La
comercialización del excesivamente publicitado boom del gas de
esquisto de Polonia podría tardar todavía seis años en ser viable,
ya que las empresas extranje ras de gas y petróleo están
abandonando sus planes de exploraciones a causa de las trabas
burocráticas y de un clima hostil para la inversión.
Polonia soñaba con que el gas de esquisto nacional proporcionaría una alternativa a su dependencia de la energía rusa, dificil de aceptar desde el punto de vista poitico, así como unos ingresos extraordinarios a las arcas del Estado.
Algunas
empresas petroquímicas globales tales como ExxonMobil,
Total y ConocoPhillips
llegaron en masa al país, comprando ávidamente concesiones y
convirtiendo a Polonia en el mayor mercado de gas de esquisto por
pozos perforados.
Sin
embargo, los pozos de las exploraciones no han cumplido con las
expectativas, y muchas empresas perforadoras han perdido la paciencia
por los retrasos legislativos que han ido enfriando las ambiciones de
sus directivos.
De
las 11 empresas extranjeras que invirtieron en el mercado del gas de
esquisto de este país durante los últimos cuatro años, siete ya
han abandonado
este mercado,
con un gasto previo acumulado de 500 millones de libras.
Esto
ha dejado a empresas nacionales tales como PKN Orlen, Lotos and
PGNiG, que cuentan con el respaldo financiero y normativo del Estado,
y a un puñado de actores globales con muchos fondos a la espera de
que la situación cambie.
“Hicimos
todo lo que estaba en nuestras manos, pero llegamos a un punto en el
que no se justificaba seguir. Hemos demostrado que hay potencial,
pero los actuales resultados no justificaban un mayor compromiso de
capital por parte de nuestra empresa”, afirma Kamlesh Parmar,
director ejecutivo de la empresa británica de perforación 3Legs
Resources, que se fue de Polonia el pasado septiembre.
“Esto
va a llevar más tiempo y dinero de lo que la mayoría de la gente
imagina. Las operadoras que se queden deberán tener dinero y
paciencia si quieren que sus proyectos tengan éxito”.
A
la progresiva retirada de inversores y empresas de exploración y a
la creciente desilusión respecto al futuro del gas de esquisto en
Polonia se une ahora la abrupta caída de los precios del petróleo,
que ha generado dudas sobre la credibilidad financiera de este
combustible incluso en mercados de perforación tan bien establecidos
como el Estados Unidos de América.
El
ministro polaco del Medio Ambiente, que regula este sector, afirma
que es posible que haya que esperar hasta el 2020 para que Polonia
pueda vender gas de esquisto con un nivel de beneficios similar al de
Estados Unidos.
Viajando
por los campos y bosques situados a 80 km de Gdnask, en la costa
báltica al norte del país, resulta difícil identificar el lugar de
nacimiento del sueño polaco del gas de esquisto.
Dos
enormes cabezas de pozo metálicas, en mitad de un campo y apenas
visibles desde la carretera, señalan las tumbas de los primeros
pozos verticales y horizontales de país.
Perforados
por 3Legs en 2010 y 2011, estos pozos produjeron algo de gas, pero no
lo suficiente para empezar a producir de forma comercial.
Parmar
afirma que el peso del papeleo burocrático, que puede implicar una
espera de 18 meses para la obtención de un permiso para iniciar las
perforaciones en busca de gas, fue minando las finanzas y las ganas
de la empresa para seguir invirtiendo en nuevos pozos.
“Estos
plazos desincentivan la inversión”, afirma. En septiembre, 3Legs
traspasó sus concesiones a ConocoPhillips y dejó de operar en
Polonia, uniéndose así a Total, ENI, ExxonMobil y a otras tres
empresas extranjeras que ya han hecho las maletas.
“Estamos
intentando reducir los tiempos en la toma de decisiones, para que a
las empresas les resulte lo más fácil posible”, afirma Pawel
Mikusek, portavoz del Ministerio de Medio Ambiente polaco.
“Pero
claro, estamos hablando de geología, esto tarda años” dice.
“Tenemos que parar un poco y dejar que los inversores hagan su
trabajo”.
La
empresa inversora irlandesa San Leon Energy no ha perdido la
esperanza en las concesiones que tiene en Polonia. “A veces es muy
frustrante, muy burocrático, pero las cosas están cambiando … El
Gobierno nos está apoyando mucho”, afirma Oisin Fanning,
presidente ejecutivo de dicha empresa. “Se demostrará que en
Polonia hay gas de esquito, y acabará saliendo”.
En
el año 2011, las reservas del gas de esquisto de Polonia estaban
estimadas en 5,3 billones de metros cúbicos,
suficientes para 300 años de demanda interna de gas. Los
funcionarios públicos incluso hablaban de la creación de un fondo
soberano de inversiones en este sector para competir con el de
Noruega.
Hoy,
el ministro considera que el país puede tener gas para unos 55 años,
si se puede extraer. Hasta ahora se han perforado 66 pozos, según el
Gobierno. Ninguno está produciendo gas en cantidades comercialmente
viables.
“Podría
decirse que se produjo un pequeño exceso en las expectativas,
demasiada esperanza”, afirma Jacek Libucha, director del The Boston
Consulting Group en Varsovia.
“Ahora,
la iniciativa la llevan las empresas estatales que cuentan con
recursos financieros, pero que tienen que adquirir el conocimiento
adecuado para explotar el potencial … [su] intención es
desarrollarlo a su propio ritmo, en lugar de con la mentalidad de
fiebre del oro que había hace unos años.
En
agosto se aprobó una nueva ley de hidrocarburos, que había tardado
dos años en elaborarse, como un intento de facilitar el proceso
normativo de los mineros del gas de esquisto en Polonia. Y el
Ministerio de Medio Ambiente afirma que el equipo que se encarga de
las solicitudes de esta industria ha aumentado a 10 personas, cuando
en 2012 solo tenía tres.
ConocoPhillips,
que en el año 2009 invirtió en activos de gas de esquisto polacos
junto con 3Legs, dice que todavía está realizando pruebas para
definir las perspectivas de futuro de sus concesiones en Polonia.
Esta
empresa estadounidense de exploración “sigue haciendo incidencia a
favor de un cambio legislativo que promueva la inversión y, a la
vez, proteja los intereses de Polonia”, según ha afirmado un
portavoz.
Traducción del artículo "Poland’s
hopes dashed of shale gas
dream" publicado el 16 de noviembre de 2014 en Financial Times