martes, 29 de octubre de 2013

¿Estrategia europea para el esquisto?: Discurso del Comisario de Medio Ambiente de la UE


(Traducción del discurso del Comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea, Janez Potocnik, titulado "A European Strategy for shale" pronunciado en la cumbre global de la energía del esquisto, organizado por el Financial Times, celebrada en Londres el 21 de octubre de 2013)
Discurso: "¿Una estrategia europea para el esquisto?"
Cumbre Global FT de la energía de esquisto “La revolución global del esquisto: enmarcando las oportunidades y los riesgos”

Estimado Presidente, distinguidos invitados,
Me habéis pedido que imparta una conferencia bajo el título “¿Una estrategia europea para el esquisto?”. La palabra más importante o, mejor dicho, “símbolo” de este título es la interrogación.

En dos sentidos. Primero, ¿hay necesidad de una estrategia y acción europea en relación con el gas de esquisto? Y segundo, ¿cuál podría ser ésta?
Mi respuesta a la primera pregunta será muy directa. Sí, vemos la necesidad de acción. ¿Por qué?

La energía es un ingrediente clave en nuestra existencia: alimenta industrias, mantiene los vehículos en movimiento, calienta e ilumina nuestras casas. La energía debe ser asequible y su suministro debe ser seguro.

El contexto energético está cambiando rápidamente. Algunas fuentes de energía están volviéndose escasas, tales como el gas convencional en la Unión Europea. La tecnología está evolucionando, haciendo posible la apertura hacia nuevas fuentes de energía, tales como los combustibles fósiles no convencionales. Otras regiones del mundo ya las están desarrollando, lo cual conduce hacia nuevos equilibrios en los mercados energéticos.
Todo esto está ocurriendo a pesar del escenario de recesión económica, en el cual la Unión Europea está necesitando más tiempo para recuperarse que algunos de sus competidores. Los gobiernos europeos se están centrando en el crecimiento del PIB y la recuperación del empleo, confiando en revitalizar sus industrias y trabajando con medidas para incrementar la confianza en la economía a corto plazo.

En estos tiempos de crisis económica persistente en Europa, el “sueño americano” está en la mente de mucha gente. Como acabáis de analizar, en Estados Unidos el gas de esquisto ha modificado profundamente el panorama energético, convirtiéndose en una parte importante del mix energético y contribuyendo a disminuir las importaciones de gas y el precio del gas doméstico, lo cual resulta rentable para usuarios y consumidores. Queda por ver si esta disminución es temporal o no.

En Europa, el elevado precio de la energía ha sido criticado constantemente por aminorar el crecimiento. Ha sido percibido como un factor negativo para la competitividad de las empresas. Sin embargo, el efecto directo de la producción doméstica potencial de gas de esquisto en el precio de los mercados regionales europeos aún debe ser confirmada. Posiblemente será moderado debido a los reducidos volúmenes y los elevados costes de producción en relación con Estados Unidos y el hecho de que los precios son fijados en su mayoría mediante contratos indexados en base al petróleo a largo plazo.
Pero incluso un descenso moderado en los precios del gas – por ejemplo mediante el incremento del poder de negociación sobre los proveedores de gas no europeos – sería beneficioso para los Estados Miembros con una elevada dependencia de las importaciones, y en particular para la mayoría de los sectores intensivos en energía de la economía (químicos, acero) y aquellos sectores que utilizan el gas como materia prima (fertilizantes).
Las medidas en contra de los elevados precios de la energía son necesarias, por ejemplo, el fortalecimiento del mercado energético interno en Europa. Pero es incluso más importante reconocer, tal y como las estimaciones de la EIA muestran, que los precios de la energía probablemente seguirán siendo más elevados en Europa que en Estados Unidos y China. Esto debe ser tenido en cuenta a la hora de tomar decisiones para que las políticas y estructuras sean fijadas en consecuencia.

Al mismo tiempo, no podemos ignorar que, si no se toman en consideración, las amenazas medioambientales frenarán el crecimiento futuro. Por lo tanto, es igualmente importante evitar presiones exageradas sobre los recursos naturales como la tierra y el agua, dado que la sociedad también confía ampliamente en ellos para lograr el bienestar económico.
Los líderes de la Unión Europea hemos acordado conjuntamente una estrategia a largo plazo para el crecimiento y el empleo. Como parte de ella, hemos acordado la necesidad de crear una economía mucho menos dependiente del carbón. Esto requiere alternativas a las formas de energía más contaminantes, alejándose gradualmente de la dependencia de los combustibles fósiles; y también que las empresas de la Unión Europea mantengan su ventaja competitiva mediante su fuerte posición en la eficiencia energética… porque la energía que no consumimos siempre será la más barata.

