lunes, 8 de septiembre de 2014

Los efectos negativos de la industria de la fracturación hidráulica en la salud de sus trabajadores



¿Existe algún salario por el que merezca la pena arriesgarse a perder la salud o incluso la vida? Las grandes empresas de la industria del petróleo y el gas tal vez crean que existe pero antiguos trabajadores del sector con los que hemos hablado no están tan convencidos.
 
Food & Water Watch ha publicado hoy Toxic Workplace: Fracking Hazards on the Job, una reseña de investigación en la que se explican los riesgos a los que se exponen los trabajadores de la industria de la fracturación hidráulica. Antiguos trabajadores de esta industria, que pasaban largas horas en su puesto de trabajo, estaban sujetos a una reglamentación deficiente en materia de seguridad e información, no percibían indemnizaciones en caso de accidente y estaban en estrecho contacto con sustancias químicas peligrosas, confirman la toxicidad de las actividades relacionadas con la fracturación hidráulica. Hemos reflexionado sobre los éxitos sociales y económicos del movimiento laboral a lo largo de este fin de semana festivo y nos parece cada vez más evidente que el sector de la fracturación hidráulica prefiere no saber.

La práctica de la fracturación hidráulica hydraulic fracturing consiste en perforar una determinada formación rocosa e inyectar grandes volúmenes de agua, arena y productos químicos tóxicos a gran presión para producir fracturas en la roca y liberar el petróleo y el gas contenidos en la misma. Los productos químicos utilizados en el proceso pueden causar cáncer y dañar el sistema nervioso, los sistemas inmunológico y cardiovascular y alterar el sistema endocrino.

En el lugar de trabajo, los trabajadores pueden estar expuestos a compuestos orgánicos volátiles including benzene and toluene, como el benceno y el tolueno, así como a las fugas de metano que se producen a menudo durante la fracturación hidráulica, que combinadas con las emisiones de óxido de nitrógeno procedentes de vehículos y equipos fijos que usan diesel como carburante, forman ozono al nivel del suelo. Los trabajadores también pueden estar expuestos a la arena silícea silica sand, que se usa con frecuencia en el proceso de fracturación hidráulica, y es un carcinógeno humano conocido. La exposición a largo plazo a la sílice, componente que constituye hasta un 99% de la arena silícea, aumenta la probabilidad de desarrollar silicosis, enfermedad que daña el tejido pulmonar e inhibe la función de los pulmones. Una persona que respire esta sustancia puede ser más propensa a contraer la tuberculosis y también a sufrir trastornos del sistema inmunológico y los riñones.

Randy Moyer used to work for the fracking industry, que anteriormente trabajaba como subcontratista en la industria de la fracturación hidráulica y se ocupaba del tratamiento de las aguas residuales generadas durante la obtención del gas de esquisto, nos contó que había experimentado de primera mano los terribles efectos del contacto con los productos químicos utilizados en el proceso y con las aguas residuales radioactivas. Explica que entre las consecuencias de pasar interminables horas en el puesto de trabajo cabe señalar erupciones dolorosas, picores, úlceras e inflamación de órganos. “La primera vez que sufrí una erupción fue horroroso; es como estar ardiendo, y nadie puede hacer nada para librarte de ello,” decía Randy.

Para empeorar las cosas, los trabajadores de primera línea que arriesgan diariamente su salud y su seguridad por la industria de la fracturación hidráulica apenas reciben indemnizaciones por los problemas de salud que padecen. Randy nos explicó que lleva 35 meses sin derecho a indemnización ni cobertura médica por las más de 20 visitas que ha realizado al servicio de urgencia y por las numerosas visitas que ha realizado a los servicios médicos. “Es decir, me las tengo que arreglar por mis propios medios,” dijo.

Además de la exposición a peligrosos productos químicos y al riesgo de radiación, los trabajadores también tienen que enfrentarse diariamente a los peligros del trabajo sobre el terreno, por ejemplo, la utilización de equipos precarios y largas horas de trabajo agotador. Debido a estos factores de riesgo, la tasa de mortalidad de la industria del petróleo y el gas es un 6,5% superior a la media nacional. Durante el período 2003-2012, de 100.000 trabajadores fallecidos, 26 pertenecían a la industria del petróleo y el gas; la tasa de mortalidad media nacional correspondiente a todos los puestos de trabajo en los Estados Unidos es de 4 por cada 100.000.


