El ministro francés de Producción e Industria francés, Arnaud Montebourg,
ha descubierto el gas de esquisto “limpio y ecológico"
Pero
cuidado, huele a timo…
Se
pensaba que había quedado bien cerrado el grifo del gas de esquisto,
pero todavía gotea. Ha bastado con una nueva declaración de Arnaud
Montebourg y con la publicación de las conclusiones de un informe
favorable al gas de esquisto en el periódico francés Le Canard
enchaîné para asistir a este regreso del gas. Pero cuidado: una vez
terminadas las técnicas altamente contaminantes, la extracción de
gas de esquisto se podrá realizar a partir de ahora a través de
propano e incluso de fluoropropano. ¡Un gas de esquisto «limpio»!
En fin, casi. Y es que desde Le Canard al canal de televisión France
2, pasando por el periódico Le Parisien y por la agencia de noticias
AFP, la sutil combinación de ventajas e inconvenientes de esta nueva
«técnica» ha resultado muy variable.
La
primera alarma en torno al gas ha tenido lugar el 23 de enero.
Invitado por el programa radiofónico Europe 1 Soir, el ministro de
Reactivación Productiva francés, Arnaud Montebourg, quien ya se
había manifestado a favor de la experimentación con la extracción
de gas de esquisto en julio de 2013, ha reiterado su declaración. En
cuanto a la prohibición de la técnica de fracturación hidráulica,
considerada demasiado contaminante, el ministro se ha mostrado a
favor de una experimentación que permita dar con técnicas limpias:
«Hay que centrarse en encontrar técnicas perfectamente limpias para
tener una explotación ecológica; es decir, técnicas que sean
compatibles con nuestros altos estándares de medio ambiente», ha
declarado Montebourg.
Como
estaba previsto, estas declaraciones, retomadas por la AFP, tuvieron
su pequeño efecto. Al día siguiente, el ministro de Ecología
francés, Philippe Martin, reacciona afirmando que esa «no es la
dirección adecuada». Sin embargo, la semana siguiente, es Le Canard
enchaîné el que desencadena la segunda alarma en torno al gas:
Montebourg estaría dejando de lado un informe, que se suponía que
se debería haber publicado después de las municipales, mientras
alaba los méritos de una tecnología «limpia» para extraer el gas
de esquisto.
Según
el equipo de expertos de Montebourg, compuesto por «geólogos,
economistas públicos y privados», sería posible hacer que la
fracturación hidráulica no fuese contaminante, «reemplazando el
agua por otro fluido: el fluoropropano», un producto que sustituiría
el propano, ya utilizado en el marco de una técnica de fracturación
que pretende ser «limpia, sin agua y sin productos químicos».
Retomada
por la AFP, la información de Le Canard apareció un poco por todas
partes a partir del día siguiente, empezando por Le Parisien, que se
fue a buscar a una ecologista arrepentida, la navegante Maud
Fontenoy, autora de un libro titulado Ras-le-bol des écolos (que se
podría traducir como «Hasta las narices de los verdes»). En Le
Parisien, la navegante francesa asegura, en una página entera, que
«el gas de esquisto se ha convertido en un triunfo ecológico».
¿Ah, sí? «Es cierto que la fracturación hidráulica implica la
utilización de productos químicos y un gran despilfarro de agua.
Sin embargo, la fracturación con propano, que es la elegida por
Canadá, elimina los problemas relativos al agua y permite reciclar
el propano prácticamente al 100 %. Es la solución más
interesante hoy en día, pues no contamina». Tratamos de saber más
acerca de sus competencias en materia de gas y quisimos contactar con
la navegante, que no nos ha devuelto la llamada. Localizada por Arrêt
sur images, la agregada de prensa de Fontenoy indica simplemente que
«se han producido muchas llamadas después de la publicación de ese
artículo». La entrevista de Le Parisien era difícil de antemano.
«Debíamos hablar de su libro [publicado en octubre de 2013], Le
Parisien debía hacer una entrevista retrato. Finalmente, ellos la
han orientado hacia ese tema». Y el diario ha hecho bien las cosas:
en imágenes, un esquema explica las diferencias entre la
fracturación hidráulica (y su «posible riesgo de contaminación»)
y la «estimulación con propano» que no utiliza «ni agua ni
productos químicos y no presenta riesgo de explosión». En
definitiva, es el gas de esquisto limpio:
¿100 %
positivo y 100 % limpio? No, Le Parisien indica algunos
inconvenientes. Sí, sí, miren, está en una parte del pequeño
recuadro:
Pasando
por la AFP y Le Parisien, llegamos al programa 20 heures de France 2.
Ocurre lo típico: en menos de diez minutos, el tema plantea el
debate. Sí, la fracturación hidráulica es contaminante.
Sí,
hay una nueva técnica «en proyecto». Pero «las opiniones
divergen», parece ser. Y France 2 nos propone un «ni a favor,
ni en contra», con intervenciones de entre siete y diez segundos de
expertos en cada campo. «Es más limpia porque regula la
problemática ligada a la utilización del agua como recurso. No se
utiliza el agua, por lo que regula ese problema» (pro-gas). «No se
resolverá el problema de que estos hidrocarburos, cuando se les
empuja, cuando se les fuerza a ir a una gran profundidad, migran y,
al migrar, arrastran un cierto número de cosas que están en el
fondo de la tierra y que son muy contaminantes. Hay metales pesados y
productos radioactivos» (anti-gas).
