Emitir informes masivos del IPCC sobre el cambio climático cada siete años es algo demasiado lento en un momento en que se necesitan actualizaciones constantes para seguir el ritmo de la ciencia, dicen algunos científicos.
(Pie de foto: Científicos y representantes gubernamentales implicados en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático se reúnen esta semana en Montreal para planificar el nuevo informe de evaluación, previsto para 2022. Credit: Mike Mizurakis/IISD/ENB)
Las amplias evaluaciones multianuales producidas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático fijan el criterio de referencia para el consenso científico global sobre cómo la humanidad está alterando el clima de la Tierra y cómo prever y minimizar dichos cambios. Sin embargo, algunos científicos climáticos relevantes están reactivando una dura crítica hacia el proceso de evaluación de IPCC, diciendo que lleva demasiado tiempo y que ese retraso podría de hecho estar constituyendo una excusa para la inacción política.
Ese proceso está avanzando esta semana con pocos signos de cambio, con la reunión en Montreal de funcionarios y científicos para concretar la planificación detallada de la sexta evaluación desde la creación del IPCC en 1988. El miércoles, Hoesung Lee, Presidente de IPCC calificó la reunión como la ‘más importante’ en el ciclo de producción de lo que será la sexta evaluación – un ciclo que empezó en 2015 y no terminará hasta 2022.
Ese calendario de siete años es simplemente inaceptable para un documento ‘en el que confía cada día un número incalculable de personas con capacidad decisoria a lo largo del mundo’, dijo Katharine Hayhoe, científica atmosférica y codirectora del Centro de Cambio Climático en Texas Tech.
(Pie de foto: Katharine Hayhoe, científica climática en Texas, está a favor de la actualización continua de la ciencia climática según surgen nuevas investigaciones y evoluciona la comprensión, más que recopilar evaluaciones masivas publicadas cada siete años. Credit: Texas Tech University )
Hayhoe describió el proceso largo y prolongado del IPCC para producir los informes de evaluación como ‘obsoleto, anticuado, y un desperdicio del valioso tiempo de los expertos’. En su lugar, está a favor de la actualización continua de la ciencia climática, más que en emitir ´la esporádica valoración ‘super-ventas’.
Otro crítico, el experto canadiense en modelado climático, Andrew Weaver, argumentó que las evaluaciones del IPCC han tenido un poderoso impacto en el pasado, pero el largo proceso de alumbrar una más podría, de hecho, obstaculizar los esfuerzos para abordar el cambio climático.
Weaver, que colaboró en todas las evaluaciones desde la AR2 de 1995, antes de abandonar el laboratorio para servir en la asamblea legislativa de la Columbia Británica hace cuatro años, dijo que la promesa de conclusiones más detalladas y certeras aún por llegar ofrece a los líderes políticos una excusa perfecta para la inacción.
‘Ofrece una vía de escape a los políticos’, dijo.
¿Proporcionarían más valor las actualizaciones continuas?
Lleva años completar las evaluaciones del IPCC y son documentos masivos – El Quinto Informe de evaluación (AR5), completado en 2014, constaba de más de 5.000 páginas. Los textos científicos exigieron reuniones extensas para alcanzar consenso entre más de 830 autores y revisores de primera línea, mientras los gobiernos discutían en profundidad los documentos resumen en negociaciones estilo-ONU. Las evaluaciones se escriben para servir como declaraciones definitivas en ciencia climática, adaptación y atenuación. AR5 citaba 9.200 publicaciones científicas.
El esquema de capítulos de AR6 que los delegados de IPCC están finalizando esta semana promete cambios importantes. Por ejemplo, pondrán énfasis en un modelado regional más detallado del impacto climático, así como planes de acción más realizables para cortar los gases de efecto invernadero.
Hayhoe y otros críticos dicen que dichas actualizaciones deberían en su lugar ser lanzadas según evoluciona la ciencia para mantener actualizado el asesoramiento de IPCC a los políticos, empresas y otros. Hayhoe dijo que la ciencia en algunas áreas, como la dinámica de la capa de hielo, la variabilidad climática natural de la Tierra, y la imputación de eventos meteorológicos extremos, ha ‘cambiado enormemente’ desde el plazo límite pre-2013 para la inclusión en la última evaluación.
Es ‘inexcusable en la era internet’, dijo, que dichos avances no se vayan a reflejar en una evaluación de IPCC hasta 2022. Está a favor de un proceso ‘evaluador sostenido’ que actualizaría los capítulos de evaluación o los números incrementalmente.
Otra autoridad destacada, Kevin Trenberth, se mostró de acuerdo. El experimentado científico del National Center for Atmospheric Research (Centro Nacional de Investigación Atmosférica) de Boulder escribió en un email a ICN esta semana: ‘Necesitamos actualizaciones continuas de la ciencia y sus implicaciones’.
