jueves, 5 de junio de 2014

Cuatro trabajadores muertos por la exposición a fluidos de fracturación hidráulica


El agua residual de la fracturación hidráulica también está contaminando el agua de manantial del que beben millones de personas.

 Estudios de campo realizados por el Gobierno de Estados Unidos han revelado que los fluidos de la fracturación hidráulica han sido los responsables de las muertes de cuatro trabajadores desde 2010.

El informe, recientemente publicado por el Instituto nacional para la salud y seguridad ocupacional, indica que los trabajadores podrían haber estado expuestos a peligrosos niveles de hidrocarburos volátiles tóxicos que se encuentran en fluidos residuales de fracturación hidráulica.


“Según nuestros datos, al menos cuatro trabajadores han muerto desde 2010 por lo que parece ser una exposición aguda a sustancias químicas durante las operaciones de contraflujo en los pozos de la cuenca de Willinston (Dakota del Norte y Montana)”, según afirman los investigadores del gobierno, los cuales añaden que “aunque no todas las investigaciones están completas, la información disponible indica que en estos casos había trabajadores evaluando el contraflujo o los tanques de producción o transfiriendo los fluidos de retorno al pozo”.

El Instituto también está evaluando la exposición a otras sustancias químicas mezcladas con los fluidos que se inyectan en la tierra durante la fracturación hidráulica. Estos descubrimientos se detallarán en publicaciones posteriores, según afirma Max Kiefer, portavoz del Instituto.

“En estos momentos, las exposiciones de interés desde el punto de vista de los trabajadores son las de los hidrocarburos endógenos que se pueden emitir a partir fluidos de retorno, no las de otras sustancias químicas”, según afirmó Kiefer a Bloomberg BNA.

El informe señala lo poco que se sabe sobre los riesgos para la salud relacionados con la fracturación hidráulica en comparación con el conocimiento bien documentado existente sobre los riesgos en el lugar de trabajo de extracción de petróleo y gas convencionales.

El auge de la fracturación hidráulica ha avanzado a un ritmo tan rápido en los Estados Unidos que los reguladores han luchado por mantener un control de todos los potenciales riesgos que puede haber en el proceso. La EPA no ha podido hacer un seguimiento adecuado sobre cómo y dónde la industria de los combustibles fósiles está desechando las aguas residuales provenientes de la fracturación hidráulica. Como consecuencia, incalculables litros de aguas residuales tratadas parcialmente han acabado en ríos y acuíferos de los cuales millones de estadounidenses obtienen agua potable.

Se necesita un enorme volumen de agua para extraer este gas natural, y las grandes cantidades de aguas residuales que se generan durante el proceso están suscitando una preocupación cada vez mayor entre los geoquímicos, biólogos, ingenieros y toxicólogos. En un principio, centraban sus preocupaciones en las fugas de los fluidos de perforación y en otros contaminantes procedentes del revestimiento del pozo que podían contaminar los suministros de aguas subterráneas. No obstante, con las mejoras de ingeniería que han reforzado los revestimientos de los pozos y reducido la contaminación, los expertos afirman que el verdadero riesgo de contaminación por fracturación hidráulica se debe a las aguas residuales.

Un estudio de la Universidad de Duke, realizado el año pasado, mostró que las aguas residuales de Marcellus Shale, con altos niveles de radiactividad, fluyen hacia abajo, hacia las aguas de manantial de Pittsburgh y otras ciudades, con consecuencias inciertas para la salud.

Traducción del artículo "4 Worker Fatalities Linked to Used Fracking Fluid Exposure" publicado en AlterNet el 28 de mayo de 2014