martes, 20 de mayo de 2014

¿Qué hace la francesa TOTAL en el Sáhara Occidental?


La compañía francesa Total, junto con otras multinacionales, acaba de empezar a explorar el Sahara Occidental (territorio bajo ocupación marroquí desde hace casi cuarenta años) en busca de petróleo y gas. Estas actividades plantean conflictos éticos relacionados con la consulta con las comunidades locales y la distribución justa de los ingresos potenciales. Los activistas saharauis llevan años exponiendo sus preocupaciones sobre la petrolera, denunciando su papel en socavar la soberanía del territorio. También algunos inversores “éticos” critican a Total, en especial los fondos noruegos.

 
El fondo soberano noruego es el cuarto mayor inversor en Total con un poco más del dos por ciento de las acciones de la compañía, equivalentes a unos 3.000 millones de euros. Este fondo acaba de anunciar que está examinando las operaciones de Total en el Sáhara Occidental para determinar si cumplen con el código ético del fondo.
Se le ha concedido a Total una licencia de exploración para un área de 100.000 kilómetros cuadrados de la costa del Sáhara Occidental. Esta zona, llamada “bloque de Anzarane”, equivale a la superficie de Portugal. Expedida en origen por el gobierno de Marruecos en 2002, la licencia acaba de renovarse para operaciones de reconocimiento. La firma francesa asegura que no se ha solicitado hasta la fecha ninguna licencia para perforaciones exploratorias.
Grupos en defensa de los derechos de los saharauis, en particular la ONG Western Sahara Resources Watch (WSRW, “Vigilancia sobre los recursos naturales del Sáhara Occidental”), cuestionan la legalidad de las licencias expedidas a Total y a las otras compañías de gas y petróleo por parte del gobierno marroquí en el Sáhara Occidental.

Los negocios son los negocios
Los defensores del pueblo saharaui aseguran que Total trabaja con un “gobierno de ocupación” y por lo tanto eso debilita y deslegitimiza la lucha del pueblo saharaui por la autodeterminación: “La industria petrolera se está convirtiendo en un obstáculo en términos de presionar a Marruecos para aceptar el derecho [de autodeterminación]”, afirma Erik Hagen, presidente de WSRW. 
 
El año pasado, el grupo defensor publicó un informa, titulado “Injusticia Total”, en el que se criticaba duramente el papel de Total en el Sáhara Occidental. “Total demuestra una completa indiferencia de los principios básicos de la responsabilidad social corporativa. Se niega a escuchar cualquier proclama de los derechos legítimos de la gente del territorio ocupado”, proclamó Erik Hagen por entonces. Según WSRW, Total rechaza aclarar sus planes en el Sáhara Occidental y elude sus responsabilidades al poner como excusa que no se involucra en la política.
En respuesta al reciente anuncio del fondo soberano noruego, Total declaró a Reuters que sus “operaciones en la costa del Sáhara Occidental, como en otros puntos donde [opera], están de acuerdo con las leyes y normas internacionales aplicables mencionadas en [su] Código de Conducta, en particular aquellas relacionadas con los derechos humanos”.
Como destacaba un reciente artículo publicado en Le Monde (artículo centrado en la participación de Total en el petróleo de esquisto ruso en medio de la crisis diplomática ucraniana): “La política de Total siempre ha consistido en continuar sus actividades en países controvertidos mientras no existan prohibiciones por parte del gobierno francés o las Naciones Unidas, como en Iraq y en Irán”.