(Pie de foto: Kevin Trenberth del National Center for Atmospheric Research en EEUU recomienda que el IPCC proporcione un flujo continuo de información sobre cómo el clima está cambiando y por qué. Credit: NCAR)
Ambos científicos climáticos extendieron una crítica similar a la National Climate Assessment (Evaluación climática nacional) estadounidense, cuyo componente científico climático fue publicado en versión borrador por el New York Times en agosto. También la National Climate Assessment debería ser ‘continuada y rutinaria’ en vez de empezar de cero cada cuatro años, escribió Trenberth.
Trenberth ha abogado desde hace tiempo por una evolución en esa línea. En 2013, hizo una llamada a que el IPCC hiciera una transición hacia un ‘servicio climático’ que proveyera de ‘un flujo continuo de información sobre cómo el clima está cambiando, por qué está cambiando, cuáles son las expectativas en varios horizontes temporales, y cómo planificar de la mejor manera para el clima futuro’. Detalló esa visión el pasado diciembre en un informe para la publicación científica Nature Climate Change.
Jonathan Lynn, director de comunicación de IPCC, dijo que el debate sobre las evaluaciones ‘super-ventas’ viene de largo. El problema, dijo, es cómo construir los ciclos repetitivos de elaboración de borradores, comentarios y revisiones que son fundamentales en el trabajo de IPCC dentro de un proceso continuo. ‘No está claro cómo se podría manejar esto con evaluaciones de menor tamaño o continuas’, escribió Lynn a ICN.
Jim Skea, un experto en política energética en Imperial College en Londres, que co-preside el grupo de trabajo de IPCC que analiza cómo combatir el cambio climático, reconoció la frustración que sienten algunos científicos. ‘IPCC, como organización intergubernamental, puede ser bastante conservadora. Puede llevar mucho tiempo cambiar las prácticas y los productos’, dijo.
El último intento por cambiar la Evaluación
En conversaciones con ICN desde la reunión de Montreal, Skea apuntó que en 2015, IPCC llegó a considerar renunciar a una sexta evaluación en favor de un mayor número de ‘informes especiales’ más enfocados.
(Pie de foto: el científico climático suizo Thomas Stocker comenta que la estructura actual de IPCC requiere de muchas reuniones de los cientos de científicos de cada informe que dedican su tiempo de manera voluntaria. Credit: Swiss Government)
Muchos países, sin embargo, apoyaron una nueva evaluación – particularmente naciones en desarrollo, que tienen menos capacidad interna para hacer sus propios informes integrales.
Los gobiernos miembros de IPCC (195 a día de hoy) finalmente implicaron a la organización científica a hacer todo lo anterior: a final de 2015, comprometieron al IPCC con el AR6 así como con tres informes especiales. Entre los últimos se encuentra un estudio de escenarios para limitar el calentamiento a 1,5°C – el objetivo deseable para la acción internacional climática acordada bajo el Acuerdo climático de París.
La apretada agenda de IPCC representan un gran camino para los expertos climáticos internacionales, que dedican su tiempo de manera voluntaria. ‘Esta es una enorme carga para los científicos’ dijo el científico climático suizo Thomas Stocker, uno de los co-presidentes de grupo de AR5.
La financiación es otra preocupación, dado el presupuesto de EEUU.
Trenberth dijo que no está claro cómo participarán los científicos estadounidenses en el futuro, dada la propuesta de la administración Trump de extender recortes a la ciencia y la acción climática internacional.
Stocker dijo que apoya la elaboración de AR6 pero le inquieta que las dificultades financieras puedan perjudicar su calidad. Mientras que el congreso puede restaurar la financiación, y un panel del Senado votó ayer a favor de moverse en esa dirección para dar alguna ayuda internacional al clima, Trump ha propuesto eliminar los alrededor de 2 millones de $ anuales que EEUU ha ido aportando al IPCC. Otros países, como Alemania y Holanda, están comprometiendo más, pero Stocker dijo que la situación financiera de IPCC es ‘muy frágil, por no decir insostenible’. Mostró su preocupación de que IPCC necesite descartar seminarios y reuniones que, dijo, son necesarios para alcanzar ‘un consenso robusto’.
Skea dijo que la financiación de IPCC está en la agenda de Montreal esta semana. Pero por ahora, dijo, esta es aún una situación de normalidad: ‘No se nos ha dicho que hagamos nada de manera diferente. Simplemente seguimos adelante con ello’.
Traducción del artículo "Has the UN Climate Assessment Process Become Obsolete?
" publicado por Peter Fairley en InsideClimate News el 8 septiembre 2017