"La fracturación hidráulica es una industria fallida en el Reino Unido. Cuanto antes se reconozca este hecho por nuestro Gobierno y cuanto antes se empiece a incrementar el peso del creciente sector de las energías renovables, mejor para todos nosotros", dice Greenpeace.
Para las empresas que esperan participar en la prometida "revolución" de la fracturación hidráulica del Gobierno ha sido un “verdadero reto" encontrar financiación de los bancos británicos.
Según las actas de una reunión entre la industria y un ministro del Gobierno, algunas empresas estaban "luchando" o "sufriendo".
Agregaron que algunos proyectos convencionales de petróleo y gas han sido "afectados por las protestas también", según las notas del funcionario.
Los activistas ambientales dijeron que el relato de la reunión, obtenido bajo las leyes de libertad de información por un activista, mostró que la fracturación hidráulica era una "industria fallida en el Reino Unido" y pedía que el Gobierno ayudara al "creciente sector de las energías renovables" en su lugar.
Mientras la reunión tenía lugar en mayo del año pasado, un experto financiero dijo que la renuencia de los bancos a invertir en Fracking se debía probablemente a la opinión generalmente negativa del público sobre este polémico proceso, sugiriendo que esto podía constituir todavía un problema.
Los ecologistas principalmente se oponen a la fracturación hidráulica porque abre una nueva fuente de combustibles fósiles, pero también ha habido preocupaciones por terremotos y la contaminación de las aguas subterráneas y del aire. El Fracking consiste en inyectar una mezcla de agua y productos químicos a través de un pozo a alta presión para fracturar esquisto (roca metamórfica) y liberar el gas o el petróleo contenidos dentro. Un estudio realizado esta semana mostró que las aguas residuales tratadas de las plantas de fracturación hidráulica en los Estados Unidos todavía contenían niveles significativos de material radiactivo.
Las actas mostraron que las empresas pequeñas y medianas con unos 200 empleados (en su mayoría involucrados en la cadena de suministro de petróleo y gas que quieren entrar en el sector del gas de esquisto) se estaban encontrando las cosas difíciles.
"Los operadores están luchando; les está costando tanto tiempo arrancar que las PYME están sufriendo", se recogía en el documento.
"Tradicionalmente se perforan de 10 a 15 pozos al año y este año sólo se perforaron cuatro. El trabajo convencional con gas y petróleo también se ha visto afectado por las protestas”.
"Supone un reto para la industria obtener el apoyo de los bancos británicos... toda la financiación por lo tanto viene de fuera del país y autofinanciación".
" Los bancos británicos dicen que las compañías son demasiado pequeñas. Por ejemplo, Barclays Londres dijo que no, así que se dirigieron a Barclays Kenia y pagaron un suplemento por ello. Otras cuestiones financieras se referían a posibles trabajos en Rusia e Irán".
El manifiesto de los conservadores hablaba de la esperanza de crear una "revolución" en fracturación hidráulica en el Reino Unido, con esperanzas de efectos económicos similares producidos por el auge en los EE.UU. Sin embargo, agregó que esto sólo ocurriría "si mantenemos la confianza del público en el proceso, si sostenemos nuestras rigurosas protecciones medioambientales y si aseguramos que el producto de la riqueza generada por la energía de esquisto se comparte con las comunidades afectadas".
Anna Soubry, entonces ministra de negocios que asistió a la reunión con la industria Onshore Energy Service Group (OESG) y varias firmas, abrió la discusión diciendo que ella era una "gran fanática del esquisto", según el documento.
El profesor Paul Stevens, experto en energía del comité de Chatham House, dijo a Greenpeace Energydesk que la mala imagen del fracking era un problema.
"Sin acceso a la financiación, la fracturación hidráulica simplemente no va a suceder en el Reino Unido", dijo.
Traducción del artículo “Fracking firms struggling to raise money from UK banks amid environment protests” publicado en Independent el 14 de julio de 2017, realizada por Nere Calavia, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras/es e intérpretes voluntarios/as de Ecologistas en Acción.