Desinversión
El fondo soberano noruego, que gestiona una cartera de valores de 600.000 millones de euros, ha puesto en práctica un cierto número de criterios éticos, que le han llevado en el pasado a desinvertir de 63 compañías, principalmente de los sectores del tabaco, las armas nucleares y las minas antipersona. El fondo reflexiona actualmente sobre una extensión de sus criterios de exclusión, para incluir las compañías petroleras y de gas que operan en países con un gran riesgo de corrupción, las firmas textiles que violan los derechos de los trabajadores o las empresas implicadas en la sobrepesca y la destrucción de los bosques. Podría incluso dejar de invertir en los combustibles fósiles (una paradoja para un fondo que se encarga de invertir los beneficios del gas y el petróleo noruegos).
En 2005, el fondo ya desinvirtió de otra compañía petrolera activa en el Sáhara Occidental: Kerr-McGee. En junio de 2013, la aseguradora noruega KLP también anunció se desinversión de Total debido a sus actividades en el Sáhara Occidental.
El gobierno marroquí ha concedido una licencia de exploración en el Sáhara Occidental a otra multinacional petrolera: la “junior” Kosmos Energy, que está especializada en las operaciones de prospección “pioneras” y que se dio a conocer por haber descubierto y explotado el campo Jubilee, en la costa de Ghana [1]. Kosmos ya tiene actividades de prospección con BP en Marruecos en la costa de Agadir y Essaouira, y ha anunciado su intención de comenzar actividades similares en octubre en la zona de Cap Boujdour, en la costa del Sáhara Occidental.

Intereses y aspiraciones del pueblo saharaui”
Colonia española hasta 1976, el Sáhara Occidental fue ocupado a continuación por Marruecos, que ha reivindicado su soberanía. Esto dio como resultado años de conflicto entre las fuerzas armadas marroquíes y el Frente Polisario independentista, apoyado por Argelia. Las Naciones Unidas impusieron un alto el fuego en 1991, al que seguidamente se debía celebrar un referéndum de autodeterminación. Este nunca tuvo lugar ya que las dos partes no llegaron a un acuerdo sobre el derecho a participar en él de los colonizadores marroquíes. A día de hoy, ningún otro país reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. 
 
Después de que Marruecos en 2002 concediese licencias de prospección petrolera en el Sáhara Occidental, las Naciones Unidas han publicado una opinión legal ambigua, llamada “Opinion Corell”, que reconoce la autoridad administrativa de facto y expone que las actividades petrolera solo serán legales si no contravienen “los intereses y aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental”.
El gobierno marroquí y las compañías petroleras se apresuraron a resaltar las “consecuencias económicas positivas” del petróleo para justificar sus decisiones. Las autoridades marroquíes aseguran que quieren una “distribución justa de los beneficios” con los saharauis –aunque por el momento subrayan sobretodo la creación de empleo, sin que se menciones otras repercusiones financieras. Al renovar las licencias de Total y de Kosmos a principios de año, el gobierno marroquí también ha prometido que “las comunidades locales y sus representantes serán consultados y asociados”, sin ninguna otra precisión. Desde la publicación de la “Opinion Corell” en 2002, no se ha hecho nada en términos de una consulta formal.
Las organizaciones saharauis aseguran que la población local se opone a la llegada de las multinacionales petroleras y que, por lo tanto, las licencias son ilegales en los términos de la “Opinion Corell”. 
 
El territorio todavía está bajo la ocupación del ejército marroquí. Una gran parte del pueblo saharaui vive en el exilio y en campos de refugiados. En un informe del 2013, el Relator Especial sobre la tortura de las Naciones Unidas afirma que el empleo de la tortura y la violencia por parte de las autoridades marroquíes son frecuentes en el Sáhara Occidental. Por lo tanto, ¿se puede realmente considerar que los saharauis son libres para conceder su consentimiento a las actividades de Total y de otras empresas?
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[1] Big Men, Everyone wants to be big, cinta documental de Rachel Boynton que trata sobre las actividades de Kosmos en Ghana. Se acaba de estrenar en Estados Unidos y ha recibido múltiples premios, incluyendo el Grand Prix del Festival Internacional de Cine Medioambiental de París en 2014. Para más información, véase su página web: http://bigmenthemovie.com/
Traducción del artículo "What is Total doing in Western Sahara ?" publicado el 25 de abril de 2014, por Olivier Petitjean en Multinatonals observatory. 

Traducido por Manuel Escudero Escudero, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras/es voluntarias/os de Ecologistas en Acción