(Traducción del artículo More Bad News For Fracking: IPCC Warns Methane Traps Much More Heat Than We Thought publicado en Climate Progress el 2 de octubre de 2013)
Fugas de metano en el área de Boston. El amarillo indica que los niveles de metano superan las 2,5 partes por millón. Via NY Times.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) informa que el metano (CH4) es un gas de invernadero mucho más potente de lo que se pensaba anteriormente.
Este tema es un punto decisivo en la cuestión del fracking porque el metano se filtra durante todo el ciclo de vida del gas no convencional. Después de todo, el gas natural está compuesto, principalmente, de metano (CH4).
El mes pasado, aprendimos que aquellos pozos fracturados de forma óptima parecían emitir bajos niveles de metano; sin embargo, ese estudio, probablemente, fue desacertado en cuanto a que excluía los pozos con altas emisiones, que son los que contribuyen de forma mayoritaria a las fuga de metano. En agosto, un estudio dirigido por la NOAA comprobó que la fuga de metano alcanzaba increíbles cifras del 6% al 12% sobre uno de los yacimientos de gas más grandes del país, lo que arrasaría con los beneficios climáticos provenientes del cambio de carbón a gas.
Desde hace tiempo, sabemos que el metano es un gas de invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono (CO2), que se libera cuando cualquier hidrocarburo, como el gas natural, se quema.
Sin embargo, según el último informe del IPCC, publicado el lunes (se puede ver el PDF aquí), el metano es un gas que atrapa el calor 34 veces más que el CO2 en una escala de tiempo de 100 años, de manera que su efecto potencial en el calentamiento global (GWP) es de 34. Dichas cifras representan un aumento de casi 40% del cálculo de 25 que había estimado previamente el IPCC.
Efecto
potencial en el calentamiento global (GWP) del metano durante 20 y
100 años, con o sin feedbacks climáticos de carbono (cc fb). De IPCC.
EnergyWire (se requiere susc.) informa:
«El
IPCC presenta el consenso científico, de manera que sus conclusiones
son intrínsecamente conservadoras», dijo Hugh MacMillan,
investigador senior con Food and Water Watch. «Resulta
extraño que, justo ahora, la EPA comience a adoptar los GWP del año
2005. ¿Esperará la agencia hasta 2025 para comenzar a usar estos
GWP recientes?»
Si
se adoptara un GWP de 34, la contribución del metano a las emisiones
de EE. UU. aumentarían significativamente.
La
cifra, recientemente examinada, implica que el fracking es más
nocivo para el clima que lo que pensábamos anteriormente, y que el
beneficio que resulta de reemplazar el carbón con el gas fracturado
es menor de lo que creíamos.
«El
sentido que verdaderamente tiene el despliegue de cifras antiguas es
restarle importancia al problema [que proviene de] la industria
petrolífera y del gas», afirmó MacMillan.
De manera significativa, aunque el GWP de 100 años es, por mucho, el más utilizado, el IPCC lanza esta "mini bomba" en el informe 86 páginas:
El IPCC comunica que, en un plazo de 20 años, el metano tendrá un efecto potencial en el calentamiento global de 86, en comparación con el CO2, lo que supera el cálculo anterior de 72. dado que nos aproximamos a puntos reales, críticos e irreversibles en el sistema climático, los estudios referentes a él deben, por lo menos, incluir los análisis que utilizan este horizonte cronológico de 20 años.
Finalmente, vale la pena repetir que el gas natural, incluso si se extrae del mejor pozo fracturado, sigue siendo un combustible fósil nocivo para el clima. Si deseamos evitar un calentamiento global catastrófico, nuestro consumo de gas natural debe alcanzar su pico en los próximos 10 a 15 años, de acuerdo con los estudios llevados a cabo por el Center for American Progress (Centro para el Progreso Americano) y la Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Interesados)