viernes, 2 de octubre de 2015

Argentina espera ponerse a la vanguardia del fracking


Mientras Miguel Galuccio , el ejecutivo jefe de YPF, la compañía energética Argentina renacionalizada, examina los poros en un trozo de roca sentando en frente de su mesa, da explicaciones entusiastas sobre las mejores áreas para la fractura hidráulica, más conocida como fracking.

Esto es Vaca Muerta”, dice, mientras que observa la muestra de roca que se tomó a 3.000m bajo la superficie de la tierra, en las formaciones de esquisto de dicho nombre en el sur de Argentina. La zona está clasificada como una de las reservas más grandes de recursos no convencionales del mundo.


El mayor reto es saber cómo generar conductividad en esta roca”, explica el ingeniero petrolero, alabando como el enfoque de su empresa en la tecnología, tradicionalmente del dominio de las compañías petroleras, es una de las claves para desbloquear el enorme potencial de Vaca Muerta.


A pesar de la caída en los precios globales del petróleo, lo que cuestiona la viabilidad de muchos proyectos de fracking, Argentina ha continuado avanzando con entusiasmo en sus recursos de esquisto, e YPF ha estado guiando el proceso. Argentina se ha unido a numerosos países que producen volúmenes comerciales de petróleo de esquisto, junto a los Estados Unidos, Canadá y China.


Las reservas argentinas de esquisto no son solo una de las más grandes del mundo (está en segundo puesto en cuanto a gas de equisto superada solo por China, mientras que sus reservas de petróleo d esquisto son las cuartas más grandes) también están consideradas como una de las mejores en términos de su calidad geológica.


Además, están situadas lejos de las grandes áreas urbanas en un país sin grandes riesgos de seguridad y una mano de obra suficientemente bien preparada, mientras que la mayor parte de la infraestructura está ya en lugar. También, la oposición por parte de grupos medioambientales no supone un gran problema para el avance, al contrario de lo que ocurre en Europa y partes de los Estados Unidos.


La zona de Vaca Muerta podría ser una de las mejores oportunidades de petróleo y gas fuera de los Estados Unidos y Canadá actualmente”, dice Deborah Resley, directora para Latinoamérica en IHS Energy, una consultora.



Los recursos recuperables están ahí, pero se tiene que reducir más el coste de los pozos. Nadie tiene todavía una varita mágica para el rendimiento de las explotaciones de Vaca Muerta” añade, señalando que Argentina todavía no es capaz de proporcionar localmente todos los servicios y suministros que se necesitan para extraer los recursos de manera económicamente rentable.


YPF dice que ha recortado el coste de los pozos "verticales" por debajo de los 7 millones de dólares, desde más de 11 millones en 2011. Pero eso no es suficiente para el propósito de 4-5 millones de dólares, mientras que en los Estados Unidos cuestan tan poco como 2-3 millones.



De hecho, no está claro si el esquisto de Argentina puede desarrollarse de forma rentable, aún es temprano. Solo se consiguió un esfuerzo coordinado después de que la estatal YPF arrebatara el control mayoritario a la española Repsol en 2012.


En cambio, los Estados Unidos empezaron a desarrollar algunos de sus campos de esquisto más grandes, como puede ser Bakken, hace más de 30 años. Solo unos cuantos cientos de pozos están perforados en Argentina, en comparación con las decenas de miles de pozos perforados en los Estados Unidos.


Hasta ahora, la mayoría de los pozos se han perforado en una pequeña zona de Vaca Muerta, que es un gran campo del tamaño de Bélgica. Pero una docena de proyectos pilotos que se hallan en curso a lo largo de una zona más grande arrojarán luz en lo que Ms Resley describe como “una reserva muy heterogénea”.


Daniel Gerold, un consultor energético en Buenos Aires dice: “Lo primero que tenemos que hacer es probar que Vaca Muerta es económicamente viable. Segundo, necesitamos más compañías invirtiendo, con sus diferentes tecnologías y enfoques y explorando Vaca Muerta para ver qué tipos de resultados podemos obtener”.


Argentina está todavía lejos de poder asegurar los 20 mil millones de dólares en inversiones anuales que el gobierno quiere para poder conseguir la independencia energética dentro de los próximos diez años.


Solo Chevron ha invertido con seriedad después de asociarse con YPF en el 2012, invirtiendo más de 3 mil millones de dólares en la concesión Loma Campana que es de propiedad conjunta, la cual ha servido para que se erija en el segundo campo productor más grande de Argentina.


Otras compañías petrolíferas establecidas en Vaca Muerta incluyen Petronas, Dow Chemicals, Wintershall, Total, Shell y ExxonMobil.


Unos de los mayores obstáculos para la inversión extranjera ha sido el complicado escenario económico, con un espacio muy limitado para que las empresas puedan maniobrar debido a los estrictos controles monetarios y comerciales, lo que complica el proceso de importación de equipación y repatriación de beneficios. Otra importante barrera es la incapacidad para poder acometer préstamos de forma económica en Argentina, lo que resultó en el incumplimiento de la deuda soberana por segunda vez en este siglo.


Eso podría empezar a cambiar si una nueva administración más a favor de las empresas toma el poder después de las elecciones presidenciales de octubre, como es de esperar. Aun así, sigue habiendo preocupaciones ya que el nuevo gobierno podría eliminar abundantes subsidios de los precios del aceite y gas de Argentina, que son los más altos del mundo y están beneficiando a empresas energéticas, dice Ms Reslye de IHS.


Pero fomentar el desarrollo del gas de esquisto se ha convertido en un elemento central del plan energético del país.


Un analista de Cafeidas, una consultora de riesgo en Buenos Aires, escribió en un informe reciente sobre el esquisto: “Al margen de que administración tome las riendas a finales de año tras las elecciones, el esquisto estará seguro en su agenda política. Con suficientes niveles de inversión y el correcto potencial tecnológico, la industria del fracking podría despegar en la siguiente década", finaliza el informe.


Cuando Argentina obtuvo la inversión mayoritaria de YPF desde la española Repsol en 2012, muy pocos eran los que esperaban resultados tan positivo y tan rápido.


Bajo el liderazgo de Miguel Galuccio, un ingeniero que fue elegido cuidadosamente por la Presidenta Cristina Fernández desde un cargo superior en Schlumberger, las inversiones en la compañía argentina más grande pasaron de los 2 mil millones de dólares a los 6 mil millones.


Eso ha servido pare revertir una tendencia de declive de la producción del gas y petróleo que ha dejado a Argentina, antes autosuficiente en energía, con una gran déficit.

Los inversores han tomado nota. Los grandes nombres como George Soros han invertido en YPF. El incremento de la producción ha alzado las ganancias, y el precio de la acción en YPF se triplicó el año pasado, pero se ha ido debilitado desde entonces debido a la caída global de los precios del petróleo. YPF ha conseguido reunir más de 2 mil millones de dólares en los mercados de capitales a pesar del incumplimiento de la deuda soberana argentina, impidiendo que numerosas empresas pidan prestado en el extranjero.

Traducción del artículo "Argentina aims to join shale trailblazers" publicado el 7 de spetiembre de 2015 en Finantial Times