Los líderes de la Unión Europea también hemos acordado la necesidad de recortar las emisiones de gases invernaderos si se pretenden mantener los límites de 2ºC. Y el último informe del Panel del Cambio Climático destaca la urgencia de acción para evitar las costosas consecuencias del cambio climático, tanto en términos económicos como humanos.

Pero no existe una solución sencilla a estos retos globales. En este contexto, nuevas fuentes de gas, tales como el gas de esquisto, son atractivas: un posible sustituto a los combustibles fósiles más contaminantes, tales como el carbón y el lignito, una mayor seguridad en el suministro con menor dependencia en suministros energéticos dominantes del extranjero, así como una fuente de ingresos públicos. Estas fueron las conclusiones del Consejo Europeo el 1 de mayo1. Pero no debemos olvidar que el gas de esquisto es un combustible fósil y que nuestro fin último es una sociedad libre de carbono, lo cual requiere el desarrollo y apoyo de energías renovables. La producción y uso de gas de esquisto sólo podría ser beneficiosa para el clima si ayudase a algunos Estados Miembros a reducir el porcentaje de carbón en su mix energético. Este proceso necesita políticas consistentes a largo plazo, que aún deben ser desarrolladas en la mayoría de los casos.

Señoras y caballeros,

Estamos en un período de transición. Debemos manejarlo con inteligencia y evitar encerrarnos en más modelos insostenibles.

En línea con sus propias prioridades nacionales, los Estados Miembros de la Unión Europea han elegido distintas formas de manejar la transición energética. Reino Unido y Polonia son actualmente líderes en cuanto a la investigación de las posibilidades que ofrece el desarrollo del sector del gas de esquisto como parte del mix energético. El gas de esquisto podría, de hecho, conllevar una contribución positiva para la actividad económica y el empleo, y llegar a ser parte del orden del día de la presente transición energética.
Pero una moneda siempre tiene dos caras. Debemos reconocer que la tecnología utilizada actualmente para la extracción del gas de esquisto – con un elevado volumen de fractura o fracking hidráulico – también aumenta la preocupación medioambiental relacionada, por ejemplo, con la contaminación del agua, el uso de químicos, las emisiones atmosféricas, la actividad sísmica inducida, así como los impactos sobre las comunidades (relacionados con el uso del transporte y la tierra en particular). Algunos de estos riesgos e impactos pueden tener efectos transfronterizos.

Esto ha conducido a la preocupación pública en diferentes Estados Miembros, incluyendo Reino Unido. A veces, la completa oposición ha llevado a algunos Estados Miembros a prohibir el fracking o plantear una moratoria. El hecho de que en Europa exista una experiencia muy limitada no ayuda a tranquilizar a la gente. Cualquier incidente relacionado con el fracking unido a medidas de prevención insuficientes llevarían a una mayor preocupación y desconfianza públicas. Tendría un serio efecto en la imagen de la industria y las autoridades públicas implicadas.

El asunto de la aceptación pública es extremadamente importante. Fue remarcado en encuestas que la Comisión Europea dirigió hace varios meses. Tres cuartas partes de los encuestados dijeron que se preocuparían si se situase un proyecto de gas de esquisto en su vecindario. ¿Por qué? Debido a la falta de legislación adecuada y de una buena gestión de riesgos. Los encuestados coincidieron en que deben desarrollarse formas armonizadas y consistentes de acercamiento a la gestión de combustibles fósiles no convencionales. Reclamaron la necesidad de información pública. “No hacer nada al nivel de la Unión Europea” fue la opción política menos favorable para la mayoría de encuestados.
Por todos estos motivos, vemos la necesidad de actuar.

¿Cuáles son nuestros objetivos?

Durante los últimos dos años, hemos analizado estudios existentes y mejores prácticas, tratado con/escuchado la visión de muchos stakeholders y llevado a cabo una meticulosa evaluación acerca del impacto económico, social y medioambiental de las distintas opciones políticas. El tipo de asuntos estudiados incluyeron: áreas de ambigüedad o incertidumbre legal y lagunas, así como buenas prácticas sobre las que mereciese la pena seguir edificando – por ejemplo, divulgación de químicos, monitorización referenciada del agua, modelación hidrogeológica, integración y captura de metano, monitorización y limpieza.

Expertos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) y otras reputadas organizaciones destacan la necesidad de reglas robustas y apropiadas para acompañar al desarrollo del gas de esquisto. Con la aplicación efectiva de las mejores prácticas regulatorias y técnicas, confían en que los posibles impactos negativos y riesgos puedan ser manejados y reducidos sistemáticamente.
Observando la Unión Europea como un todo, llegamos a la conclusión de que había espacio para la creación de un conjunto de principios y medidas generales comunes, muy relacionados con los propuestos en las Reglas de Oro de la Agencia Internacional de la Energía.

