viernes, 24 de agosto de 2018

¿Gasoducto en Italia? Militantes del Movimiento 5 Estrellas sospechan una traición

Imagen: Detractores temen que el gasoducto de 877 km. y 5 mil millones de dólares que va desde el mar Caspio hasta Italia perturbe la playa de San Foca.
Cuando Alfredo Fasiello votó por el Movimiento 5 Estrellas (M5S) este año, creía que el partido se uniría a su batalla contra el gaseoducto de 877 km. y más de 5 mil millones de dólares para transportar gas desde el mar Caspio hasta Italia, y que acabará cerca del pequeño club de playa que su familia posee en San Foca, en el tacón del país.

Ahora que M5S es aliado en el gobierno y que su líder político, Luigi Di Maio, es el ministro de Desarrollo Económico, los desacuerdos internos del partido, las aparentes reservas y dudas para oponerse al gasoducto han dejado al señor Fasiello y a otros sureños, que apoyaron al partido hasta la victoria, al borde de la revuelta.

‘Esperábamos que tuvieran un mínimo de honestidad y transparencia de las que tanto hablan. Estuvieron aquí mil veces,’ dijo el señor Fasiello, de 62 años, este verano.

‘Si el M5S nos traiciona, no volverán a obtener aquí ni un solo voto,’ añadió.
‘Les dará vergüenza aparecer en estas playas. No es sólo esta zona. Si nos traicionan, nadie confiará en ellos.’

El M5S llegó al poder aprovechándose de la ira de Italia hacia la política de siempre y los intereses de las grandes compañías, valiéndose de una campaña de tinte nacionalista y llena de tonos conspiratorios contra las fuerzas globalizadoras y las élites, tanto si se trataba de vacunas, como de energía o economía.

‘¿Traerían a sus hijos a nadar aquí? ¿Con una bomba atómica debajo? Se arriesgan a un tumor,’ dijo Alfredo Fasiello, a la izquierda, de los planes de construir un gasoducto bajo la playa. Stephanie Gengotti para The New York Times

El Gasoducto Transadriático, o TAP, plantea ahora un problema político existencial al M5S. El proyecto ha enfrentado al partido, que nunca antes había sido puesto a prueba a nivel nacional, con elecciones sobre gobernar en un mundo interconectado con consecuencias reales.

Italia importa el 90% de su energía, y EEUU y la UE han presionado con el gasoducto como una estrategia prioritaria para eliminar la dependencia de Italia del petróleo y el gas rusos y así reducir la influencia de Rusia en Europa.

Mientras la relación entre EEUU y Rusia se ha complicado bajo el mandato del presidente Trump, parece que este sigue apoyando el gasoducto como competidor del ruso Nord Stream 2, e incluso “regañó” a la Canciller Angela Merkel por apoyarlo.

Sputnik, el centro de noticias alineado con el Kremlin, se refirió recientemente al TAP como la “Herramienta de Trump”, en una guerra económica contra Rusia.

Tanto el M5S como su aliado en el gobierno, Liga Norte, se oponen a sanciones contra Rusia y proponen lazos más fuertes con el presidente de Rusia, Vladimir V. Putin, y ninguna de las partes parece movida por una motivación estratégica para limitar el poder de Rusia.



Carteles de “No TAP” llenan las paredes, papeleras y paseos en toda la costa sur. Stephanie Gengotti para The New York Times

Sin embargo, bajo la presión de EEUU, la UE y sus intereses internacionales de negocio, el M5S está volviendo tímidamente sobre sus pasos al tener que enfrentarse a miles de millones de euros en multas y la falta de credibilidad para futuras inversiones.

Matteo Salvini, el líder de Liga Norte, insistió recientemente en que había que concluir el gasoducto para bajar los precios del gas y mejorar el empobrecido sur de Italia.

Pero el gasoducto, que habrá de terminarse en el 2020, ha sido fuertemente criticado por muchos en Puglia, una región conocida por su costa espectacular, aguas cristalinas y olivares resplandecientes, y que fue crítica con el éxito electoral del M5S.

