Declaración
sobre las conclusiones preliminares del estudio relativo a un
proyecto sobre salud ambiental en el suroeste de Pensilvania. El texto pretende ser una respuestas al artículo publicado en The Washington Post
Frackinghealth project puts numbers to debate, suggests air pollution may bebigger concern que sugiere que los casos de contaminación del aire a causa del fracking podrían ser mucho más significativos que los casos de contaminación del agua. En el texto, la Dra Steingraber y sus colegas advierte de que los casos de contaminación de agua probablemente tardarán en "dar la cara", y no se deben menospreciar. El texto remarca que los casos reflejados en el artículo solo recogen contaminaciones agudas y no forman parte de un estudio propiamente dicho, son solo casos de gente que acudió a una sola clínica, con lo que podŕian ser la punta del iceberg de lo que verdaderamente hay detrás.
Texto de Larysa
Dyrszka (doctora en medicina); Kathleen Nolan (doctora en medicina y
persona de enlace con las ciencias médicas) y Sandra Steingraber
(doctora)
Los primeros
resultados de una evaluación de la salud pública sobre el terreno
realizada en el condado de Washington, Pennsylvania, apuntan a la
existencia de contaminación ambiental en las proximidades de las
instalaciones de perforación de gas y que probablemente ello sea la
causa de enfermedades asociadas con esta actividad. Estas
conclusiones preliminares constituyen un motive de alarma, dado que
demuestran que—cuando han transcurrido solo seis años desde que se
inició la actividad—hay personas expuestas a esta contaminación
que están presentando síntomas de enfermedad. La presencia de
personas enfermas desmiente las afirmaciones de la industria según
las cuales la fracturación hidráulica (fracking) en volúmenes
elevados es “segura.”
Sin embargo, no
debemos centramos solo en las cifras inicialmente bajas que figuran
en este estudio todavía en marcha—como hace un artículo de
Associated Press—ya que ello nos puede inducir a error. Los 27
casos documentados por el equipo del proyecto sobre salud ambiental
en el sudoeste de Pensilvania no constituyen una muestra de la
población de la región y, además, estas personas no fueron
reclutadas para que participaran en un estudio. Se trata de pacientes
de una única clínica rural que acudieron a pedir ayuda. Por
consiguiente, estas cifras preliminares podrían ser probablemente la
punta de lanza de una oleada creciente de lesiones en seres humanos.
Además, estas 27
personas representan solo a los afectados por problemas agudos y las
enfermedades crónicas pueden tardar años en manifestarse. El
mesotelioma asociado al amianto, el cáncer de tiroides asociado a la
radiación, el retraso mental asociado al envenenamiento con plomo;
los defectos de nacimiento provocados por el virus de la rubeola:
todas estas conexiones, hoy perfectamente demostradas, empezaron con
unos cuantos estudios de casos que, retrocediendo en el tiempo, eran
solo la punta del iceberg. Sabemos que los efectos tóxicos de muchas
de las sustancias químicas que se liberan a la atmósfera durante
las operaciones de perforación y fracturación hidráulica—entre
ellas el benceno—también se manifiestan lentamente. La detección
de enfermedades puede tardar años o incluso decenios, al igual que
ocurrió con la aparición de enfermedades entre los obreros de la
construcción y entre los primeros afectados por la exposición a la
contaminación durante las tareas de respuesta y limpieza en la
tragedia del World Trade Center, el 11 de septiembre de 2001.
Según los
resultados preliminares del estudio relativo al proyecto sobre salud
ambiental en el sudoeste de Pensilvania, la contaminación
atmosférica es la causa probable del 75% de las enfermedades
asociadas que se han documentado. En algunos casos, en el interior de
las viviendas se detectaron niveles escandalosamente elevados de
contaminantes atmosféricos relacionados con la fracturación
hidráulica. Este es un problema inaceptable: respirar es
imprescindible y, si bien es posible sustituir una fuente de agua
potable, no podemos sustituir el aire.
En una minoría de
casos, los afectados sufrían los efectos de una probable exposición
a agua contaminada, pero estas cifras tan bajas no resultan
reconfortantes, habida cuenta de que muchos casos de exposición
relacionada con la extracción de gas natural aumentan con el tiempo.
Primero se produce la exposición a los contaminantes en suspensión
en la atmósfera, tal como ha ocurrido en el Condado de Washington y
en torno al lugar en el que se realizan las actividades de
perforación y fracturación hidráulica. En un pequeño porcentaje
de comunidades sitas en las proximidades de las operaciones de
perforación, la contaminación también se produce de forma
inmediata debido a un fallo en el revestimiento de los pozos, aunque
en la mayoría de los casos la contaminación del agua tarda en
producirse. Los revestimientos de los pozos siguen fallando con el
paso del tiempo—hasta un 60% en 30 años—y cabe esperar que los
efectos de los contaminantes atmosféricos en la salud aumenten y se
propaguen a otras comunidades.
Por lo tanto, cada
pozo puede ser el centro de un círculo expansivo de enfermedades. Al
principio solo se dan unos cuantos casos pero el resultado final
puede ser una contaminación generalizada.
En el artículo de
Associated Press, la industria del gas alega que se salvan vidas
gracias a que la combustión del gas natural es más limpia. Incluso
si hay algo de verdad en esa afirmación, para salvar vidas de
ciudadanos estadounidenses expuestos a las emisiones procedentes de
centrales de carbón vergonzosamente anticuadas no debería ser
necesario exponer a los niños y las familias sin su consentimiento a
aire y agua contaminados procedentes de los pozos de fracturación
hidráulica y del transporte del gas. Crear nuevos riesgos para la
salud para sustituir a los antiguos es contrario a la ética cuando
existen formas de energía renovables limpias y seguras.
Dado que la
exposición y las enfermedades aumentan con el tiempo y dado,
también, que muchos de los casos de contaminación y de enfermedades
relacionadas con la fracturación hidráulica nunca salieron a la luz
debido a los acuerdos de confidencialidad suscritos con el sector, no
podemos cuantificar con exactitud el alcance de los problemas que nos
plantean las operaciones de perforación de gas. Pero sabemos que
están aquí y tenemos muchos motives para suponer que todavía no
son totalmente visibles y que van en aumento.