La
industria pesada obtuvo el miércoles pasado concesiones importantes
a expensas de los consumidores, de acuerdo con las nuevas directrices
de la UE sobre subsidios estatales a la energía. Los grupos verdes
temen que esto socave el crecimiento de las renovables.
Alemania
ha acogido las nuevas normas de Bruselas como una victoria debido a
la reducción por parte de la Comisión Europea del impuesto que
deben pagar los grandes productores por la carade expansión la energía
renovable en el país.
Joaquín
Almunia, Comisario de Competencia de la UE, afirmó que los proyectos
de energía renovable han alcanzado tal “grado de madurez y
amplitud” que ya no necesitan obtener una ayuda tan generosa por
parte de los estados. Según Almunia, “los mecanismos de apoyo han
llevado a aumentos sustanciales en el coste de la electricidad para
los usuarios, tanto consumidores como empresarios. Han protegido a
los productores de renovables de sufrir ningún riesgo.”
Las
reformas reducirán la cuantía de proyectos de energías renovables
que cumplen los requisitos para obtener “tarifas de alimentación”
que garantizan a los productores de renovables un precio de venta
para su energía. Estos pagos se sustituirán gradualmente durante
los próximos años por un modelo más basado en el mercado. Para los
nuevos proyectos, los operados de energía renovable deberán
competir en concursos para abastecer el suministro eléctrico.
Greenpeace
ha mostrado su disconformidad, advirtiendo que la Comisión está
actuando bajo presión de las grandes empresas europeas de servicios
públicos “para entorpecer el crecimiento de las renovables”.
Almunia afirmó que “en términos políticos, es el mejor
equilibrio posible. Nos hemos visto obligados a realizar
compensaciones.”
El
coste del abandono de la energía nuclear de Alemania tras el
desastre de Fukushima se ha convertido en una de las cuestiones que
más vivamente se ha debatido debido al incremento en la factura de
la luz, algo que ha perjudicado especialmente a los consumidores.
De
acuerdo con el plan original de la Comisión, las industrias alemanas
de elevado consumo energético deberían pagar el 20 por ciento de
los impuestos destinados a cubrir el cambio a una energía más
limpia. Sin embargo, el porcentaje se redujo finalmente al 15 por
ciento, permitiendo que las grandes empresas salgan prácticamente
airosas.
Las
conversaciones entabladas para discutir las nuevas normas de los
subsidios estatales se desarrollaron con dificultades e instigaron el
primer voto de los comisarios de Bruselas sobre la competitividad en
una década. La competitividad internacional se ha convertido en una
cuestión fundamental para la UE. Se percibe como un gran retraso a
la zaga de Estados Unidos, pues cosecha los frutos del auge del gas
de esquisto.
Sin
embargo, la UE ha establecido en 68 el número de sectores
industriales que tiene derecho a obtener bonificaciones, algo que
afecta particularmente a Alemania, donde 179 sectores industriales
optan en la actualidad a bonificaciones automáticas.
A
pesar de que Alemania prometiera originalmente que las normas de
ayuda de la UE no se aplicarían retroactivamente, Almunia afirmó
que los pagos serían obligatorios para las empresas de la UE que se
hubieran beneficiado de los descuentos durante los últimos dos años.
Según
las nuevas normas, las empresas que hayan estado recibiendo
prestaciones estatales por las que ya no sean subvencionables deberán
devolver la cuantía que hayan recibido durante los últimos dos
años.
Las
empresas alemanas no se mostraron del todo preocupadas por los pagos.
Sin embargo, Utz Tillmann, portavoz de la Asociación alemana de
Industrias de elevado consumo energético, afirmó que “las
directrices, en su forma actual, proveen lo necesario para que las
industrias de elevado consumo energético reciban la ayuda necesaria
en el futuro y puedan resistir a la competencia internacional.”
Con
todo, la aplicación retroactiva de las normas desató algunas
tensiones entre los comisarios antes del comunicado. De manera
insólita, los comisarios votaron sobre el paquete de subsidios
estatales justo antes de que Almunia presentara sus propuestas.
A
pesar de que Almunia ganara por mayoría con dieciocho votos a favor,
uno en contra y tres abstenciones, varios comisarios con carteras
industriales, como Antonio Tajani, el Comisario de Industria y
Günther Oettinger, Comisario de Energía, expresaron su preocupación
por que las nuevas normas pudieran perjudicar la competitividad
europea.
Traducción del artículo "Industry
wins concessions on EU energy subsidies"
publicado por Christian Oliver y Alex Barker en Financial
Times, 9 de abril de 2014