jueves, 5 de mayo de 2016

La fractura hidráulica en si misma causa seísmos


Estudio: no solo la inyección de aguas residuales procedentes del fracking causa seísmos en el oeste de Canadá, también los provoca la propia fractura hidráulica.

Un trascendental estudio publicado hoy en Seismological Research Letters ha demostrado, por primera vez, que existe una relación entre la fracturación hidráulica (en inglés, “fracking”) para obtener petróleo y gas y los seismos.

Fracturación hidráulica y sismicidad y cuenca sedimentaria del oeste de Canadá” confirma que la técnica de perforación horizontal (que, en esencia, crea un miniseismo para abrir fisuras para extraer petróleo y gas) es responsable de los seismos, más allá de lo que se encuentra asumido en los documentos científicos. Es un asunto ya conocido que la inyección de residuos de fracturación en los pozos subterráneos puede originar seismos. Pero ahora, no sólo se trata de las inyecciones en los pozos, sino que el propio procedimiento de fracturación se puede relacionar con la sismicidad. 

El estudio se concentra en un área canadiense conocida como la cuenca sedimentaria del oeste de Canadá (WCSB, por sus siglas en inglés), una de las cuencas de esquisto más grandes de la región y de las áreas que producen petróleo compacto y gas.

Los investigadores “compararon la relación de 12 289 pozos de fracturación y 1236 pozos de eliminación de aguas residuales con seismos de magnitud 3 o superior en un área de 454 000 kilómetros cuadrados, cerca de la frontera entre Alberta y Columbia Británica, entre 1985 y 2015”, se explicó en un comunicado de prensa. “Descubrieron que 39 pozos de fracturación hidráulica (un 0,3 % de los pozos de fracking estudiados) y 17 pozos de eliminación de aguas residuales (el 1 % de los pozos de eliminación estudiados) podrían estar relacionados con sismos de magnitud 3 o superior”.

Si parece un porcentaje bastante bajo, Atkinson y sus colegas admiten fácilmente que ese es el caso del estudio. Aún así, también afirman en sus escritos que esto podría presagiar peores situaciones futuras, dado que se fracturan cada vez más pozos en la región.

“Es importante reconocer que la sismicidad asociada ocurre para solamente una pequeña parte de las operaciones de fracturación hidráulica”, escribieron para proceder luego a citar otro estudio, escrito en 2015 por el autor principal Gail Atkinson (profesor de geociencias en la Universidad de Western Ontario)  y sus colegas sobre los impactos de la sismicidad inducida. “Sin embargo, si se considera que miles de esos pozos se perforan cada año en la WCSB, las implicaciones de peligro son, aún así, significativas, en particular si se llevan a cabo operaciones múltiples en las cercanías de infraestructura crítica”.

En la cuenca sedimentaria del oeste de Canadá se emplea menos agua durante las operaciones de fracking que en otros lugares, como la actual meca de sismos por fracturación, Oklahoma. En el documento, los autores también concluyen que la cantidad masiva de incidentes con aguas residuales en los EE. UU. puede camuflar el impacto que ha tenido la fracturación en la sismicidad inducida en la región central de dicho país, que demanda más investigación científica.
Es posible que una fracción superior a la reconocida de sismos inducidos en los Estados Unidos se relacione con la fracturación hidráulica, pero su identificación puede estar enmascarada por una gran cantidad de eventos provocados por aguas residuales”, explicaron.

Uno de sus hallazgos más importantes pareciera ser la relación definitiva entre la fracturación y los sismos de la región, en lugar de la simple cantidad de temblores. No descubrieron relación alguna entre la cantidad de fluidos bombeados a la tierra durante la fracturación y la envergadura de los sismos.
Más del 60 % de estos temblores están asociados con la fracturación hidráulica; entre un 30 y un 35 % proviene de los pozos de eliminación y solamente del 5 al 10 % de los sismos tienen un origen tectónico natural”, comentó Atkinson en un comunicado de prensa. Y agregó: “Si no existe relación alguna entre la magnitud máxima y la eliminación de fluidos, se podrían disparar eventos superiores si las presiones de los fluidos se abren camino en una falla estresada apta”.

¿Qué debe destacarse, entonces, según el documento? Desde ya, la exigencia de que se lleven a cabo más investigaciones pero, entretanto, la demanda de una política pública más considerada, en pos del progreso.

“La naturaleza del peligro que proviene de la fracturación hidráulica ha recibido menos atención que la eliminación de aguas residuales, pero claramente tiene una importancia regional y global”, afirmaron en la conclusión. “La posibilidad de sismos perjudiciales y sus potenciales consecuencias deben evaluarse meticulosamente cuando se planifican operaciones de FH en esta área”.