viernes, 18 de septiembre de 2015

La industria estadounidense del esquisto se prepara para quiebras


La caída del precio del petróleo coloca a los grupos con altos costes bajo una gran presión financiera.

Puede que el mundo funcione con petróleo, pero la industria del petróleo funciona con capital y para los productores estadounidenses de esquisto ese capital está comenzando a evaporarse.


A principios de año a las empresas de exploración y producción estadounidenses les resultaba relativamente fácil obtener capital vendiendo deuda o acciones, a pesar del desplome de precios del petróleo del año pasado causado por una superabundancia mundial. Ahora esas ventas han frenado abruptamente y la presión financiera en la industria está creciendo.


La próxima vuelta de tuerca se acerca en forma de una nueva tanda de redeterminaciones de las «bases crediticias»: las valoraciones de las reservas de gas y petróleo de las compañías que los bancos emplean para asegurar sus préstamos.


La industria del esquisto, responsable de un rápido crecimiento en la producción de petróleo estadounidense desde 2009, no está a punto de desaparecer. Hay numerosas empresas fuertes con unas cuentas saludables, con bajos costes o con ambos y deberían poder capear el temporal, pero entre las compañías hay diferencias enormes en cuanto a su resiliencia. Aquéllas con altos costes o elevadas deudas, o ambos, se enfrentan a un futuro turbulento.


«En retrospectiva, el dinero fácil y un periodo complicado para encontrar algo adecuado en lo que invertir llevó a un exceso en el crecimiento de la producción [de petróleo] en EE. UU.», opina Edward Morse, director global de investigación de materias primas de Citigroup. «Se crearon empresas que nunca debieron crearse».

Ahora ese exceso va camino de corregirse. Los analistas anticipan una ola de acuerdos sobre activos, adquisiciones y quiebras de empresas mientras las compañías débiles luchan por evitar el colapso, no siempre con éxito.


Este año ya son 16 las empresas estadounidenses productoras de petróleo que, según la agencia de calificación Standard & Poor's, han faltado al pago.


El mayor fracaso ha sido el de Samson Resources, que un consorcio liderado por KKR compró en 2011 por 7200 millones de dólares y que el pasado mes anunció su intención de obtener suspensión de pagos en septiembre.


Hay ocho productores de petróleo con calificación crediticia de triple C o más baja, lo que significa que «tienen aproximadamente un año o menos antes de quedarse sin efectivo», explica Thomas Watters, un director ejecutivo de S&P.


Los próximos obstáculos que se les presentan a muchas de esas empresas son las redeterminaciones de su base crediticia, que normalmente entran en vigor el 1 de octubre.


La tanda anterior en marzo y abril no fue tan brutal para las compañías como algunos temían. Ésta será probablemente mucho más dura y mermará la liquidez de las empresas en apuros.


Desde la primavera, las expectativas de que el precio del petróleo pudiese repuntar se han desvanecido rápidamente, por lo que los bancos emplearán suposiciones más bajas para valorar las reservas.


Además, la Oficina del Controlador de la Moneda de EE. UU., el regulador federal, está alertando a los bancos para que estén atentos a los riesgos derivados de otorgar préstamos a las compañías de gas y petróleo, lo que aumenta el miedo de que se retiren préstamos a negocios que, de disponer de más tiempo, serían viables económicamente.

Mark Sadeghian de Fitch, la agencia de calificación, sostiene que los bancos tratarán nuevamente de evitar reducir sus préstamos de forma abrupta. «No esperamos ningún cataclismo —afirma—. Para los bancos tiene sentido negociar un acuerdo, en lugar de poner a las empresas contra la pared».


Sin embargo, añade que aunque los bancos traten de mantener vivas a las compañías frágiles, querrán igualmente reducir sus préstamos.


Buddy Clark, presidente del área de energía del despacho de abogados Haynes and Boone, considera que, cuando las empresas anuncien sus nuevos límites de préstamo, los inversores deberán asegurarse de leer la letra pequeña. En algunos casos puede que se establezcan bases crediticias a un nivel cómodo, pero con una previsión de reducción durante seis meses o con un periodo de revisión más corto.

«Lo que se espera es que el mercado remonte a tiempo para permitirles vender acciones y así apuntalar sus cuentas», dice el señor Clark.

