jueves, 24 de abril de 2014

La Casa Blanca miente a la UE sobre el suministro de gas de EE.UU.


La Casa Blanca y el Departamento de Estado han mentido descaradamente a la UE sobre su capacidad para suministrar una cantidad más que suficiente de gas natural como para reemplazar las entregas de gas de Rusia. Recientes declaraciones del Presidente Obama y del Secretario de Estado John Kerry son tan claramente falsas que delata una desesperación increíble en Washington al respecto de la situación en Ucrania contra Moscú. O bien sugiere que Washington está tan alejada de la realidad que simplemente no le importa lo que dice. En cualquier caso, hace pensar que es un compañero diplomático poco fiable para la UE.

Tras su reciente reunión con los líderes de la UE, Obama proclamó la increíble afirmación de que la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (ATCI o TTIP, por sus siglas en inglés) que se está negociando de forma secreta a puerta cerrada por las mayores multinacionales privadas le facilitaría a los Estados Unidos exportar gas a Europa y ayudaría a reducir su dependencia de la energía rusa: “Una vez tengamos en marcha un acuerdo de comercio, las licencias de exportación para proyectos de gas natural licuado destinados a Europa serán mucho más fáciles, lo que obviamente es relevante en el actual ambiente geopolítico”, declaró Obama.

Ese oportunismo político para intentar revitalizar las atascadas conversaciones de la ATCI al jugar con el temor de la UE por la pérdida del gas ruso tras el golpe de estado, orquestado por EE.UU., del 22 de febrero en Ucrania, ignora que el problema de llevar el gas de esquisto a la UE no reside en facilitar las licencias para el GNL en Estados Unidos y la Unión Europea.

En otras declaraciones recientes, haciendo referencia al reciente boom por el gas de esquito no convencional estadounidense, Obama y Kerry han afirmado que los EE.UU. podría reemplazar todo el gas ruso en la UE, una mentira descarada si nos basamos  en realidades físicas. En su reunión en Bruselas, Obama les comentó a los líderes de la UE que deberían importar gas de esquisto desde los Estados Unidos para reemplazar el gas ruso. Existe un gran problema con eso.

El fracaso de la revolución del esquisto

Número uno, la “revolución del gas de esquisto” en EE.UU. ha fracasado. El gran incremento en la producción estadounidense de gas natural por medio del “fracking”, o forzar a que salga el gas de las formaciones rocosas, se está abandonando por parte de las grandes compañías energéticas como Shell y BP por ser un despilfarro. Shell acaba de anunciar una gran reducción en su exposición al desarrollo del gas de esquisto estadounidense. Shell está vendiendo sus arrendamientos en unos 700.000 acres de tierras con gas de esquisto en las grandes áreas de Texas, Pensilvania, Colorado y Kansas. Añaden que puede que tengan que deshacerse de aún más para detener sus pérdidas por el esquisto. El director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, declaró: “Ahí el rendimiento financiero es francamente inaceptable…algunas de nuestras apuestas al explorar simplemente no han funcionado”.

Un resumen útil de la ilusión por el gas de esquisto procede de un reciente análisis de los resultados reales de varios años en la extracción de gas de esquisto en EE.UU. llevado a cabo por el veterano analista energético David Hughes. Él apunta que: “La producción de gas de esquisto ha crecido vertiginosamente hasta suponer casi el 40% de la producción de gas natural estadounidense. Sin embargo, la producción se ha estancado desde diciembre de 2011 (el 80% de la producción de gas de esquisto proviene de cinco lugares, varios de ellos en declive). La gran tasa de descenso de los pozos de gas de esquisto requieren continuas inyecciones de capital, que se estiman en 42.000 millones de dólares al para perforar más de 7.000 pozos, con el fin de mantener la producción. En comparación, el valor del gas de esquisto producido en 2012 fue de solo 32.500 millones de dólares”.

Así que o los asesores están mintiendo a Obama sobre el estado real del suministro de gas de esquisto en EE.UU., o está mintiendo a propósito. Lo primero es lo más probable.

El segundo problema con la “oferta” estadounidense de gas a la UE para reemplazar el gas ruso es el hecho de que necesita enormes y costosas infraestructuras en la forma de construcción de nuevas terminales de Gas Natural Licuado que puedan encargarse de los enormes superbuques de GNL para llevarlos a similares puertos con terminales de GNL en la UE.

El problema es que, debido a varias leyes nacionales sobre la exportación de energía doméstica y a factores del suministro, no existe ninguna terminal de licuación del GNL en EE.UU. La única que se está construyendo es la terminal de recepción de GNL Sabine Pass en Cameron Parish, Luisiana, propiedad de Cheniere Energy, en cuyo consejo se encuentra John Deutch, antiguo jefe de la CIA. El problema con la terminal de GNL Sabine Pass es que la mayoría del gas ha sido pre-contratado por clientes coreanos, indios y de otros países asiáticos, no para la UE.

El tercer problema es que incluso si se instalase un puerto de gran capacidad para satisfacer las necesidades europeas para reemplazar los suministros rusos, esto aumentaría los precios locales del gas natural y acortaría el boom de la mini-producción avivado por el abundante y barato gas de esquisto. El coste final para los consumidores europeos del GNL estadounidense tendría que ser mucho más alto que el actual gas ruso proporcionado por el Nord Stream o Ucrania. El siguiente problema es que los superbuques especializados de GNL no existen para suministrar al mercado europeo. Todo esto lleva varios años, incluyendo las aprobaciones medioambientales, el tiempo de construcción, quizás siete años de media en las mejores condiciones.

La UE consigue actualmente alrededor del 30% de su gas, su fuente de energía que más rápido crece, de Rusia. En 2007, la empresa rusa Gazprom suministró el 14% a Francia, el 27% a Italia, el 36% a Alemania, con Finlandia y los estados bálticos recibiendo hasta el 100% de sus importaciones de gas de Rusia.

La UE no tiene una alternativa realista al gas ruso. Alemania, la mayor economía, ha decidido tontamente eliminar gradualmente la energía nuclear y su “energía alternativa” (la solar y la eólica) es un desastre económico y político con unos costes de la electricidad del consumidor que se está disparando a pesar de que las alternativas son una mínima parte del mercado total.

En resumen, la quimera de cerrarse al gas ruso e introducir en su lugar el gas estadounidense es un sinsentido económico, energético y político.

Traduccion del artículo " WhiteHouse Lies to EU about US Gas Supply" publicado el 10 de abril de 2014 por William Engdahl enThe Information Clearing House
 
F. William Engdahl es asesor y profesor de riesgos estratégicos, posee una licenciatura en política por la Universidad de Princeton y es un autor de best-sellers sobre petróleo y geopolítica.

Traducido por Manuel Escudero Escudero, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras/es voluntarias/os de Ecologistas en Acción