martes, 17 de septiembre de 2013

CIRES y NOAA observan fugas significativas de metano en un yacimiento de gas natural en Utah


Aircraft Landing
Una aeronave destinada a la investigación se acerca para aterrizar en Vernal, Utah. Los aparatos inteligentes que se encuentran a bordo del avión permiten que los investigadores de CIRES y NOAA midan los niveles atmosféricos de metano, entre otros químicos, durante los vuelos realizados por los yacimientos petrolíferos y de gas de la cuenca del Uintah, en Utah. FOTO: Sonja Wolter, CIRES/NOAA

Traducción del artículo
Durante un día ideal de invierno del año 2012, en el condado de Uintah County (Utah), científicos de CIRES y colegas de NOAA estudiaron una manera novedosa para medir las emisiones de metano de un yacimiento de producción de gas natural. Sus conclusiones, aceptadas y publicadas en Geophysical Research Letters, representan la validación que ayudaría, tanto a los investigadores como a los organismos de control, a determinar de manera más precisa la cantidad de fuga de gas de invernadero y de otros contaminantes del aire que provienen de yacimientos de gas y petrolíferos. Las mediciones comprueban que, en febrero, se filtró un promedio del 6 al 12% del metano producido en el yacimiento de gas natural de la cuenca del Uintah.
«Usamos la técnica de balance de masas, lo que significa que seguimos una masa de aire en movimiento dentro de la región, la cual luego desaparece», comentó Colm Sweeney, científico del Cooperative Institute for Research in Environmental Sciences (CIRES) de la Universidad de Colorado, Boulder, quien lidera el grupo de aeronaves del Earth System Research Laboratory Global Monitoring Division, que pertenece a la NOAA. «Observamos la diferencia en metano entre las dos para determinar los porcentajes reales de emisión en la región».
Científicos de CIRES, NOAA, entre otros, han usado este tipo de técnica atmosférica de medición del balance de masas en muchos otros entornos (por ejemplo, para determinar las emisiones de las centrales energéticas, así como los impactos atmosféricos de las refinerías y de las ciudades), dijo Anna Karion, quien se desempeña como autora principal del artículo nuevo y científica atmosférica del CIRES, así como investigadora de la NOAA.
Según Karion, En el año 2012, en la cuenca del Uintah (Utah), las condiciones climáticas resultaron casi ideales para evaluar la técnica en un yacimiento petrolífero y de gas durante un día de operaciones de campo que duraban una semana. Más adelante, el 2 de febrero, un frente atravesó la cuenca del Uintah, al sur de Vernal (Utah), con vientos fuertes que limpiaron la atmósfera.
«Al día siguiente, los vientos disminuyeron a aproximadamente 12 millas (19 km) por hora, y permanecieron de esa manera durante horas», agregó.
Cuando los vientos se calmaron, el 3 de febrero, un piloto voló un monomotor Mooney TLS sobre toda la cuenca del Uintah. Llevaba consigo instrumentos sofisticados para la medición de metano y otros gases atmosféricos. Las mediciones tomadas desde la aeronave permitieron que los científicos calcularan la cantidad total de metano que se agregó a la masa de aire, a medida que esta transitaba por la cuenca. Al combinar los datos con las mediciones exactas de la velocidad del viento, hechas por los colegas de la NOAA con un láser terrestre, los investigadores pudieron calcular la emisión de metano en toda la cuenca.
El equipo determinó que las emisiones de metano que provenían de los yacimientos petrolíferos y de gas, en Uintah County, alcanzaron un total de 55.000 kg (más de 120.000 libras) durante una hora del vuelo. La tasa de emisiones es de un 6 a 12% de la producción promedio de gas natural por hora en Uintah County, durante el mes de febrero.
En un informe federal reciente, se estimó que la tasa de fuga de metano, a nivel nacional, es menor al 1% de producción; en otro informe, se observó que las emisiones en la cuenca del Uintah (“Uinta”), la cual produce alrededor del 1% del total del gas natural de los EE. UU., tendría emisiones superiores a las normales de los yacimientos del oeste. Desde la oficina del Inspector General de la Agencia de Protección Ambiental se han exigido datos más precisos acerca de las emisiones desde el sector de gas natural. Este artículo es uno de los primeros que se han publicado desde entonces. 
La aeronave formó parte de una misión en conjunto de múltiples agencias de la región, para conocer de manera más precisa la forma en que las emisiones que provienen de las actividades de extracción de los combustibles fósiles afectan la calidad del aire. El metano es el principal componente del gas natural, además de un potente gas de invernadero. Las actividades de producción petrolífera y de gas emiten también otros componentes, como los químicos denominados compuestos orgánicos volátiles, y contribuyen a la contaminación de la capa de ozono.

Gas Well

Los pozos de gas colman esta imagen de la cuenca del Uintah, tomada por Google Earth.
«Esperábamos detectar emisiones de metano, pero no anticipamos que los niveles fueran tal altos como los que se observaron», dijo Sweeney.
Durante la investigación, la aeronave sobrevoló el yacimiento petrolífero y de gas por 11 días más. En este tiempo, las condiciones atmosféricas fueron impredecibles, lo que dificultó el cálculo directo de las emisiones de metano.
Karion, Sweeney y sus coautores continúan con el análisis de los datos de metano y de otras emisiones, provenientes de la cuenca del Uintah, en 2012 y 2013, así como de recientes vuelos científicos en otras regiones de producción de petróleo y de gas.
La División de Calidad del Aire de Utah contribuyó a la financiación de las actividades realizadas allí. El subdirector, Brock LeBaron, comentó que las nuevas tareas, que ya se están llevando a cabo por parte de la EPA y del estado de Utah, disminuirán pronto las emisiones de metano en la cuenca del Uintah.
«Nuestro trabajo con NOAA y CIRES indica que los altos niveles de compuestos orgánicos volátiles contribuyen a la contaminación del ozono en la cuenca del Uintah», comentó LeBaron. «Nuestros esfuerzos en Utah y los Estándares de desempeño de nuevas fuentes de gas y de petróleo de la EPA, diseñados para disminuir los impactos sobre la calidad del aire, también reducirán de manera significativa las emisiones de metano durante los próximos años».
CIRES es un instituto mancomunado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y de la Universidad de Colorado, Boulder.
Anna Karion, Colm Sweeney, Gabrielle Pétron, Gregory Frost, Jonathan Kofler, Ben R. Miller, Tim Newberger y Sonja Wolter, del Cooperative Institute for Research in Environmental Sciences de la Universidad de Colorado, Boulder; Robert Banta, Alan Brewer, Ed Dlugokencky, Mike Hardesty, Patricia Lang, Stephen A. Montzka, Russell Schnell, Pieter Tans, Michael Trainer y Robert Zamora del Laboratorio de Investigación de Sistemas Terrestres de la NOAA, en Boulder, Colo.; y Stephen Conley de la Universidad de California, Davis, son coautores de «Methane emissions estimate from airborne measurements over a western United States natural gas field». Geophysical Research Letters es un periódico de la Unión Norteamericana de Geofísica.
- Más información en: http://cires.colorado.edu/news/press/2013/methaneleaks.html?utm_source=Press+Release+Contacts&utm_campaign=d1b6a2916b-PR%3A+Methane+Leaks&utm_medium=email&utm_term=0_2daf272c66-d1b6a2916b-23608889#sthash.q7gjgoH3.dpuf