Hoy, el Centro de Investigación y de Políticas Environment America y sus filiales en todo el país difundieron las cartas de más de 1000 médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud dirigidas al presidente Obama en las que sostienen que la técnica de fractura hidráulica debe detenerse dado que constituye una amenaza para la salud pública.
Las cartas aparecieron al tiempo que el conocimiento público acerca de los impactos para la salud y para el medio ambiente de la fractura hidráulica está en alza. Por ejemplo, en un estudio revisado por pares publicado el mes pasado, los investigadores encontraron un incremento en los defectos congénitos en bebés cuyas madres vivían en Colorado en las proximidades de múltiples pozos de petróleo y gas.
“La fractura está enfermando a la gente y punto. Las familias de Pensilvania, Colorado y Dakota del Norte ya están sufriendo las consecuencias de la contaminación del aire y del agua provocada por perforación sucia.” sostuvo Courtney Abrams, el director del programa de agua limpia de Environment America.
“El momento para actuar es ahora. Más de 1000 doctores, enfermeros y profesionales de la salud en toda la nación están de acuerdo. Esto debe servir para despertar a quienes toman las decisiones”.
La fractura hidráulica se está expandiendo rápidamente a través del país y su efecto en la salud pública y en el medio ambiente está pasando factura.
Existe un número creciente de casos documentados de individuos que viven en las cercanías de las operaciones de fractura y sufren efectos agudos y crónicos en su salud tales como náuseas, erupciones, mareos, dolores de cabeza y sangrado nasal.
Los doctores que revisaron los registros médicos en Pensilvania han denominado a estas enfermedades “la punta del iceberg” del impacto de la fractura hidráulica en la salud.
“La fractura daña la salud de muchas maneras: liberando gases tóxicos, contaminando grandes cantidades de agua y contribuyendo en gran medida al cambio climático.
“Como nación debemos desarrollar energías limpias y renovables en lugar de esto” afirmó la doctora Catherine Thomasson, directora ejecutiva de Médicos por la responsabilidad social.
“La generación de electricidad no debería ser la causa de enfermedades; la energía no debería ser venenosa.”
Las operaciones de fractura hidráulica han contaminado las fuentes de agua potable desde Pensilvania a Nuevo México. Las filtraciones y derrames del fluido de fractura que a menudo contiene conocidos cancerígenos ( por ejemplo benceno) y químicos que alteran el sistema endocrino han contaminado los ríos y arroyos. Las aguas residuales de la fractura hidráulica – que suele contener metales pesados ( como plomo y arsénico) y materiales radiactivos (por ejemplo radón , uranio)- se ha filtrado de cientos de fosos de disposición de aguas residuales a las aguas subterráneas.
Los contaminantes del aire liberados en las operaciones de fractura incluyen componentes orgánicos volátiles, algunos de ellos carcinogénicos y otros dañan el hígado, los riñones y el sistema nervioso central.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Colorado descubrieron que las personas que viven a una distancia de media milla de los pozos de fractura tienen un mayor riesgo de contraer cáncer que quienes viven en zonas más alejadas.
A pesar de estos impactos la técnica de fractura hidráulica está exenta de las disposiciones clave de las leyes de salud pública y del ambiente, incluyendo la ley de agua potable, la de agua limpia, la de aire limpio y la de conservación y recuperación de recursos, la ley que regula los residuos peligrosos.
“Como enfermera, reconozco que la prevención es un componente clave en el cuidado de la salud-es por eso que las investigaciones que muestran que los niños nacidos cerca de sitios donde se realiza fractura hidráulica tienen un riesgo elevado de sufrir defectos de nacimiento generan gran preocupación”, señaló Katie Huffling, enfermera registrada, licenciada y directora de los programas de la Alianza de Enfermeras para un Ambiente saludable. “Llenar estas lagunas en la regulación es clave para prevenir la exposición a químicos potencialmente tóxicos y contaminantes del aire”.
Mientras la administración Obama está considerando actuar en las consecuencias de la fractura – están llevando adelante un estudio para evaluar las amenazas para el agua para consumo humano y están estudiando regular la fractura en terrenos públicos y controlar las emisiones de metano proveniente de las operaciones de explotación de petróleo y gas- hay muy poca supervisión federal en la práctica. Las regulaciones estatales son muy variadas y en gran medida inadecuadas para proteger la salud pública.
Por ejemplo, una ley mordaza de Pensilvania prohibió a médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud informarles a los pacientes y a otros colegas a qué sustancias químicas pueden haber estado expuestos los pacientes.
En las cartas que se difundieron hoy los profesionales de la salud afirmaron que “la respuesta cauta y prudente debería ser detener la fractura hidráulica”. Algunas de las cartas solicitan a quienes toman las decisiones a nivel estatal que prohiban la fractura, mientras que una carta nacional le pide al presidente Obama que siga los siguientes pasos para proteger mejor a las familias y a las comunidades:
- Exigir que se llenen las
lagunas que exceptúan a la fractura hidráulica de las principales
leyes que regulan el ambiente y la salud pública a nivel nacional
- Declarar áreas sensibles-
donde la fractura esté prohibida- incluyendo lugares que proveen
agua para consumo humano a millones de habitantes en el país.
Traducción del artículo "1,000+ Health Care Professionals Call on President Obama to Halt Fracking publicado en EcoNews el 20 de febrero de 2014