miércoles, 11 de junio de 2014

En Reino Unido solo los organizadores de conferencias se están enriqueciendo con el fracking


La perspectiva de la fractura hidráulica (fracking) en el sur de Inglaterra se hizo más próxima la semana pasada cuando el British Geological Survey reveló la extensión estimada de la riqueza de hidrocarburos en la región.

  La cuenca Weald, que cubre una gran franja del cinturón de los suburbios de Londres desde Hampshire a Kent pasando por Sussex y Surrey, se ha constatado que alberga gran cantidad de petróleo de esquistos bituminosos (shale oil), que podría ser potencialmente recuperado a través del controvertido proceso de fractura hidráulica.

Si los buscadores de esquistos empiezan a excavar los condados de alrededor de Londres en busca del oro negro, habrá indignación pública por la interrupción de la tranquilidad rural y por el riesgo de profanación medioambiental. 
 
La “batalla de Balcombe”, que tuvo lugar en una verde y prospera aldea de Sussex el año pasado, ilustra la oposición popular a la industria en la zona central de los Tories.
De todos modos, para la minoría de moradores del país cuyas fincas yacen sobre las formaciones de esquistos, el hecho de perforar en profundidad y con éxito en sus tierras ¿podría significar la aparición de una bonanza financiera?

Para desilusión de algunos entusiasmados propietarios, la propiedad de la Corona respecto los derechos sobre los minerales se extiende a todo el país, los vecinos no tienen derecho a reclamar el petróleo como suyo.

En 2010, el ex propietario de Harrods Mohamed Fayed fracasó en su demanda de participación de las ganancias derivadas de la extracción convencional de petróleo de su finca de Surrey.

Las oportunidades para negociar el cobro de grandes sumas de las compañías petroleras a cambio del derecho de acceso a las tierras, están destinadas a desaparecer con las propuestas del gobierno para prevenir que los locales puedan llevar a cabo esos proyectos, mediante la modificación de las leyes de la propiedad.

Citando las similitudes entre la extracción profunda de esquistos y la minería de carbón – e incluso los derechos sobre el espacio aéreo sobre una propiedad – el gobierno propone un derecho reglamentario de acceso para la extracción de petróleo o gas de cómo mínimo 300 metros por debajo de la superficie. 
 
Además, un único pago de £20.000 por pozo – además de uno de £100.000 por ubicación –se pagaría, pero no a los propietarios, si no a una organización comunitaria, de acuerdo con el documento de consulta del gobierno. El pago mencionado seria nominal, según dicho documento.

Mientras estas propuestas quizás eviten futuras especulaciones en los campos y bosques del sureste rural, la eliminación de obstáculos a la planificación será de poca ayuda para promover el entusiasmo de los inversores hacia los buscadores de petróleo y gas que intentan aprovecharse de las reservas de esquistos del país.

¿Pero es este un caso que convenza a los inversores? Hay cuestiones relacionadas con la geología, al menos en Weald.

Si los cálculos probaran con certeza que solo un 1% del crudo de Weald se puede recuperar, eso llevaría a la producción equivalente a solo 50 millones de barriles. En Ruino Unido se consumió el equivalente a 1,5 millones de barriles al día en 2012.

La formación de esquistos de Bowland, en el norte de Inglaterra, es más prometedora. El British Geological Survey estimó el año pasado que el área cubre cerca de 36.812(tn) m³ de gas. Si solo se extrajera el 10%, la cantidad sería equivalente a 40 años de provisión de gas para el Reino Unido.

De todos modos, hay dudas sobre el valor de las participaciones de las empresas explotadoras de esquisto, la mayoría de las cuales tienen limitada o, en algunos casos, no pueden presumir de producción. Empresas como Aim-listed IGas y Egdon Resources no son tan económicas como lo eran a principio de año.

Mientras que la petrolera francesa Total ha anunciado inversiones en el sector del esquisto inglés, la cantidad comprometida – sobre los 50 millones de dólares – es una nimiedad. Su precaución puede deberse a la experiencia de sus colegas. En Norteamérica, tanto BP como Shell se han quemado los dedos, perdiendo 1.000 millones de dólares y más de 2.000 millones de dólares respectivamente en activos de esquistos.

A pesar del optimismo acerca de una revolución del esquisto en Reino Unido, la realidad es que la extracción de recursos está lejos de ser una realidad y, en el mejor de los casos, a unos cuantos años de distancia.

Los inversores quizás quieran seguir el consejo del comentarista, mencionado en el blog del Financial Times de Nick Butler, quien afirma que los únicos que están enriqueciéndose con el esquisto en el Reino Unido son los organizadores de conferencias y el sector de la seguridad.

Traducción del artículo "Can I make a fortune from fracking?"  publicado en Financial Times el 28 de mayode 2014