Nuclearelectrica,
la empresa nuclear estatal rumana que dirige la
única planta nuclear en Rumania, que cuenta con 2 reactores
y planea construir 2 más,
con inversores chinos, ha encargado un estudio para analizar el
impacto de las actividades de fracturación propuestas por
Chevron, que tiene 3 permisos
de gas de esquisto al sur de la planta nuclear, en Cernavoda,
en la región sureste de Rumania,
en el condado de Constanta.
El estudio ha descubierto que la fracturación podría tener impacto
en la central de energía y ha advertido acerca de las actividades de
fracturación dentro de un radio de 100 km a
la redonda. Ha sido la primera vez que una voz del sector energético
se atreve a pronunciarse acerca de la fracturación.
La
empresa decidió encargar el estudio luego del enorme debate público
que comenzó en Rumania sobre el tema de la fracturación y las
preocupaciones en la sociedad civil en torno a la fracturación y el
gas de esquisto. El estudio fue realizado por CITON Bucuresti durante
2014, “Evaluación del impacto
de la extracción del gas de esquisto sobre la sismicidad del sitio
de CNE en Cernavodă y
sobre las placas tectónicas de la zona y en la hidrología”.
La investigación fue financiada con fondos
públicos provistos por la Autoridad Nacional para Investigación y
Desarrollo.
El estudio ha emitido recomendaciones acerca de no permitir operaciones de fracturación dentro de un radio de 100 km de la planta nuclear. Los permisos de Chevron, especialmente el Adamclisi, están ubicados muy cerca de la planta nuclear, a 20-30 km de distancia de vuelo, como máximo. Puesto que la evaluación de CITON fue hecha desde la perspectiva conservacionista y debido a los impactos negativos identificados de la explotación del gas de esquisto en la vecindad de la planta nuclear, el instituto de investigación recomienda estudios más profundos, que permitan un enfoque interdisciplinario y hallazgos más precisos.
Es la primera vez que un estudio se ha realizado en Rumania con el objetivo de identificar los impactos de la fracturación en la región o en todo el país. Aunque hubo un estudio de 2013 redactado por el Centro Mundial de Energía- Comité rumano, escrito totalmente con la lógica de la industria del gas y petróleo, que no se ocupó seriamente de las consecuencias en el ambiente y la salud pública, y que fue descartado por completo como no merecedor de análisis, el estudio de CITON es el primero encargado por un ente de propiedad estatal que se ocupa seriamente de los impactos de esta tecnología.
Sin embargo no será sorprendente ver que la industria del gas y el petróleo descarte este estudio como no profesional o como un ataque de la competencia, como lo hizo previamente con un estudio firmado por un grupo de los principales geólogos del Instituto Geológico rumano, liderado por su director científico. Ya que la retórica de la Guerra Fría es omnipresente en estos días, especialmente en países como Rumania y teniendo en cuenta que los dos reactores que planea construir con la empresa china, China General Nuclear, y puesto que la decisión del gobierno de Ponta de trabajar con la empresa china ha generado duras críticas, uno podria fácilmente esperar que los medios masivos rumanos o los políticos descarten con facilidad los resultados del estudio con argumentos de la Guerra Fría.
Pero para la sociedad civil rumana que se opone a la fracturación – una porción siempre en aumento de la sociedad rumana– el primer estudio representa el punto de partida de una mayor legitimización de sus preocupaciones frente a las autoridades rumanas y el lobby de la industria del gas y petróleo. Hasta ahora, han venido señalando la falta de estudios que demuestren las consecuencias negativas que pueden esperarse en Rumania, dada la especificidad de la estructura geológica local. Se espera que un equipo de geólogos del Instituto geológico rumano termine un estudio más profundo, centrado en los mismos elementos – sismicidad y el impacto en las fuentes de agua.
Mientras
tanto, el frenesí de la fracturación no se ha detenido en Rumania,
pese a las declaraciones del Primer Ministro, Victor Ponta,
que, durante la campaña electoral trató de
obtener más votos al afirmar públicamente que Rumania carece de gas
de esquisto, a pesar de la dura lucha, y que Chevron no
ha encontrado cantidades comercialmente viables en Pungesti,
que fueron rebatidas al día siguiente por Tom
Holst, el CEO de Chevron para
Rumania, quien declaró
que no han terminado de evaluar los resultados de la primera
plataforma de exploración en Pungesti. La
sociedad civil rumana no espera un cambio
de curso respecto al gas de esquisto y la fracturación, con una
nueva mayoría liberal que tiene un discurso centrado en la creación
de empleos específicamente en la explotación de los recursos
naturales rumanos.
Traducción del artículo "Fracking might impact the Romanian nuclear plant in Cernavoda, north of Chevron’s perimeters" escrito
por Maria Olteanu e FrackoffRomania