La Sociedad de Protección de la
Fauna (Naturschutzbund - Nabu) ha encontrado cantidades muy excesivas
de mercurio en pozos de perforación de gas en el Brezal de
Luneburgo (Lüneburger Heide). "Los resultados de al menos dos
análisis indican que hay motivos fundados para sospechar que el
suelo ha sido afectado por este tipo de instalaciones y tal vez siga
siéndolo en el futuro", dice Roland Meyer, presidente de Nabu
Rotenburg (Wümme). La Autoridad Estatal de Minería, Energía y
Geología (LBEG) ha tomado ahora muestras, cuyos evaluación se
extenderá hasta finales de junio.
Las mediciones de la Nabu
están relacionadas con el debate que está teniendo lugar en el país
acerca de la expansión de la producción de gas natural a través
del "fracking" por el que, mediante la inyección de
líquido a cientos de metros de profundidad, se fractura la roca para
liberar el gas que contiene, que es así recogido. Sus partidarios
dicen que así se podría acceder a grandes reservas de gas. Los
críticos describen el procedimiento como peligroso, pues al líquido
de fractura se le añaden productos químicos tóxicos y el proceso
necesita de una gran cantidad de agua y una amplia
infraestructura.
El que pueda haber contaminación por
mercurio, sin embargo, no tiene nada que ver con los procedimientos
especiales de fracking. El metal pesado, a semejanza de otras
sustancias tóxicas, está presente en los depósitos de gas natural
bajo tierra y se extrae por bombeo junto con el gas. Normalmente, el
mercurio permanece en un sistema cerrado y es desechado como parte de
residuos de filtración, lodos de los depósitos y aguas de los
contenedores de residuos. Según la LBEG sólo debería llegar al
medio ambiente cuando se quema gas sin tratar durante perforaciones,
pruebas u operaciones de mantenimiento.
Sin embargo, es
precisamente en Söhlingen, donde la Nabu ha vuelto a encontrar
niveles excesivos de mercurio, donde hubo una fuga en 2007. Entonces
el mercurio, junto con hidrocarburos tóxicos, se fugó a través
de conductos de plástico. Según la LBEG, la compañía Exxonmobil
descubrió la fuga durante una inspección de rutina. Sustituyó los
conductos, retiró la tierra contaminada y bombeó el agua
subterránea.
En la actualidad, la Nabu ha hecho tomar
muestras de hasta diez centímetros de profundidad en las
inmediaciones de cuatro zonas de perforación de gas en Söhlingen.
Cerca de las zonas Z6 y Este Z1, los peritos encontraron 4,2 y 6,7
miligramos de mercurio por kilogramo de suelo. Para las autoridades,
un valor de 0,1 miligramos empieza a ser preocupante. A partir de 2
miligramos, el terreno correspondiente ya no puede ser utilizado con
fines agrícolas, o dicho de otro modo, los animales no deben pastar
ahí. "Ahora tenemos que examinar la extensión de las zonas
donde hemos encontrado daños, y si hay más," exigió
Meyer.
El presidente de la sección local de Nabu dice que
fueron alertados por las iniciativas ciudadanas en Söhlingen y
Wittorf, a quienes preocupaba que la producción de gas pudiera poner
en peligro la salud de los residentes. Tomaron nota de un informe
encargado por el LBEG por el que se habían medido niveles elevados
de mercurio en las proximidades de los pozos de perforación. La
Nabu, como organización ecologista fuerte, tomó medidas por su
cuenta y de esa forma obligó a la LBEG a conceder el peritaje.
Así,
en varios lugares se ha sobrepasado el "valor de precaución"
de 0,1 miligramos. En la zona de entrenamiento militar al norte de
Munster se ha superado el "valor de tomar medidas" de 2
miligramos y las autoridades prohibieron su uso como pasto o prado.
Medidas de seguridad o de restauración "no son necesarias".
En
opinión de Meyer, esto es bastante grave. Pero también desconfía
de los peritajes. En uno de los dos, se había permitido a las
compañías petroleras determinar cuándo y dónde se mide. Dado que
el LBEG sólo ha publicado un extracto, esto no ha podido ser
comprobado por la redacción del TAZ.
Metal peligroso
El mercurio es un metal tóxico que sobre todo ataca
el sistema nervioso.
Es especialmente peligroso por su
volatilidad: se evapora incluso a temperatura ambiente y después
pasa al organismo a través de los pulmones.
La mayoría del
mercurio se toma por consumo de pescado.
La mayor fuente de
mercurio en el aire, por un amplio margen, son las centrales
eléctricas de carbón.
Hay acuerdos internacionales para
reducir el uso de mercurio o remplazarlo completamente, como la
Convención Internacional sobre el Mercurio, el Protocolo de Metales
Pesados del Convenio de Ginebra de Contaminación Atmosférica
Transfronteriza y la Estrategia sobre el Mercurio de la UE.
Traducción del artículo "Quecksilber am Bohrloch" publicado en taz.de el 16 del 6 de 2014