Mientras la industria del esquisto estadounidense está cada vez más sometida a control por su impacto sobre la salud y el medioambiente, se ha descubierto que los EEUU han aprobado la fractura hidráulica marítima, lo que supone que millones de litros de agua residual son desechados en el mar.
El centro de Diversidad Biológica ha hecho públicos documentos federales que revelan que se aprobaron más de 1.200 fracturaciones hidráulicas marítimas en 630 pozos diferentes durante cuatro años, desde 2010 hasta 2014, en el Golfo de México.
El Golfo de México ya ha sufrido durante décadas las extracciones de petróleo y gas, además de las consecuencias de la devastadora explosión del Deepwater Horizon en 2010, cuando millones de litros de petróleo fueron derramados.
Los nuevos documentos que salieron a la luz revelan que la fracturación hidráulica se llevó a cabo fuera de las costas de Texas, Luisiana, Misisipi y Alabama; sin la participación del público y sin pruebas específicas llevadas a cabo con anterioridad sobre el terreno.
De este modo, a la industria se le concedieron permisos para verter la asombrosa cifra de unos 290 millones de litros de agua residual en el mar durante el año 2014.
Existen razones reales para estar preocupados por este vertido. Durante los últimos 18 meses, ha aparecido una creciente preocupación en relación con los químicos producidos por la fractura hidráulica en las aguas residuales.
Hace tan solo un año, la organización CHEM Trust, con base en Reino Unido, redactó un reporte y un documento informativo sobre cómo afectan los tóxicos desprendidos por la fracturación y cómo este proceso podría afectar a la fauna y a las personas.
Dicho reporte señalaba muestras específicas de materiales peligrosos usados durante la fractura hidráulica, incluyendo químicos “asociados con la leucemia en los humanos” y “tóxicos que afectan a la producción de esperma en varones”.
La organización advirtió que está “particularmente preocupada por el uso de los químicos que alteran las hormonas”, comúnmente conocidos como disruptores endocrinos (EDC por sus siglas en inglés).
El pasado octubre, se descubrió en una nueva investigación que los químicos producidos en las fracturas hidráulicas están relacionados con una disminución en la cantidad de esperma de la edad adulta. Finalmente, el pasado abril, un nuevo estudio científico encontró altos niveles de 16 disruptores endocrinos en muestras tomadas de zonas cercanas a un pozo de fracturación hidráulica.
Ahora parece que las aguas residuales de la fracturación han sido vertidas al mar sin la supervisión ni el conocimiento de nadie. Miyoko Sakashita, el director de océanos en el centro de Diversidad Biológica, dijo que "la fracturación ha formado parte de un proceso encubierto”, añadiendo que “se trata de una actividad peligrosa que no puede tener lugar en nuestros océanos ni en el Golfo de México”.
Según Sakashita, la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA por sus siglas en inglés) “no sabía qué sustancias químicas [y aún no lo saben] están siendo vertidas al Golfo de México”, lo que supone un abrumador veredicto contra el encargado de la regulación estadounidense. Sakashita dijo, “cuando llamé en un primer momento a la EPA [...] me respondieron básicamente que no llevan a cabo ningún registro de vertidos de aguas residuales y que no saben nada al respecto”.
Kristen Monsell, una abogada del centro de Diversidad Biológica declaró: "la administración del presidente Obama está permitiendo que las compañías de petróleo realicen fracturas hidráulicas a placer a lo largo del ecosistema golfero derramando millones de litros de desechos petroleros en aguas costeras”. “Cada fracturación hidráulica marítima aumenta el riesgo para la fauna y las comunidades costeras; además, funcionarios oficiales han estado en contacto con estas sustancias tóxicas del Golfo de México durante años”.
La abogada añadió a su declaración que el gobierno estadounidense "no lo había estudiado con anterioridad, no habían estudiado el impacto de las sustancias químicas que estas compañías vierten libremente en el océano, creando un hábitat crítico y aumentando las especies en peligro debido a esta práctica de fracturación hidráulica"
Traducción del artículo "Hundreds of Offshore Fracking Wells Dump Billions of Gallons of Oil Waste Into Gulf " publicado en EcoWatch el 11 de julio de 2016
"Traducción realizada por Daniel Montes Esteban, miembro de Traductores en Acción, la red de traductores e intérpretes voluntarios de Ecologistas en Acción”