En una tribuna pública celebrada anoche, representantes importantes de la salud pública, el medioambiente y los derechos de los trabajadores analizaron el peligro al que están expuestos los habitantes de Nueva York, EE.UU., a causa de los crecientes niveles de radón hallados en el gas natural con el que cocina la mayoría de neoyorquinos, y que es la principal causa de cáncer de pulmón en no fumadores. En la tribuna, la miembro de la asamblea Linda Rosenthal presentó la legislatura propuesta por ella misma y por la senadora Diane Savino, que protegería a la población de los riesgos del radón en el gas natural.
La
administración del alcalde Bloomberg y la compañía energética Con
Edison están promocionando un mayor uso del gas natural extraído de
los campos de esquisto de Pensilvania. El gas de estos campos es
conocido por contener concentraciones de radón más altas que en
otras regiones, tales como Texas o la Costa del Golfo. Existen nuevas
provisiones de gas natural de Pensilvania gracias al auge de la
excavación fruto de la polémica técnica de extracción conocida
como "fracturación
hidraulica".
"Con
la proliferación de gasoductos en todo el Estado y en Nueva York, es
de suma importancia que el Estado establezca unos estándares de
niveles máximos para proteger a la población de una exposición,
totalmente evitable, a un carcinógeno conocido", dijo
Rosenthal. "Está claro que existen demasiadas incógnitas en la
ecuación como para poder estar tranquilos en la situación actual".
La
legislatura de Rosenthal requeriría que el Departamento de Salud del
Estado de Nueva York hiciese un seguimiento continuado de los niveles
de radón en el gas natural distribuido a los hogares, e informar de
dichos niveles en una página web de acceso público.
"Los
gobernantes de la ciudad y del estado no han pensado en las
consecuencias de promover el gas natural contaminado con radón y
tampoco han sido capaces de alertar de que el gas de Pensilvania
supone un grave peligro para la salud pública de los neoyorquinos",
declaró Albert Appleton, antiguo miembro del Departamento de
Protección Medioambiental de la Ciudad de Nueva York e investigador
principal del Instituto de Diseño Sostenible de Cooper Union. "Ahora
el gobernador Cuomo y el alcalde Bloomberg tienen que hacer lo que
deberían haber hecho hace meses: llevar a cabo estudios adecuados
para asesorar sobre todos los riesgos para la salud pública antes de
profundizar en la vía del gas de esquisto".
"La
exposición al radón se ha asociado al desarrollo de cáncer de
pulmón con el paso de los años; se trata, pues, de un peligro serio
para la salud pública", explicó Sheila Bushkin-Bedient,
doctora en Medicina y con un máster en Salud Pública, miembro de
Concerned
Health Professionals of NY. "Nuestros líderes electos deben
considerar el grave impacto para la salud generado por la expansión
del uso de gas natural en los hornos y fogones en toda la ciudad de
Nueva York".
"Como
chef y propietaria de un negocio responsable de la salud de mis
empleados de acuerdo con la ley, es mi obligación estar informada y
posicionarme con respecto a los peligros del radón en el gas. Este
podría ser el comienzo de un desastre para la calidad de vida
laboral en la restauración", dijo Heather Carlucci de Chefs
for the Marcellus.