos del 20 por ciento. Filtraciones
extensivas provenientes de pozos de petróleo pesado (que alcanzaron
el 45 por ciento) han derivado en la contaminación de las fuentes de
aguas subterráneas que ha sido documentada en el área de
Lloydminster en la frontera entre Alberta y Saskatchewan.
Fugas
de gas
Los
hallazgos de Kang refuerzan los de un estudio previo de la
Universidad de Waterloo que consideró que los 500,000 pozos que
provocan filtraciones son una amenaza a la seguridad pública y al
ambiente debido a “potencial deterioro de la calidad del agua
subterránea, contribuciones a las emisiones de gas de efecto
invernadero y riesgos de explosión si se produce acumulación de gas
metano en áreas inadecuadamente ventiladas.
El estudio de Waterloo también exhorta a los entes regulatorios y a la industria a que realicen controles de manera inmediata y midan las emisiones de las decenas de miles de pozos abandonados en el oeste de Canadá. También destaca que las emisiones documentadas de gas de los pozos representan sólo una fracción de lo que se está escapando hacia el subsuelo, a las aguas subterráneas o hacia otras formaciones.
En
Pensilvania, Kang descubrió que cada uno de los pozos abandonados
filtran un promedio de aproximadamente 96 metros cúbicos al año,
pero puede haber entre 280,000 a 970,000 de los mencionados pozos
solamente en ese estado.
Cerca
del 16 por ciento del total de pozos no filtraron pequeñas
cantidades, sino aparentemente se trata de "super-emisores"
o grandes surtidores de metano.
El
pozo más contaminante libera 3.2 metros cúbicos de gas por día, o
1,168 metros cúbicos de gas al año. Esto equivale aproximadamente a
un valor de $300 de gas natural anualmente.
En
comparación, según Enbridge,
el
canadiense típico usa 3,064 metros cúbicos de gas al año para
calentar sus viviendas y el agua.
Aproximadamente
el 10 por ciento de los pozos de Columbia Británicapresentan
filtraciones pero no se está realizando controles sobre la tasa de
filtración de los 10,000 pozos inactivos o abandonados de la
provincia.
Algunos
de los pozos de gas no convencional que están actualmente en
producción se convirtieron en super-emisores y filtran
aproximadamente 3,000 metros cúbicos al año.
Otros
hallazgos sorprendentes
Kang
también hizo otros numerosos hallazgos sorprendentes. Las
filtraciones de metano de los pozos que fueron taponados y sellados
con cemento en forma apropiada cuando fueron abandonados, fueron tan
elevadas como las tasas de filtraciones de los pozos que no fueron
taponados.
Los
pozos conectados a formaciones de piedra arenisca tienen más
tendencia a presentar filtraciones con mayor frecuencia que los pozos
construidos en otro tipo de formaciones.
También
se encontraron etanol, propano y n-butano mezclados con el
metano—todos indicadores de que el gas provino de zonas destinadas
a la industria energética en contraposición al que deriva de
pantanos o de otras fuentes naturales.
El
ritmo con el que el metano está fluyendo hacia la atmósfera también
fluctúa a lo largo del tiempo. Durante el invierno las filtraciones
disminuyen, mientras que en verano cada vez más metano fluye de los
pozos.
Los
dramáticos hallazgos del estudio de Princeton nuevamente muestran
que el sellado de cemento de los pozos activos y el que se hace en
los abandonados, se quiebra, se encoge y se fractura con el paso del
tiempo, permitiendo que el metano se filtre y encuentre el camino que
presenta menor resistencia, como son las fracturas naturales.
El
gas que se fuga puede recorrer distancias de cerca de 14 kilómetros
y aparecer en ríos y viviendas.
Para
lograr que los entes reguladores y la industria aborden el problema,
Kang sugirió en su tesis de doctorado que los "gases,
incluyendo metano, y otros hidrocarburos, que emiten los pozos
abandonados de gas y petróleo” deben ser considerados “como una
fuente de energía alternativa”.
Más
abandonados que recuperados
La
contaminación del agua para consumo con metano ha sido documentada
en Pensilvania, Colorado y Texas, y en todos los lugares donde se
han realizado operaciones de lugar fractura hidráulica y
perforaciones de manera intensiva.
Pero
en numerosos casos los entes reguladores han dejado de lado la
evidencia científica y concluyeron que el metano está surgiendo de
manera natural.
La
Autoridad Regulatoria de Energía de Alberta mantiene una base de
datos de filtraciones de los 316,439 pozos informados por la
industria desde 1910. Pero esta información no es de dominio público
y el ente regulador carece de una política para someter a prueba
las filtraciones de gas de los pozos una vez que han sido
abandonados.
Actualmente,
las deudas generadas por el abandono y el proceso de recuperación de
los pozos inactivos, tuberías e instalaciones alcanza un total de
$32 mil millones en Alberta. Pero la autoridad regulatoria maneja
$279 millones en bonos como seguro para las tareas de limpieza.
Las empresas de gas y petróleo están abandonando los pozos a una velocidad mucho mayor que la de recuperación, un proceso que incluye la evaluación del cemento y el taponamiento del pozo.
Las empresas de gas y petróleo están abandonando los pozos a una velocidad mucho mayor que la de recuperación, un proceso que incluye la evaluación del cemento y el taponamiento del pozo.
Concentración
de los pozos activos y abandonados a lo largo de Norte América. En
todos los lugares entre 1.9 y 75 por ciento de filtraciones de
metano. Fuente: Richard Davies / Marine and Petroleum Geology Journal.
Theresa
Watson, una ex funcionaria del ente regulador de Alberta, destacó en
una presentación del 2013 que un creciente número de pozos de fractura horizontal múlti-etapa estaban en contacto directo
con pozos preexistentes con el "potencial para generar
consecuencias en los bienes (propiedad de otras industrias) y en las
fuentes de agua subterránea."
Hasta
la fecha, han existido más de 20 casos de operaciones de la
industria de fractura de alta presión que al estar conectadas con
los pozos cercanos, derivaron en erupciones de fluidos tóxicos hacia
la superficie.
Algunos
de estos denominados "golpes de fractura" viajaron más de
2,400 metros a través de fracturas naturales y artificiales y de
fallas geológicas antes de llegar a la superficie. Más de 30 de
tales eventos han ocurrido en Columbia Británica. Todos plantean un
riesgo para las fuentes de aguas subterráneas.
"Los
muertos están saliendo del armario" afirmó Watson en su
presentación.
Kang
llegó a la conclusión de que los gobiernos necesitan hacer un mejor
trabajo, brindando información y controlando los pozos abandonados,
porque al parecer son una inesperada y significativa fuente de
emisiones de metano que hasta ahora se desconocía.
"Se
requiere realizar mediciones adicionales para caracterizar y lograr
determinar la distribución de los flujos de metano de los pozos de
gas y petróleo abandonados en Pensilvania y en otras regiones”,
escribió.
Un
importante estudio de 2014 del investigador británico Richard
Davies en Marine
and Petroleum Geology llegó a la misma conclusión e hizo un
llamado a realizar monitoreos más sistemáticos y a largo plazo,
tanto de los pozos activos cuanto de los abandonados.
Traducción de artículo "Abandoned Oil Wells Spouting Significant Levels of Methane: Study" publicado en The Tyee el 14 de junio de 2014