Estos principios pueden resumirse de la siguiente manera:
  • Primero, nuestro enfoque debe ser claro y simple para entenderlo… implementarlo… y alcanzarlo. Parece que el actual marco legislativo de la Unión Europea se aplica al gas de esquisto, pero no contempla necesaria y completamente los impactos y riesgos específicos asociados con el fracking, dado que fue diseñado antes de que la tecnología se volviese accesible de forma generalizada. Al tiempo que las actividades exploratorias del gas de esquisto progresan, los Estados Miembros han comenzado a interpretar, en ocasiones de diferentes formas, la legislación de la Unión Europea y algunos están desarrollando normativas nacionales específicas. Esto puede resultar en diferencias de requisitos según el Estado Miembro, con un marco de operación complejo y fragmentado en la Unión Europea. La falta de claridad legal no ayuda a aquellos que desean cosechar los beneficios del gas de esquisto. Hace que el entorno de operaciones sea inestable e impredecible. Y como todos saben, la incertidumbre nunca contribuye a crear un clima favorable a las inversiones. Los Estados Miembros y la industria están pidiendo una aclaración a la Comisión.
 
  • Segundo, un cierto grado de flexibilidad es necesario. Todos somos conscientes de que las características locales son muy relevantes, debido a que muchos de los riesgos dependen de las características geológicas y geográficas de un proyecto, por ejemplo la proximidad a una reserva de agua subterránea, una reserva natural o un área densamente poblada.

  • Tercero, hemos creado un campo de juego nivelado en Europa. Los diferentes enfoques de las autoridades públicas a la hora de manejar el complejo conjunto de decisiones administrativas y técnicas pueden aumentar la preocupación acerca de la idoneidad de las medidas de defensa y precaución medioambiental. Existe el riesgo de que las interpretaciones nacionales sean puestas a prueba por la legalidad y de que el mercado energético interno sea puesto en peligro. Una vez más, los Estados Miembros y la industria están solicitando aclaraciones a la Comisión.

  • Cuarto, el asunto de la aceptación pública debe ser abordado. Es cuestión de aumentar la transparencia en la toma de decisiones y otorgar protección. Abordar los riesgos sanitarios y medioambientales será de suma importancia para que la industria del gas de esquisto consiga la aprobación social para operar.
Señoras y caballeros,

Para concluir,

Existen algunos hechos básicos que no debemos olvidar.

Los Estados Miembros tienen derecho a definir su propio mix energético. También deben tener en cuenta orientaciones políticas conjuntas. La Unión Europea ha acordado una política climática/energética hasta 2020. Es conocida como 20/20/20 (20% reducción del CO2, 20% cuota para renovables, 20% incremento de la eficiente energética). A más largo plazo, hemos acordado la necesidad de reducir el CO2 en un 80-85% antes de 2050 si queremos permanecer dentro del aumento de temperatura de 2ºC. Actualmente, la Comisión está analizando detenidamente los siguientes pasos para el año 2030.

Todos sabemos que las inversiones actuales en el suministro energético futuro están determinando nuestro mix energético para las próximas décadas. La predictabilidad de los inversores en el largo plazo es absolutamente necesaria, al igual que la reiterada confirmación pública de que cualquier decisión de inversión concreta también respetará la protección de la salud humana y el medioambiente.

En este contexto, la Comisión cree que un marco de dirección inteligente de los riesgos de la Unión Europea para la extracción de combustibles fósiles no convencionales, con una visión que asegurase y armonizase las provisiones entre todos los Estados Miembros, abordaría mejor las preocupaciones mencionadas. Nuestro objetivo es poner en práctica un marco que coseche los potenciales beneficios económicos y energéticos del gas de esquisto, y asegure que las actividades de extracción utilizando el fracking son llevadas a cabo bajo medidas de protección climáticas y medioambientales.


En otras palabras, queremos establecer confianza pública y tranquilizar a la gente, proveer claridad y predictabilidad legal para las autoridades y operadores competentes, así como crear un campo de juego nivelado en Europa, al tiempo que se alcanzan los compromisos de la Unión Europea acerca de la descarbonización y la eficiencia energética.

Tanto si el gas de esquisto resulta un éxito en Europa como si no, tanto si es rentable como si no, necesitamos permanecer fieles a nuestra estrategia a largo plazo de una economía de bajo carbono, eficiente en recursos.

Igual que debemos hacer todo lo necesario para mantener y mejorar la competitividad global europea, también debemos hacer todo lo necesario para vivir dentro de los límites de nuestro planeta. Simplemente no existe una alternativa razonable.



1 :
El debate del Consejo Europeo sobre energía, sostenido el 22 de Mayo de 2013, indicó que existe la necesidad de desarrollar “fuentes de energía locales para reducir la dependencia energética externa de la UE y estimular el crecimiento económico”, al tiempo que recordó la necesidad de evaluar métodos que aseguren su extracción “segura, sostenible y efectiva económicamente”.