Un
experto en gases invernadero advierte de la urgencia de controlar el
metano
«Debemos
controlar el metano sin
más demora, y el gas natural es la fuente de contaminación por
metano más extensa de Estados Unidos», afirmó Robert Howarth,
profesor de Ecología y Biología medioambiental del centro David R.
Atkinson, que explica en un próximo artículo que la Tierra puede
llegar a un punto sin retorno si la temperatura media global aumenta
de 1.5 a 2 grados centígrados en las próximas décadas. «Si
llegamos a un punto de inflexión climática debido al metano,
nuestro problema con el dióxido de carbono será irrelevante.
Tenemos que centrarnos en el metano o en una catástrofe que cada vez
presenta más riesgos a nivel global».
El
estudio de Howarth, titulado «Un puente hacia ningún sitio:
emisiones de metano y la huella del gas natural en los gases
invernadero», se publicará el 20 de mayo en la revista Energy
Science and Engineering
(Ciencia e Ingeniería Energética).
El gas natural, que en su
momento supuso una unión prometedora entre la era del petróleo y el
carbón y la tranquilidad de la energía solar, eólica e hídrica,
es una fuente importante de metano
atmosférico,
debido a las fugas extendidas, así como a los venteos intencionados
de gas. Howarth señala el «forzamiento
radiativo»,
una medida de calor atrapada en la atmósfera de la Tierra procedente
de gases invernadero generados por el hombre. Afirma que el papel
actual del metano está aumentando y contribuyendo con más de un 40
por ciento del forzamiento radiativo actual procedente de todos
los gases
invernadero,
según los últimos datos del Panel intergubernamental sobre el
cambio climático.
El
papel del metano como elemento clave en el calentamiento
global es
incluso más crítico que lo que pueda indicar este 40 por ciento,
según indica Howarth. El sistema climático responde mucho más
rápido ante la reducción del metano que a la del dióxido de
carbono. Si la sociedad controlase de forma más rigurosa las
emisiones de dióxido
de carbono,
pero ignorase las emisiones de metano, el planeta aumentaría
peligrosamente su temperatura de 1.5 a 2 grados centígrados en un
plazo de 15 a 35 años. Al reducir las emisiones
de metano,
la sociedad se garantiza algunas décadas críticas más de
temperaturas más bajas.
«La
sociedad necesita desengancharse cuanto antes de la adicción a los
combustibles fósiles», afirma Howarth. «Pero no basta con
sustituir algunos combustibles fósiles (carbón, petróleo) por
otros (gas natural) para enfrentarse al calentamiento global. En
lugar de eso, deberíamos aprovechar las tecnologías del siglo XXI y
hacer que nuestros sistemas energéticos dependan de la energía
eólica, solar e hídrica».
En
2011, Anthony Ingraffea, profesor de Ingeniería de la fundación
Dwight C. Baum de Cornell, Renee Santoro, técnico de investigación
en Ecología y Biología evolutiva, y Howarth publicaron «El metano
y la huella en los gases invernadero producida por el gas natural
procedente de las formaciones de pizarra» en la revista Climate
Change Letters (Cartas
sobre el cambio climático), donde explicaban que la extracción
de gas
natural de
la formación Marcellus agravará el calentamiento global más que la
minería y la quema de carbón.
En
su último trabajo, Howarth afirma que a las sociedades se les ha
acabado el tiempo y deben intentar lograr cambios tecnológicos ahora
para conseguir una energía sostenible. Considera que «si podemos
controlar el metano, aún estamos a tiempo de cambiar el curso de los
acontecimientos».Traducción del artículo "Control methane now, greenhouse gas expert warns