jueves, 10 de julio de 2014

Europa alarmada por las campañas anti-fracking



Las manifestaciones anti-fracking en Europa han sido objeto de controversia en los medios de comunicación locales e internacionales.  

Europa ha vivido durante años con el espectro de la dependencia de la energía rusa pero la crisis del gas que se produjo en Ucrania en 2009 y el conflicto separatista apoyado por Rusia han alarmado tanto a Europa como a los Estados Unidos.
Según Claudia Kemfert, del Instituto Alemán de Investigación Económica, en Berlín, la reducción de la dependencia de Europa del gas de Rusia es una cuestión clave para los intereses geopolíticos de los Estados Unidos.
"Las empresas energéticas estadounidenses pretenden competir en el mercado europeo y convertirse en los actores dominantes, en particular como competidoras de las empresas de Rusia," dice. 
Actualmente en Rumanía, Polonia y Bulgaria tienen lugar vehementes debates centrados en la utilización del gas de esquisto. Los activistas insisten en que el medio ambiente se enfrenta a una amenaza real y en que sus actuaciones no buscan apoyar a grupos de interés especiales ni a países concretos.

Cuando, el 13 de octubre, los camiones y los trabajadores de Chevron hicieron su aparición en las proximidades del pueblo rumano de Pungesti, los habitantes del pueblo salieron rápidamente a protestar.

Al día siguiente se reunieron en torno al emplazamiento de las instalaciones de prospección de gas de esquisto de Chevron y ahuyentaron a los trabajadores. Desde entonces, el pueblo entero se ha movilizado para manifestarse y oponerse a Chevron y sus actividades de fracking, debido a lo cual la empresa ha presentado una demanda. Activistas de toda Rumanía se han unido a ellos y han instalado un campamento permanente de protesta cerca del pueblo.

"No tenemos nada personal contra Chevron, lo que no queremos es el fracking," dice Ana Maria Munteanu, una mujer de 34 años residente en Pungesti y madre de tres hijos. Actualmente tanto ella como su esposo están en paro.

"Estamos en contra del fracking porque contamina nuestra tierra. No tenemos nada, no tenemos trabajo. Vivimos de la ganadería y de lo que produce nuestra tierra," explica.

Ana Maria Munteanu dice que la han acusado de aceptar sobornos de las empresas de Rusia para que participara en las manifestaciones y sospecha que las autoridades locales, interesadas en los dividendos derivados de la perforación del gas de esquisto, estaban propagando esos rumores.

"Pueden venir a mi casa cuando quieran y comprobar que no he recibido dinero," dice.

Ana Maria Munteanu y sus vecinos no son los únicos manifestantes anti-fracking acusados de recibir dinero ruso para participar en campañas contra el gas de esquisto. Las protestas contra el fracking en toda Europa han sido objeto de controversia en los medios de comunicación locales e internacionales. Recientemente se citaron las palabras de Anders Fogh Rasmussen,
Secretario General de la OTAN que dijo que Rusia se ha comprometido con las organizaciones ambientales a trabajar en contra del gas de esquisto en un intento de mantener la dependencia de Europa de sus exportaciones de gas.

Conflicto de intereses

Según Claudia Kemfert, los Estados Unidos están interesados en librar a Europa de su dependencia de la energía rusa. En Europa oriental, la competencia entre los intereses rusos y estadounidenses en el ámbito de la energía han llegado a un punto especialmente álgido. Incluso antes de la crisis de Ucrania, las prospecciones de gas de esquisto ocupan un lugar prioritario en la agenda cuando los funcionarios de los Estados Unidos visitaron Bucarest, Varsovia y Sofía.

"Hablamos del gas de esquisto [con el Vicepresidente estadounidense Joe Biden]. Es evidente que los Estados Unidos están alentando la explotación de este recurso," explicaba Victor Ponta, Primer Ministro de Rumanía,
después de la visita de Biden a Bucarest en el mes de mayo.

También se habló de la independencia energética y del gas de esquisto durante las dos visitas que el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, realizó a Polonia en 2011 y 2014, y durante la visita de Hilary Clinton a Bulgaria en
2012.

Al mismo tiempo, Rusia y Gazprom, el gigante ruso en el sector del gas, han establecido un poderoso grupo de presión para proteger sus intereses en Europa, del que forma parte Gerhard Schroeder, ex Canciller de Alemania. Rusia ha presionado para promover importantes proyectos destinados a expandir el suministro de gas natural a Europa, entre los que cabe señalar los gaseoductos Nord Stream y South Stream. La construcción de este último fue aparcada recientemente en Bulgaria tras las presiones recibidas de los Estados Unidos

Según Krassen Stanchev, economista búlgaro y director del Instituto de Economía de Mercado, la influencia de Rusia y Gazprom en Bulgaria pesó sobre los debates parlamentarios en torno a un proyecto de ley para prohibir las prospecciones de gas de esquistos, que fue aprobado en 2012.


"Tanto el procedimiento como los argumentos constituyen una prueba evidente de la corrupción que reina en el Parlamento, donde todos los grupos parlamentarios están al servicio de los intereses de Gazprom," afirma.

Sostiene que la búsqueda, por parte de Bulgaria, de su independencia energética no protege los intereses de los Estados Unidos y señala que la explotación del gas de esquisto puede reducir la dependencia energética del país del gas ruso del 94% a un porcentaje entre un 55% y un 71%, dependiendo de las reservas que se descubran. Bulgaria no ha realizado ninguna prospección que le permita determinar cuáles son sus reservas reales de gas de esquisto.


