lunes, 24 de junio de 2013

La gran máquinaria de la fracturación hidráulica verde




Traducción del artículo "Big Green Fracking Machine" que se hace eco del informe del mismo nombre publicado por la Public Accountability Initiative, y que relata cómo los operadores de la industria del gas financian y controlan a los grupos ecologistas que impulsan el CSSD en EEUU


Se ha hablado mucho del Center for Sustainable Shale Development (CSSD), una asociación constituida por 11 empresas de fracturación hidráulica y por grupos sin ánimo de lucro, que tiene su sede en Pittsburgh. El CSSD se anuncia asimismo como un centro de certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) para la industria del gas y propone un conjunto de 15 normas aplicables a la fracturación hidráulica, certificando a aquellas empresas de perforación que cumplan de manera voluntaria dichas normas.
Aunque los materiales propagandísticos del CSSD y los medios de comunicación han promovido la independencia del grupo en su labor de certificación de las empresas de perforación, el CSSD, más que un garante de la sostenibilidad de la fracturación hidráulica, parece una campaña de “lavado de cara” controlada por la industria del gas natural con la cooperación de unas cuantas organizaciones filantrópicas y ecologistas muy vinculadas a este sector.


Las principales conclusiones del informe son las siguientes:


Heinz Endowments, la importante organización filantrópica impulsora del CSSD, posee fuertes vínculos no revelados con la industria del gas natural. La fundación ha aportado más de 250.000 dólares estadounidenses al CSSD, proporcionando financiación a cada uno de los grupos ecologistas involucrados, así como al propio Centro. Robert F. Vagt, presidente de Heinz Endowments, desempeña actualmente un cargo directivo en Kinder Morgan, empresa propietaria de un oleoducto de gas natural, y posee más de 1,2 millones de dólares en acciones de la empresa.
Esta información no se ha publicado en el sitio web de Heinz Endowments ni en el del CSSD, en el que Vagt desempeña un cargo directivo. Kinder Morgan ha afirmado en varias presentaciones corporativas realizadas recientemente que el endurecimiento de la regulación de la fracturación hidráulica plantea graves riesgos para el negocio. James E. Rohr, que ocupa un cargo directivo en Heinz Endowments, también es miembro del consejo de administración de EQT Corp, entidad que desempeña un papel fundamental en el CSSD (véase más adelante). Este cargo directivo no se ha publicado en el sitio web de Heinz Endowments.
Las organizaciones ecologistas patrocinadoras que son miembros del consejo de administración del CSSD están estrechamente vinculadas a la industria del gas natural. Aunque fueron cinco los grupos ecologistas que participaron en los debates que culminaron en la creación del CSSD, solo tres de ellos son miembros del consejo de administración del Centro.
El Pennsylvania Environmental Council, uno de los grupos miembros del consejo de administración CSSD, está controlado por los intereses de la industria de la fracturación hidráulica; la mitad del consejo de administración del Pennsylvania Environmental Council procede de empresas pertenecientes a la Marcellus Shale Coalition y todos los directores, salvo dos, proceden de empresas que tienen intereses en el sector del gas natural. El Environmental Defense Fund (EDF), otro de los grupos miembros del consejo de administración del CSSD, está muy vinculado, tanto en lo que respecta a sus directivos como a sus financiadores, a la industria del gas natural y su nombre figura en estudios que proclaman que la facturación hidráulica es una tecnología inocua para el medio ambiente, los cuales fueron desacreditados posteriormente. El tercero, Clean Air Task Force, está vinculado al sector a través de varios miembros del consejo de administración.

En el marco del debate nacional sobre la fracturación hidráulica se han utilizado diversas tácticas para presentar el sector del gas natural como una industria segura y respetuosa con el medio ambiente. Para promover el gas natural, las compañías de gas han creado grupos que representan sus intereses, como la American Clean Skies Foundation, han financiado estudios de investigación a favor de la fracturación hidráulica en los que se afirma que esta tecnología es segura y beneficiosa, y han invitado a las organizaciones ecologistas a difundir su mensaje.
El Center for Sustainable Shale Development combina varias de esas tácticas en lo que parece ser el último intento de esta industria para presentar la fracturación hidráulica como un proceso de extracción sostenible y respetuoso con el medio ambiente.