Carteles y grafitis de ‘No TAP’ inundan las paredes, papeleras y malecones de la costa sur. Un día de verano, el señor Fasiello dio un paseo por la playa con un amigo activista, Graziano Petrarchi, y señaló a una familia que tomaba el sol y a niños que jugaban en la arena sobre la ruta programada del gasoducto.

 ‘¿Traerías aquí a nadar a tus hijos? ¿Con una bomba atómica debajo? Te costaría un tumor,’ dijo del gasoducto. ‘Tiene tres metros de diámetro, y puedes conducir un coche a través de él.’

Marco Potì, el alcalde Melendugno, Italia, retirando una imagen del Presidente Sergio Mattarella de la pared de su oficina. ‘Ha faltado al respeto a sus ciudadanos.’ Stephanie Gengotti para The New York Times

Los dos recordaron como Barbara Lezzi, una prominente política del M5S de la ciudad vecina de Lecce, que ahora es la ministra del gobierno en el sur, construyó su campaña en torno a la oposición al gasoducto y celebró protestas relámpago en la playa.

Beppe Grillo, el cofundador del M5S, marchó contra el gasoducto en 2014 y, en abril de 2017, Alessandro Di Battista, el “Vigilante de la Playa” del partido, un demagogo, visitó la playa y prometió que, una vez en el poder, el M5S bloquearía el gasoducto “en dos semanas”.

Mucho ha llovido desde entonces.

El presidente de Italia, Sergio Mattarella, voló a Azerbaiyán en julio para garantizar que Italia no impediría la construcción del gasoducto, que conectaría gasoductos de Turquía y pasaría por Grecia y Albania para, finalmente, llegar a Italia.

Eso fue suficiente para Marco Potì, de 48 años, alcalde de Melendugno, la minúscula ciudad cerca de San Foca. Antiguo militante socialista, había votado al M5S en marzo con la esperanza de que el partido cumpliera su promesa de bloquear el gasoducto.

‘Nunca respondió a la carta de 97 alcaldes que le escribieron oponiéndose al proyecto,’ dijo el señor Potì mientras retiraba el retrato del señor Mattarella de la pared el día siguiente del viaje a Azerbaiyán. ‘Pero estrecha la mano de un dictador que oprime a su pueblo. Ha faltado al respeto a sus ciudadanos.’


Gruta de la Poesia, una laguna natural, estará a 19 km. del gasoducto. Stephanie Gengotti para The New York Times

En julio, Trump presionó al Primer Ministro de Italia, Giuseppe Conte, sobre el tema en la Casa Blanca. El señor Conte, en línea con el M5S, hizo de Melendugno su primer destino al volver a Italia, donde escuchó al señor Potì y le prometió una “evaluación detallada”. Pero también tildó el proyecto de “estratégico” para Italia.

Los analistas rusos afirman que los esfuerzos en Bulgaria, Polonia y otras partes del mundo para diversificar la energía rusa han generado grupos medioambientales sospechosos de operar con ayuda de Rusia, que han retrasado o frenado los proyectos.

El señor Potì “rechazó completamente” las acusaciones de la intervención rusa.
“Son fabulaciones”, dijo.

No ha habido pruebas de interferencia rusa en el gasoducto.

Los activistas afirman que no hay necesidad. El señor Fasiello dijo que el razonamiento “estratégico” del gasoducto era una farsa porque Rusia había encontrado una forma de vender su gas a Azerbaiyán y de introducirlo en el gasoducto del sur de todas formas.

“Sputnik e incluso Putin afirman que Azerbaiyán conseguirá gas de Rusia,” concluyó el señor Fasiello.

Los acuerdos internacionales estipulan que durante 25 años, el volumen inicial de 10 mil millones de metros cúbicos del gasoducto solo puede ser cubierto por los campos Shah Deniz de Azerbaiyán, excluyendo esencialmente a Rusia.