¿Batallas de desinformación?

Las observaciones de Rasmussen llegaron en un momento de agravamiento de las tensiones entre Rusia y Occidente y los ecologistas
las consideraron un ataque desleal a los activistas y a las organizaciones no gubernamentales.

Peggy Beauplet, agregado de prensa de la OTAN dijo a Al Jazeera que "Rusia ha venido utilizando una combinación de poder duro y blando en su intento de reconstruir una esfera de influencia, incluso mediante un campaña de desinformación sobre numerosas cuestiones, entre ellas la energía."


La oficina de prensa se negó a facilitar información sobre el compromiso entre Rusia y las ONG que trabajan en el ámbito del medio ambiente, explicando que “no iban a entrar en detalles sobre las conversiones con los dirigentes de los países aliados."

Las campañas anti-fracking han sido objeto de acusaciones en otros países de Europa Oriental, pero, como en el caso de Bulgaria, no se ha presentado ninguna prueba. En Rumanía, los habitantes de Pungesti, como Ana Maria Monteanu, y el movimiento de protesta que se formó en torno a ellos ha sido acusado de recibir dinero ruso.


"Por lo que respecta al movimiento de protesta de Pungesti, que yo presido, puedo asegurarles que no hemos recibido financiación ilegal o cuestionable y que nunca se ha puesto en contacto con nosotros ningún representante de ninguna empresa rusa ni de ningún grupo de intereses activo en Rumanía," señala el activista Constantin Paslaru y añade que las acusaciones de las personas que representan a las instituciones europeas y mundiales “carecen de fundamento” y son "irresponsables".



En Bulgaria, los ecologistas han instado a Rasmussen a presentar pruebas o a pedir disculpas por sus observaciones. 

 
"Siempre hemos intentado mantener un debate abierto para explicar por qué prohibir [el fracking] en Bulgaria es la decisión acertada," señaló Borislav Sandov, uno de los líderes del Partido Zelenite (Partido de los Verdes), que lideró la campaña anti-fracking. "Las acusaciones de que la campaña había sido financiada nunca se demostraron y no fueron más que calumnias para desacreditarnos ante el público y empañar la reputación de las personas que participan en esta campaña.” 
 
"Si pudiera responder al Sr. Rasmussen en nombre de la campaña en Bulgaria, le diría que es insultante que tengamos que convertirnos en víctimas de la guerra de comunicaciones entre [la OTAN y Rusia]." Sandov añadió: "Cuando realizamos la campaña contra el gaseoducto South Stream, nos dijeron que estábamos recibiendo dinero de Obama y de la OTAN. Cuando nos oponemos al gas de esquisto, nos dicen lo contrario." 


Al igual que en Pungesti, los ecologistas dicen que la amenaza de contaminación podría alcanzar niveles desastrosos en Bulgaria. La zona en la que Chevron tenía previsto realizar prospecciones de gas de esquisto incluía una parte de Dobrudzha, una región del noroeste y la más importante del país en cuanto a la producción de cereales. Dobrudzha no tiene aguas continentales superficiales y depende de un acuífero. En opinión de Sandov, el fracking plantearía un grave riesgo de contaminación de las aguas subterráneas, que afectaría a la agricultura y a la salud de las personas.



Actualmente, el Partido Zelenite está trabajando en coordinación con las organizaciones de medio ambiente rumanas. Bulgaria y Rumanía comparten el acuífero de Dobrudzha y uno de los emplazamientos marcados por Chevron para sus prospecciones de gas de esquisto se encuentra precisamente en el lado rumano de Dobrudzha.


El Gobierno polaco persuadió al público de las ventajas de la extracción del gas de esquisto subrayando los posibles ingresos que se destinarían a servicios sociales. Según Lech Kowalski, un director de cine polaco-americano, casi todos los medios de comunicación nacionales respaldaron esa opinión.

"Los medios de comunicación polacos proclamaron que Polonia tenía reservas de gas de esquisto para 300 años y eso provocó una gran euforia," dijo.

Sin embargo, las campañas anti-fracking se iniciaron en Polonia,
después de que Chevron se enfrentara a los agricultores locales en el pueblo de Zurawlow. Kowalski, que filmó el conflicto, explica que los habitantes de la localidad lograron impedir que los vehículos y los trabajadores de Chevron llegaran al emplazamiento de las instalaciones de perforación y desde entonces están inmersos en una confrontación directa con la empresa, que ahora se ha agravado como resultado de las protestas y las acciones legales.

Desde el bloqueo de Zurawlow, de las afirmaciones hechas en los medios de comunicación se desprende que los agricultores estaban al servicio de los intereses de Gazprom y de Rusia - una grave acusación en Polonia, país en el que los sentimientos antirrusos están muy arraigados.

Mientras tanto, el Instituto Geológico de Polonia ha realizado nuevas investigaciones 
que han rebajado los pronósticos sobre las reservas de gas polacas un 90% y diversos impedimentos técnicos y financieros han impedido la explotación masiva de este recurso.

Actualmente persisten las tensiones en torno a la resistencia de Zurawlow, dado que persiste el enfrentamiento entre Chevron y los agricultores locales – y como las relaciones entre Occidente y Rusia están empeorando, el futuro de los movimientos anti-fracking en Europa oriental sigue siendo incierto.


Traducción del artículo "Anti-fracking campaigns freaking out Europe" publicado el 5 de julio de 2014 en Al-Jazeera

(nota del editor del blog: el dia 8 de julio Chevron ha procedido a retirar el equipamiento del emplazamiento de Zurawlow)