Entonces,
el gas de esquisto ¿es limpio o no es limpio? Bastaba con leer el
artículo completo de Le Canard enchaîné, así como una larga
noticia de AFP o un artículo del periódico Le Figaro, que se
apoyaba principalmente en un informe de la Oficina Parlamentaria de
Evaluación de las Opciones Científicas y Tecnológicas (OPESCT, por
sus siglas en francés), con fecha de noviembre del 2013, para salir
del «ni sí, ni no».
ALTERNATIVA
A LA FRACTURACIÓN HIDRÁULICA: UNA TÉCNICA EXPLOSIVA
En
teoría, existen dos técnicas que podrían sustituir la fracturación
hidráulica. Para empezar, «la estimulación con gel propano» o la
que utiliza «propano puro». Ya no se necesitan grandes cantidades
de agua para hacer explotar la roca: con el propano es suficiente.
Además, esta técnica puede «llevarse a cabo con menos aditivos e
incluso sin utilizar ninguno», según el informe de la OPESCT. Se
trata de una técnica antigua: «Entre 2008 y 2013, cerca de 1 900
operaciones de estimulación han sido realizadas igualmente [con esta
técnica] en Norteamérica, principalmente en Canadá (Alberta,
Columbia Británica, Nuevo Brunswick) y, desde 2010, en Texas»,
concreta el informe. Se deja de utilizar el agua y se emplean pocos
productos químicos o ninguno: es el gas de esquisto limpio. Pero,
¿por qué esta técnica no está generalizada? Presenta un grave
inconveniente, según el informe: «Implica la manipulación de
cantidades importantes (varios cientos de toneladas) de propano
inflamable en la superficie. Por tanto, es una solución a priori más
adaptada a entornos con una baja densidad de población que a
contextos muy poblados. En cualquier caso, constituye una técnica
que se debe regular de manera muy estricta para garantizar la
seguridad de los trabajadores y de la población». En otras
palabras: crucemos los dedos para que no explote. Según la AFP, con
esta técnica, en Francia, cada perforación sería «clasificada
como sitio Seveso», de acuerdo con la nomenclatura que define a los
emplazamientos industriales que presentan riesgos de accidentes
graves.
ALTERNATIVA:
UNA TÉCNICA ESTUPENDA… PERO QUE NO HA SIDO SOMETIDA A PRUEBAS
Es
en este punto en donde entra en acción la técnica fluo. Para
eliminar los riesgos de explosión, la sociedad estadounidense
ecorpStim propone reemplazar el propano por el «fluoropropano» (en
realidad, por el heptafluoropropano, conocido por sus siglas en
inglés, NFP, de «propano no inflamable»). Ventaja de la técnica
NFP: esta «permite una supresión del 100 % de los riesgos
industriales ligados a la utilización de propano tradicional (riesgo
de incendio, riesgo de explosión)», según el informe de la OPESCT.
Tan solo hay un pequeño problema: como explicaba (demasiado)
brevemente el 20 heures de France 2, esta técnica está «en
proyecto». En otras palabras: nunca ha sido sometida a pruebas a
escala real (algo que Le Parisien se había olvidado de indicar en su
esquema). Así pues, los efectos positivos de esta técnica dependen
del método Coué: «Aunque este procedimiento no ha sido todavía
objeto de demostraciones reales, la sociedad ecorpStim no tiene
ninguna duda sobre los resultados que se obtendrán, ya que saca
información de la utilización realizada en el pasado de mezclas
propano-butano, siendo el NFP un gas con características intermedias
entre los dos precedentes», apunta el informe OSPECT. Dicho de otra
manera: crucemos los dedos para que funcione.
Y
aunque los industriales hubiesen considerado la técnica 100 %
segura, no es 100 % limpia: «si bien el NFP no representa un peligro
para la capa de ozono, no es inocuo para el clima. Representa hoy en
día el 0,5 por mil de las emisiones totales de gases de efecto
invernadero». Además, la AFP indica que «su capacidad de
recalentamiento es en 100 años 2 900 veces superior al del CO2,
según las estimaciones que mantienen las Naciones Unidas».
Afortunadamente, el informe OSPECT añade que, «de todas formas, su
uso para la extracción de hidrocarburos solamente implicaría su
liberación a la atmósfera en caso de incidente». Por lo que se
refiere a la dimensión económica del proyecto, esa partida tampoco
está ganada: «Como el propano, el heptafluoropropano es costoso.
Para que la explotación resulte rentable económicamente, haría
falta que su coste fuese compensado por los aumentos conseguidos en
la productividad y por el ahorro en los aditivos químicos y en el
transporte», añade el informe OSPECT.
¿Resumimos?
La fracturación hidráulica es contaminante, la «estimulación con
propano» es explosiva y la estimulación con NFP es estupenda, pero
nunca se ha sometido a pruebas a gran escala y no es forzosamente
rentable. ¿Un tema que pierde gas?
Traducción del artículo "MONTEBOURG A DÉCOUVERT LE GAZ DE SCHISTE "PROPRE ET ÉCOLO" publicado en Arrêt sur Images el 3 de febrero de 2014