“Italia ya está llena de tubos por todos sitios,” dijo Elavio Spagna, defensor del gasoducto. “¿Por qué no aquí?” Stephanie Gengotti para The New York Times


Pero si se expande la capacidad del gasoducto, para lo que ha sido diseñado (más de 20 mil millones de metros cúbicos mediante estaciones de compresión adicionales en la ruta) otras compañías, incluida la rusa Gazprom, podrían reservar espacio.

Los activistas, y líderes del M5S, han dicho que se oponían al gasoducto porque había sido resultado de acuerdos opacos y presentaba riesgos ambientales.
Afirmaron que el gasoducto, que ya está casi terminado en Grecia y Albania y que ha sido construido por compañías como el gigante petrolero británico BP PLC y la empresa estatal italiana Snam S.p.A., estaba destruyendo 1.600 olivos y que no bajaría los precios del gas porque los precios y contratos establecidos requerirían la venta del gas tanto si a la gente le gusta como si no.

Michele Emiliano, presidente de Puglia y magistrado con vínculos en el orden público, afirmó en una entrevista que el movimiento No TAP había sido “probablemente infiltrado” por fuerzas antiglobalizadoras como el radical Black Bloc, que a veces se ha vuelto violento. Pero rechazó la sugerencia de que hubiera ninguna implicación rusa.

“Sinceramente, tenemos la impresión de que los rusos quieren enviar su gas a través del TAP,” dijo. “Y de que no están en contra del gasoducto.”


Federico Giannone, pescadero, dijo que le preocupaba que las aguas se vieran contaminadas por el proyecto. Stephanie Gengotti para The New York Times


El señor Emiliano, miembro del Partido Democrático, abogaba por una alianza con el M5S que, según él, fue “elegido para frenar el TAP”, pero que está teniendo problemas para hallar el valor de decir a sus votantes que no lo hará.

Afirmó haber apoyado el gasoducto en parte porque liberaba a Italia de la influencia de Rusia, pero quería reconducirlo a una zona industrial más al norte, en Brindisi, en lugar de llevarlo a “una de las playas más hermosas de Apulia.”

En cambio, dijo, por “pura estupidez”, el consorcio privado que dirigía el proyecto instaló el gaseoducto en el único lugar donde la preocupación ambiental era legítima, como lo era el miedo a tomar el sol encima de un tubo que lleva más de mil millones de toneladas métricas de gas.

“Incluso aunque normalmente no explotan,” dijo, “algunas explotan.”
El consorcio detrás del gaseoducto ha intentado disipar el temor diciendo que el impacto en San Foca es mínimo, y también en Brindisi.

“Hemos ido de puerta en puerta para explicarle a la gente la realidad y asegurarles que pueden plantar sus sombrillas como siempre han hecho,’ dijo Davide-Maria Sempio, un portavoz local de la compañía en Lecce. “Ni siquiera se darán cuenta de que hay un gaseoducto enterrado 15 metros bajo la playa.”

Algunos residentes están de su parte. Elavio Spagna, de 77 años, salió de la Gruta de la Poesía, una pintoresca laguna natural al final de la carretera, con un cubo lleno de besugos.

“Italia ya está llena de tubos por todas partes. ¿Por qué no aquí?”.

En el centro, frente a la alcaldía, Federico Giannone, de 36 años, vendía pescado de la zona y decía que le preocupaba que las aguas se vieran contaminadas por el proyecto. Afirma que pensaba que tenía un aliado en el M5S. Ahora ya no está tan seguro.

“El M5S se mostraba en contra, y ahora que han llegado al poder ya no lo tienen tan claro. Las opiniones de los políticos son como el viento.”

Una versión de este artículo apareció impresa el 13 de Agosto de 2018 en la edición del New York Times con el titular: El Movimiento 5 Estrellas en contra del Gasoducto en Italia… hasta que acabaron las elecciones.

Traducción del artículo "A Gas Pipeline to Italy? Five Star Backers Sense a Betrayal"
publicado el 12 de agosto en The New York Times