Figura 1: Tasas de mortalidad de trabajadores en los Estados Unidos durante el período 2003-2012, fracking worker safety chart
Número de muertes por cada 100.000 trabajadores

Dada la explotación a la que somete a sus propios empleados, la industria del petróleo y el gas siempre está dispuesta a pregonar las denominadas “ventajas económicas” de la fracturación hidráulica, dice Wenonah Hauter, Directora Ejecutiva de Food & Water Watch. “Pero ¿qué ventaja ofrecen unos puestos de trabajo que ponen en riesgo la vida de sus trabajadores y les roban la salud? No podemos permitir que esta industria se aproveche de la explotación a la que somete a sus empleados. Las experiencias de estos trabajadores demuestran que la fracturación hidráulica es un proceso claramente tóxico.”

Teniendo en cuenta los elevados riesgos laborales asociados a esta industria, las personas contratadas para trabajar en este peligroso sector deberían recibir una formación amplia en materia de seguridad y debería informárseles de las condiciones en las que van a trabajar y los productos que van a manejar. Sin embargo, Randy nos explicó que se prohibía a los trabajadores expresar su preocupación por unos productos químicos que desconocen y la exposición a los mismos en el puesto de trabajo. “No te permiten ni siquiera hablar de ello; si lo haces, estás despedido.” Siguió explicando la mentalidad de la industria, “Si no sabes, tu empresa no sabe, tus trabajadores nunca sabrán porque no te permiten hablar de estas cosas y, si lo haces, te despiden.”

Para empeorar aún más las cosas, muchas empresas de la industria del petróleo y el gas adoptan prácticas paternalistas y ofrecen incentivos para animar a los trabajadores a no informar de los accidentes o a no presentar reclamaciones de indemnización para hacerse las buenas, pero estas políticas distorsionan las estadísticas de seguridad.

Los supervisores de los pozos y los directivos de las empresas ocultan estos frecuentes accidentes para impedir que repercutan negativamente en los beneficios. Lee McCaslin, un veterano que ha trabajado durante 30 años en la industria de la fracturación hidráulica y antiguo especialista perforador, explicaba que los trabajadores que habían sufrido accidentes o habían perdido la vida habían escrito con su sangre la formación en materia de seguridad en el puesto de trabajo. “Me paseaba con un dedo del pie roto, con una costilla rota, hasta llegar a la zona de seguridad situada al final del pasillo para cobrar los 57 dólares extra de la prima de seguridad. No sé si valía la pena tanto sufrimiento,” nos contaba Lee. “Incluso nuestros jefes sabían que habíamos sufrido un accidente pero mientras no informáramos de ello, todo el equipo podía cobrar las primas”, decía.

Permitir que unos trabajadores exhaustos manejen y mantengan una maquinaria tan pesada como la que se utiliza en la perforación, y además en unas condiciones tan peligrosas y sin tener en cuenta su seguridad, es una práctica común en la industria de la fracturación hidráulica. Muchos de los accidentes que ocurren en este sector son el resultado de jornadas laborales irregulares y prolongadas. Lee McCaslin recordaba haber trabajado algunos días hasta 14 horas. “Solamente todas esas horas bastan para que estés como un zombi casi todo el tiempo.”

Esta industria no concede ningún valor a la seguridad, ni siquiera a las vidas, de sus trabajadores. “No eres imprescindible para la empresa porque siempre hay alguien que va a ocupar tu puesto,” bromea Randy.

Cuando le preguntamos qué diría a alguien que intenta trabajar en la industria de la fracturación hidráulica, Randy responde que le diría: “Este trabajo va acabar con tu salud. No vale la pena. Si valoras tu salud ni siquiera te acerques.” Reflexionando sobre el tiempo que estuvo trabajando en esta industria, afirma “Hoy aprecio mucho mi vida.” Nadie debería temer por su vida en el lugar de trabajo pero, lamentablemente, esa es la realidad a la que se enfrentan diariamente los trabajadores de la industria del petróleo y el gas.

Última hora, 29 de agosto: Los resultados de algunos estudios preliminares sobre el terreno Preliminary field studies realizados por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) demuestran que los trabajadores de la industria del petróleo y el gas pueden estar expuestos a unos niveles de benceno superiores a los recomendados.

Traducción del artículo "How the Fracking Industry Undermines Labor"
publicado por Sydney Baldwin, Ryanne Waters y Katherine Cirullo en Food and Water Europe, el 28 de agosto de 2014