El Gobierno propone sobornar a las comunidades ofreciéndoles reducciones en las facturas energéticas para que dejen de oponer resistencia a los proyectos locales de fracturación hidráulica, como parte de sus planes para impulsar la extracción del gas de esquisto.
(Traducción del artículo "UK ministers consider offering communities fracking sweeteners", publicado en The Financial Times el 28/04/2013 por Jim Pickard, Elizabeth Rigby and Guy Chazan )
Se están debatiendo
varias opciones para conseguir que las comunidades rurales inglesas
acepten estos polémicos métodos de perforación, mientras los
ministros se disponen a anunciar que las reservas de gas de esquisto
de Gran Bretaña son mucho mayores de los que se había previsto.
La
fracturación hidráulica, una técnica de extracción que consiste
en inyectar agua, arena y sustancias químicas a alta presión en la
roca de esquisto para liberar las bolsas de petróleo y gas atrapadas
en su interior, ha transformado el mercado energético de los Estados
Unidos y ha provocado un boom de producción que situó el pasado año
los precios del gas en el nivel más bajo de los últimos 10 años.
A los expertos en
cuestiones de medio ambiente les preocupa que el proceso pueda
contaminar el agua subterránea y provocar emisiones de metano, un
potente gas de efecto invernadero.
El Gobierno, en un
documento sobre los beneficios que pueden obtener las comunidades,
propondrá una serie de políticas con el objeto de persuadir a las
comunidades locales para que dejen de oponer resistencia a la
fracturación hidráulica en el noroeste y el sureste de Inglaterra,
donde se han descubierto los mayores depósitos de gas de esquisto.
Según informan los
conocedores del contenido de los debates, el principal incentivo que
está estudiando la coalición es reducir las factures energéticas
de los hogares de la zona.
Los barrios también
podrían recibir fondos para construir nuevos clubes deportivos o
centros comunitarios, así como otros proyectos para mejorar los
servicios locales.
El comité de
energía de la Cámara de los Comunes dijo el viernes que las
comunidades afectadas por los proyectos de gas de esquisto deberían
recibir y compartir algunos de los beneficios del desarrollo.
Sugirió que las
autoridades locales de las comunidades en las que haya empresas de
extracción de gas de esquisto también deberían poder percibir un
porcentaje del volumen de negocio de dichas empresas.
El sistema sería
similar a las “inversiones de compensación” mediante las cuales
los ayuntamientos que otorgan permisos de construcción de
promociones inmobiliarias pueden obligar al promotor a costear
mejoras de las infraestructuras, como carreteras y escuelas. En un
documento por separado se presentará una propuesta similar para los
nuevos parques eólicos.
El Gobierno todavía
podría tener que enfrentarse a importantes actos de protesta contra
las instalaciones de fracturación hidráulica, que evocarían la
hostilidad generalizada de las comunidades conservadoras hacia las
turbinas eólicas terrestres y al ferrocarril de alta velocidad HS2.
Laura Sandys,
diputada conservadora, ha dicho que, comparados con las solicitudes
de construcción de instalaciones de perforación de gas de esquisto,
los parques eólicos terrestres han sido un simple paseo por el
parque”.
La única operación
de fracturación hidráulica en Gran Bretaña, puesta en marcha por
Cuadrilla Resources en las proximidades de Blackpool, se suspendió
tras producirse dos terremotos de escasa intensidad en 2011 y reanudó
sus actividades el pasado mes de diciembre.
El pasado año, el
Gobierno encargó al Instituto Geológico del Reino Unido (BGS)
la elaboración de una nueva estimación de las reservas de gas de
esquisto de Gran Bretaña, cuyas conclusiones cabe prever que
demuestren que dichas reservas son mucho mayores de lo que se había
pensado en un principio.