La British Petroleum (BP) fortaleció su compromiso en la obtención del gas de esquisto en China, al firmar un segundo contrato de explotación con la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC, en inglés).
El acuerdo, que cubre 1 000 km2 del área de Sichuan, provincia al suroeste de China, aleja a BP de sus rivales, tales como Royal Dutch Shell y ConocoPhillips, las cuales se replegaron de la inversión en el gas de esquisto chino. Los analistas dicen que los altos costos de explotación de esquisto en China lo hicieron vulnerable a los grandes recortes en los gastos de capital realizado por las compañías de energía, en un periodo reducción desde el nefasto derrame de petróleo de la Deepwater Horizon, en 2010. El contrato de BP con CNPC involucra un campo llamado Rong Chang Bei, contigua a la asociación existente de la compañía en Neijang-Dazu. CNPC tendrá el control operativo en ambos casos. Los términos financieros no han sido revelados.
El convenio del jueves representó una renovación del compromiso de BP con China, luego que Sinopec señaló que el grupo del Reino Unido planeó vender el 50 % de su participación a su planta petroquímica Secco, cerca de Shanghái.
El acuerdo se deriva de una asociación estratégica más grande, anunciada entre BP y CNPC, cuando Xi Jinpig, el presidente chino, visitó Londres el año pasado y fue visitado en China este fin de semana por Theresa May, primera ministra del Reino Unido, para la cumbre del G-20. Los vínculos de inversión entre estos países se encuentran bajo escrutinio desde que May anunció una revisión de la estación de energía nuclear Hinkley Point, en la cual inversionistas chinos estatales poseen un tercio de la participación.
Edward Yang, presidente de BP China, indicó que los acuerdos en el reparto de producción con CNPC demostraron la “confianza continua del grupo en el mercado chino” y su dedicación en ayudar a China “en desbloquear su potencial para el desarrollo de energía más sostenible”.
En Beijing, los burócratas ven al gas de esquisto como un medio prometedor de protección de la seguridad de la energía china y ofreció, inicialmente, subsidios para que la industria despegue. Esos subsidios han sido reducidos, mientras que el petróleo y el mercado del gas pasaron a ser sobreofertados a lo largo de los pasados dos años.
China mantiene las reservas de gas de esquisto más grandes del mundo, con 68 % de recuperación tecnológica mayor que los Estados Unidos, de acuerdo con la Administración de Información de Energía (EIA) de los Estados Unidos.
Pero, hasta ahora, los esfuerzos para explotarlas han sido decepcionantes. El mayor problema ha sido la intrincada geología de los lechos chinos de esquisto, los cuales, en algunos casos, yacen a 4 km por debajo del suelo, en comparación a los campos de esquisto estadounidenses, que se encuentran a 1 km.
Los grandes volúmenes de agua utilizados en la extracción es otro obstáculo.
Varias de las reservas identificadas de China se localizan debajo de desiertos áridos; en otras áreas prometedoras, la exploración corre el riesgo de interferir con las fuentes de agua por la densidad de población en la superficie.
El conflicto por el agua y la geología dificultosa estuvieron entre las razones que persuadieron a la Royal Dutch Shell del proyecto de excavación con CNPC en Sichuan, a principios de año. En 2014, ConocoPhillips decidió revocar la asociación sobre extracción de esquisto con CNPC en el bloque de Neijiang-Dazu, posteriormente adoptada por BP.
Traducción del artículo "BP strikes new shale deal in China" publicado en The Finantial Times el 1 de septiembre de 2016