Los costes de las empresas son críticos mientras tratan de persuadir a inversores y bancos para que las respalden. Las compañías de exploración y extracción estadounidenses, bajo presión por el desplome de los precios tanto del petróleo como del gas natural, han conseguido hazañas en cuanto al recorte de gastos (en algunos casos de hasta el 25 por ciento) y el aumento de la productividad.


EOG Resources, la primera compañía que produjo con éxito petróleo de esquisto, informó el mes pasado de que había reducido el coste de perforar un pozo y comenzar a producir en la formación de Eagle Ford, en el sur de Texas, a 5,5 millones de dólares desde los 6,1 millones del año pasado, al mismo tiempo que había obtenido más petróleo.


Whiting Petroleum, el mayor productor en la formación de Bakken, Dakota del Norte, afirmó a principios del mes que las «terminaciones mejoradas» (usar volúmenes de arena mayores al fracturar pozos para liberar petróleo) podría aumentar la producción en un 40 o 50 por ciento y los costes en sólo un 15 por ciento.

Sin embargo, el sector es un grupo heterogéneo. Un estudio reciente halló que el productor de petróleo con el menor coste de ciclo total por barril, medida que combina el gasto de extracción del crudo más la inversión necesaria para reemplazar las reservas, era Seven Generations, con 20 dólares. Los productores con mayor coste resultaron Breitburn Energy Partners y Denbury Resources, con unos 70 dólares, según la agencia de calificación Moody's, responsable del estudio.

El coste medio del ciclo total por barril fue de unos 51 dólares para las empresas dedicadas al petróleo, lo que implica que a los precios actuales de aproximadamente 46 dólares por el crudo estadounidense, más de la mitad de los productores están perdiendo dinero.


Con el tiempo se espera que la oferta y la demanda en el mercado mundial del crudo se equilibre y suba los precios del petróleo. Según la Administración de Información de Energía del gobierno la producción estadounidense de petróleo ya está cayendo, como reflejo del descenso del 58 por ciento en el número de plataformas de perforación de crudo desde el pasado octubre.


No obstante, este reequilibrio del mercado podría ser un proceso largo. Aunque se está abriendo paso, es más que probable que otros productores estadounidenses de esquisto se queden a medio camino.


La presión financiera aumenta a medida que las coberturas se van terminando.


Un factor que aumenta la presión financiera en las pequeñas y medianas empresas petroleras estadounidenses es que sus posiciones de cobertura (usar derivados para garantizar mayores ingresos que los actuales precios del crudo a corto plazo), se están acabando.


Las coberturas obtenidas en la primera mitad del año pasado pudieron asegurar un precio de 90 dólares por barril para el crudo estadounidense, apenas el doble del nivel actual.


Con la brusca caída de los precios del petróleo para entrega ahora y en el futuro, las empresas de exploración y producción de EE. UU. Son decididamente menos partidarios de la cobertura. Los ingresos que pueden fijar con derivados son ahora mucho más bajos que hace 18 meses.


Los principales productores estadounidenses de petróleo de esquisto han asegurado aproximadamente el 63 por ciento de la producción esperada para este año y solamente el 43 por ciento para el próximo, según la consultoría Energy Aspects.


Esto contrasta con el 75 al 80 por ciento de la producción de 2014 que para el verano del año pasado ya habían asegurado.


«Muchas empresas tienden a no coger más cobertura cuando los precios están cayendo», opina Buddy Clark, del despacho de abogados Haynes and Boone.


Cualquier entusiasmo restante por asegurar habrá sufrido un duro golpe por el último desplome de los precios. El crudo estadounidense para entregar en diciembre de 2016 ha caído de los 63 dólares por barril en mayo a unos 53 dólares a principios de mes.


Virendra Chauhan de Energy Aspects informa de que, a pesar de ello, muchas compañías aún están asegurando parte de su producción.


En algunos casos parece deberse a que las empresas tienen sus costes bajo control y saben que pueden obtener beneficios incluso a los bajos precios que pueden fijar con la cobertura.



07/09/2015 * FT * http://www.ft.com/cms/s/0/5974a3ce-52e0-11e5-b029-b9d50a74fd14.html