Al igual que la mayoría de los gobernadores de los bancos centrales, Mark Carney, el Gobernador del Banco de Inglaterra, elige sus palabras cuidadosamente.
Por
esta razón, la comunidad financiera y los responsables políticos
del gobierno se sentaron y tomaron nota, a principios de este mes,
cuando Carney, abordando un seminario del Banco Mundial sobre modelos
de información corporativos, dijo que estaba preocupado por las
inversiones en los combustibles fósiles.
Reiteradamente,
a los inversionistas se les está diciendo que el dinero invertido en
los combustibles fósiles no es sólo malo para el clima, sino que
también es posiblemente gravemente peligroso para una salud
financiera.
"La
gran mayoría de las reservas son incombustibles", dijo Carney.
"La
tragedia de horizontes"
Sugirió a las empresas, a los inversores y a los responsables
políticos que evitaran lo que describió como la
"tragedia de los horizontes," con el fin de mirar hacia el
futuro y afrontar desafíos, siendo uno de ellos el cambio
climático.
La
idea fundamental difundida ampliamente por actores influyentes - desde la Agencia
Internacional de la Energía (AIE) hasta fondos de financiación, muchos de los
cuales tienen muchos miles de millones de dólares invertidos bajo
su control - es que, con el fin de combatir el cambio climático, una
gran parte de las restantes reservas de combustibles fósiles del
mundo tendrán que quedarse en el suelo.
"No
más de un tercio de las reservas probadas de combustibles fósiles
se pueden quemar antes del año 2050, si el mundo quiere alcanzar
el objetivo de 2 ° C", dice la AIE (La Agencia Internacional de
la Energía).
Limitar
un aumento de las temperaturas medias mundiales a 2 ° C, a mediados
de siglo, podría considerarse como el mínimo necesario para evitar
un cambio climático catastrófico.
Si se tomaran las medidas oportunas y la normativa se endureciera,
las inversiones en combustibles fósiles, ya sea en una mina de
carbón o en la exploración y producción de gas o petróleo, tendrían que congelarse — o, en la jerga de la industria financiera, "quedarse varadas u obsoletas".
En
los preparativos a una importante conferencia de la ONU sobre cambio
climático en Nueva York, el mes pasado - un grupo de grandes
licitadores de fondos de inversión – que juntos controlan
más de 24 billones de dólares en activos – pidieron el fin de
los subsidios de los combustibles fósiles y también exigieron una
acción urgente sobre el cambio climático.
Barack
Obama, presidente de Estados Unidos, se ha unido al coro, pidiendo que los combustibles fósiles se queden en la tierra. "No vamos a poder quemarlo todo", dijo Obama a principios de
este año. "La ciencia es la ciencia. Y no hay duda de que, si
quemáramos todos los combustibles fósiles que se encuentran en el subsuelo, el planeta se va a calentar demasiado y las
consecuencias podrían llegar a ser nefastas".
Se
han puesto en marcha grandes campañas que piden una desinversión de
los combustibles fósiles. Grupos como 350.org, que hace campaña
para tomar una mayor concienciación sobre las cuestiones
climáticas, han tenido un éxito considerable a la hora de
persuadir a los diferentes organismos - desde las universidades
hasta la asociación médica más sobresaliente del Reino Unido –
para dejar de invertir en combustibles fósiles.
Un
número de fondos de pensiones, con miles de millones de dólares en
inversiones bajo su control, han dicho que reducirán u o dejarán de
poner el dinero en la industria fósil.
La
presión pública
Mientras
tanto, a los gigantes del carbón, el petróleo y el gas se les ha advertido que podrían enfrentarse a una reacción
negativa por parte del público, si procuran evitar o negar los efectos del cambio climático.
Sin
embargo, para aquellos que quieren ver el final de la industria de
los combustibles fósiles la batalla no está en absoluto ganada. Simplemente, acaba de comenzar.
Un
informe de Carbon Tracker Initiative y el Instituto de
Investigación Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente
dice que las 200 compañías más grandes del mundo de combustibles fósiles gastaron un total estimado de $ 674 mil millones
en la exploración y explotación de nuevas reservas durante el año
2012, y esta cifra no incluye los cientos de miles de millones de
dólares que se gastaron en la explotación de las reservas fósiles ya existentes.
El
carbón, el más contaminante de los combustibles fósiles, sigue
siendo el rey en muchas regiones del mundo, particularmente en
las economías de rápido crecimiento de China y de la India. Las
compañías de carbón, alentadas por los políticos, todavía
están invirtiendo miles de millones en las nuevas instalaciones.
Tony
Abbott, el primer ministro de Australia, en la apertura de una nueva
y enorme mina en Queensland, que se estima que producirá alrededor
de 5,5 millones de toneladas de carbón cada año, dijo la semana
pasada: "El carbón es vital para las necesidades futuras de la
energía del mundo. Así que no vamos a tener demonización alguna
con respecto al carbón -el carbón es bueno para la humanidad".
Traducción del artículo "Future Investments in Fossil Fuels Look Dim"
publicado en EcoWatch el 18 de octubre 2014