El
ministro alemán de la energía, Sigmar Gabriel, desea legislar las
tecnologías vinculadas al fracking (fracturación hidráulica) antes
de las vacaciones de verano. Pero la apuesta está lejos de ser
ganada.
En
Alemania, el término fracturación hidráulica solía ser tabú.
Pero la crisis ucraniana ha movido las líneas. La canciller alemana,
Angela Merkel, ha vuelto a poner sobre la mesa el controvertido
método destinado a extraer el gas de esquisto. En efecto, desea
explotar este recurso como un medio de sustitución del gas ruso. En
estos términos Sigmar Gabriel, ministro de economía y de la
energía, ha presentado apresuradamente un texto de ley relativo a
esta desacreditada tecnología.
Según
sus detractores, el ministro alemán habría cedido a la presión de
la industria sin tener en cuenta los riesgos vinculados a esta
tecnología. Durante la fracturación hidráulica, grandes cantidades
de agua y productos químicos son inyectados en pozos de perforación
para liberar el gas natural atrapado en del lecho rocoso. Este
método no convencional de extracción es sospechoso, entre otras
cosas, de haber contaminado por filtración las capas freáticas
con sustancias cancerígenas.
A
continuación, el ministro ha prometido que la tecnología de
fracturación aplicada en los Estados Unidos y Canada no se pondrá
en uso en Alemania. Dentro de este marco, este colabora con el
ministro de medioambiente para endurecer las leyes relativas a la
explotación minera e hidráulica. Decisiones cruciales deberán ser
tomadas este verano. La ley debe ser sometida a votación en otoño.
Eldorado para la industria
Algunos
se preguntan por lo tanto, si la prohibición del gas de esquisto ha
desaparecido completamente de la mesa de discusión. Según los
partidarios del proyecto, esta tecnología podría aportar grandes
beneficios.
Nadie
conoce con exactitud la cantidad de gas de esquisto existente en
territorio alemán. Según las estimaciones del Instituto federal de
geociencias y de recursos naturales 2.300 millones de metros cúbicos
de gas de esquisto serían explotables, un Eldorado para los
representantes de la industria. Un aumento de la oferta de gas y
petróleo sería sinónimo de bajada de precios.
La
Federación de la industria alemana (BDI) demanda en consecuencia,
abrir el debate sobre los métodos de extracción de filones de gas
de esquisto. “En el momento actual, con la crisis ucraniana y las
dificultades para aplicar la ley sobre las energías renovables
(EEG), la fracturación hidráulica trae esperanzas, ya que Alemania
debe ser más independiente en materia de energía”, explica un
representante de la BDI a EurActiv.de.
¿Reducir
la independencia de las importaciones?
Alemania
gasta cada año alrededor de 90.000 millones de euros netos en la
importación para su aprovisionamiento de gas, petróleo y carbón.
De golpe, el gobierno escucha por el otro oído una proposición para
reducir la factura energética.
Los
Estados Unidos, al menos a primera vista, parecen representar un
ejemplo coronado por el éxito. “Drill, baby, drill”,
literalmente “¡Perfora, chico, perfora!”, declaraba en 2008 John
McCain, el candidato republicano a la presidencia de los Estados
Unidos ante la perspectiva de reducir la dependencia energética de
su país. En este momento, es el presidente Barak Obama quien
defiende este principio, además exitosamente: la recuperación
económica al otro lado del Atlántico después de la crisis de 2008
ha sido en parte debida a los precios asequibles de la energía.
Fuertes
resistencias
Numerosos
aspectos de riesgo incluidos en la extracción de gas de esquisto no
han sido todavía estudiados. Pocos ensayos de perforación se han
llevado a cabo en Alemania hasta el momento presente. Según un
estudio realizado por el Órgano consultivo del medioambiente (SRU),
“Cuestiones importantes se mantienen abiertas en lo referente a los
riesgos vinculados al fracturación hidráulica”.
Sigmar
Gabriel por su parte, siempre ha asegurado que una autorización de
explotación del gas de esquisto sería emitida bajo condiciones
estrictas. Este ha evocado por ejemplo, las pruebas sobre los
impactos medioambientales y una prohibición de perforar en zonas de
protección de las aguas. Más de 300.000 personas han firmado
recientemente una petición de suspensión de la fracturación
hidráulica en la Plataforma online Campact. En otros términos, todos
aquellos que deseen autorizar la fracturación hidráulica
encontrarán una gran resistencia.
De
este modo. Rebecca Harms, copresidente de Los Verdes en el Parlamento
Europeo, desea por su parte prohibir totalmente el fracturación
hidráulica. “El gas natural es bienvenido como un recurso
energético eficiente, abundante y que produce poco CO2.
Pero
la fracturación hidráulica implica procesos de riesgo que podrían
tener efectos devastadores en la salud y el medio ambiente” afirma.
Aprovisionamiento
energético garantizado sin fracturación hidráulica
La
duda reina incluso entre aquellos próximos al ministro alemán de la
energía, Sigmar Gabriel. “Mientras que la fracturación de gas de
esquisto implique la emisión de substancias tóxicas que contaminan
las capas freáticas, el SPD se opondrá a aceptar la fracturación
hidráulica”, ha asegurado a EurActiv.de
Dirk Becker, experto en energía del Partido social-demócrata
alemán (SPD).
« Las
filones de gas de esquisto no son necesarios para asegurar la
seguridad energética de Alemania ya que tenemos una oferta
suficiente en el momento presente”, añade. En Canadá, pruebas de
fracturación sin utilizar substancias tóxicas se están llevando a
cabo. Según Dirk Becker, Alemania debería esperar estos resultados.
Se
estima que es poco probable que Rusia corte su suministro de gas a
Europa dado que Moscú depende de su venta en el plano económico.
Por otro lado, Alemania podría sin ningún problema, mirar hacia
Noruega para su suministro. El proyecto de gaseoducto transadriático
(TAP), que debería entrar en servicio a partir de 2019, permitirá
también hacer llegar el gas de Azerbaiyán al mercado europeo.
El
gas continuará siendo una fuente de energía importante por mucho
tiempo
Provenga
de la fracturación o sea importado, el gas continuará siendo
importante a largo plazo, explica Moritz Bonn, experto en
medioambiente y energía para el Centro político europeo (Centrum
für Europäische Politik). El gas será importante en el futuro en
todos los aspectos de la producción eléctrica, incluso después de
un crecimiento importante del uso de las energías renovables”.
Dado que las centrales de carbón funcionan de forma muy flexible
para la producción de electricidad, estas podrían disminuir los
riesgos de congestión.
Moritz
Bonn estima que Alemania no podrá beneficiarse de la explotación del
gas de esquisto en una década. Para reducir su dependencia de cara a Rusia, Berlín debería diversificar sus proveedores a países
diferentes. Alemania podría por ejemplo, importar gas de procedente
de Turquía que pasaría por el Mar Caspio. La importación de gas
natural licuado (GNL) a través de terminales específicas podría en
principio provenir de cualquier rincón del mundo. “Hace falta
igualmente desarrollar infraestructuras en el seno de la Unión
Europea”, ha concluido.
Traducción del artículo "L'Allemagne remet la question du schiste sur la table", publicado el 4 de julio de 2014 en Euractiv.fr