El boom del gas natural
en Pensilvania ha traído consigo miles de nuevos pozos de gas, un
buen número de trabajadores temporales y una horda de problemas
sociales. Food & Water Watch ha descubierto que los
accidentes de tráfico, los disturbios civiles y los problemas de
sanidad pública se han incrementado en las provincias rurales de
Pensilvania desde que la fiebre del gas de esquisto comenzara en
2005, disminuyendo la calidad de vida de los residentes de unas
comunidades que en su día fueron bucólicas.
Así se refleja en el informe "The social costs of fracking" que Food & Water Watch ha producido
Las crisis económicas
como la Gran Recesión se asocian a menudo con resultados negativos,
pero estos costes sociales y de salud pública se han incrementado
más en las zonas rurales con los nuevos pozos de gas de esquisto que
en las zonas rurales que no tienen extracciones de gas. Estos
impactos sociales negativos fueron especialmente pronunciados en las
provincias con mayor densidad de pozos de esquisto.
La industria de petróleo
y gas ha surgido en las últimas décadas utilizando nuevas técnicas
y tecnologías que combinan las prospecciones horizontales con la
fractura hidráulica (o "fracking") para extraer gas del
esquisto y otras formaciones rocosas subterráneas. El fracking
inyecta grandes cantidades de agua, arena y químicos tóxicos bajo
altas presiones para liberar el gas que está estrechamente adherido
a las capas rocosas. El fracking se ha expandido rápidamente en
muchas áreas a lo largo del pais, pero Pensilvania ha sido el
epicentro del boom nacional del fracking, con casi 5.000 pozos de gas
de esquisto perforados entre 2005 y 2011.
El boom del fracking ha
traído grandes camiones pesados que colapsan las carreteras rurales
así como trabajadores de fuera del estado que inundan las pequeñas
ciudades, a menudo desbordando las posibilidades de alojamiento
locales, a la policía y a los servicios de salud pública. El flujo
de trabajadores temporales con renta disponible y con poco que hacer
en sus horas libres es una receta para crear problemas en las
pequeñas ciudades de América, donde los crímenes relacionados con
el alcohol, accidentes de tráfico, visitas a urgencias y infecciones
de transmisión sexual se han visto todas en aumento.
Gran parte de la
discusión nacional sobre el fracking se ha centrado en los obvios
riesgos medioambientales, mientras que los costes sociales están
siendo ignorados por completo. Este estudio es el primer análisis
detallado a largo plazo de los costes sociales que el fracking ha
traído a las comunidades rurales de Pensilvania.