Greg
Abbott asegura que, en Texas, el estado es el único encargado de
limitar la regulación de petróleo y gas
Gregg
Abbot, gobernador de Texas,
ha aprobado una propuesta de ley que impide que las ciudades puedan
prohibir el fracking, concentrando sobre el
estado la jurisdicción en materia regulación sobre petróleo y gas.
En
Texas, un estado que alberga dos de los campos más productivos de
petróleo de esquisto de Estados Unidos, se han visto presionados
para frenar un movimiento antifracking desde que los habitantes de la
ciudad de Denton votaran en noviembre a favor de prohibir la técnica
de extracción de gas.
«Con
esta ley, Texas sortea todo ese batiburrillo de normas diferentes
entre regiones, condados y ciudades», alegó Abbott, perteneciente
al partido republicano.
La
fractura hidráulica consiste en inyectar en las rocas una mezcla de
agua a altas presiones, arena y productos químicos con el fin de
liberar gas natural. Los promotores de esta práctica defienden que
es segura pero numerosos grupos ecologistas destacan que es sucia,
ineficiente, contaminante y ruidosa.
Texas
fue un estado pionero del fracking
al explotar la formación de gas natural de esquisto de Barnett, al
norte de Texas, justo donde se encuentra Denton. La mayor parte de la
producción de crudo de Texas proviene de los pozos fracturados en
los campos de Eagle Ford y Permian al sur y al este.
Traducción del artículo "Texas governor bans cities and towns from banning fracking" publicado el 19 de mayo en The Guardian