jueves, 3 de abril de 2014
Articulo en The Lancet: Las implicaciones del fracking en la salud
¿Qué sabemos sobre los efectos de la extracción de gas mediante la fractura hidráulica de rocas que contienen gas, es decir, del fracking? Un taller llevado a cabo el 15 de noviembre de 2013 en el London School of Hygiene and Tropical Medicine, al que asistieron científicos y profesionales de la salud pública y se tomaron decisiones, abordó esta cuestión.
El fracking está en fase inicial en el Reino Unido, con un solo pozo de gas de esquisto ensayado hasta el momento. La situación proporciona una importante oportunidad para reunir información y conducir estudios sobre los efectos en la salud y el medio ambiente antes de su desarrollo a gran escala. El estudio científico de los efectos en la salud del fracking está aún en sus comienzos 1, 2, pero los descubrimientos sugieren que esta forma de extracción podría aumentar los riesgos para la salud, comparada con los pozos tradicionales de petróleo y gas, debido a la mayor huella que el fracking deja en la superficie, a su proximidad a lugares donde la gente vive, trabaja y juega, y a la necesidad de transportar y almacenar grandes volúmenes de materiales. 3—6 En EE. UU, donde se han excavado más de 52.000 pozos de gas de esquisto, los datos sugieren que los riesgos de contaminación ambiental se dan en todas las etapas en el desarrollo de la extracción del gas de esquisto. El fallo de la integridad estructural de la cementación y revestimiento del pozo 7 , el derrame y fugas a partir de las balsas de almacenamiento del fluído en superficie, las emisiones del equipamiento que procesa el gas y el gran número de vehículos de transporte pesado involucrados son los factores más importantes que contribuyen a la contaminación y exposición ambiental en EE.UU. 2
La exposición ambiental incluye contaminantes del aire exterior (es decir, compuestos orgánicos volátiles, ozono troposférico y material particulado de origen diesel 2) y contaminantes del agua subterránea 8 y superficial 9,10(es decir, benceno, hidrocarburos, disruptores endocrinos y metales pesados) . Los riesgos ocupacionales ya conocidos incluyen exposición atmosférica al sílice en la plataforma de pozos. 11 Los datos toxicológicos de químicos inyectados en los pozos (el llamado fluido de fractura) indican que muchos de ellos tienen efectos adversos en la salud, sin datos toxicológicos disponibles para algunos de ellos. 2 La valoración de los riesgos potenciales ha sido difícil en EE.UU ya que los operadores de perforación no están obligados a revelar qué sustancias químicas se usan, pero el gobierno británico ha aceptado las recomendaciones de la Royal Society and Royal Academy of Engineering Working Group 1 para su completa divulgación.12 Los estudios epidemiológicos y de exposición, de los cuales hay actualmente muy pocos, son necesarios a lo largo de la cadena de suministro del gas de esquisto para caracterizar y cuantificar los problemas de salud asociados a éste. La implicaciones socioeconómicas del desarrollo del gas de esquisto en comunidades locales antes, durante y después de la extracción, y cómo deberían ser comunicados esos riesgos, son también importantes prioridades en la investigación.
Además de las amenazas a la salud y al medioambiente local, una consideración importante es la contribución de la extracción de gas de esquisto a las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, al cambio climático. Aunque hay evidencias contradictorias sobre la contribución comparativa del ciclo vital de los gases invernadero del gas de esquisto en comparación con el carbón, la evidencia que nos llega de EE.UU indica que, en lugar de reemplazar el carbón, el gas de esquisto se ha convertido con rapidez en una fuente adicional de combustible fósil, conduciendo a un incremento en las emisiones globales acumulativas de gases invernadero. 13 El nivel al que se desarrolla la extracción de gas de esquisto debería basarse en comparaciones con otras opciones energéticas, incluyendo las fuentes de energía renovable, y mayores inversiones en medidas de eficiencia energética, teniendo en cuenta las implicaciones en el medioambiente, en la economía y en la salud.
La evaluación del impacto a la salud del fracking puede proveer una aportación basada en la evidencia a varios niveles de toma de decisión en el marco regulatorio del Reino Unido, incluyendo la formulación de una política nacional y en los procesos de planificación local. La información generada por estas evaluaciones sobre el impacto en la salud puede permitir modificaciones a la licencia de un proyecto para reducir los efectos en la salud. Sin embargo, los problemas clave de estas evaluaciones del impacto en la salud son qué comparadores y marcos temporales usar, y qué estadios en el ciclo vital del desarrollo de petróleo y gas incluir. Por ejemplo, podría ser importante para las evaluaciones sobre el impacto en la salud incluir las implicaciones a largo plazo de la eliminación de desechos , emisiones temporales de metano y otros legados con implicaciones para la salud humana, como contraposición a análisis de riesgos exclusivamente ambientales y para la salud pública durante el desarrollo activo. Dada la diversidad de los accionistas, los desafíos técnicos, y los diferentes estadios de desarrollo de la industria del fracking en diferentes regiones y países, existe la necesidad de compartir datos y lecciones que hayamos aprendido.
Imagen a tamaño completo (85K) Dale G Young/Associated Pres
Las políticas climáticas y las reservas de combustible en declive conducirán a cambios en la política energética en las próximas décadas. El desarrollo del gas de esquisto comparte muchas cuestiones sobre principios con otras alternativas energéticas propuestas y, por tanto, proporciona un buen caso práctico de los diferentes factores en juegos y los desafíos asociados. A nivel local nacional y global, los costes y los beneficios de las nuevas opciones energéticas deben ser evaluados con rapidez. Los profesionales de la salud pública tienen el deber de informar sobre las decisiones acerca del fracking en el Reino Unido y de su supervisión, para asegurar que, si procede, "las mejores prácticas sean implementadas y obligatorias mediante regulación".
Declaramos que no tenemos intereses conflictivos. El taller fue patrocinado por la Agencia Irlandesa de Protección Ambiental para la concesión del título de Doctor en Medicina y fue organizado por SK, MD, AH, LEF, PW y SBS; LEF y MD recibieron apoyo financiero del Fondo Europeo de Desarrollo Regional y del Fondo Europeo Social.
Artículo de Sari Kovats a, Michael Depledge b, Andy Haines a, Lora E Fleming c, Paul Wilkinson a, Seth B Shonkoff d e, Noah Scovronick a
publicado en The Lancet el 1 de marzo de 2014
Referencias
1 The Royal Society, Royal Academy of Engineering. Shale gas extraction in the UK: a review of hydraulic fracturing, June 2012. London: The Royal Society and Royal Academy of Engineering,2012.
2 Public Health England. Review of the potential public health impacts of exposures to chemical and radioactive pollutants as a result of the shale gas extraction. London: Public Health England,2013.
3 McKenzie LM, Witter RZ, Newman LS, Adgate JL. Human health risk assessment of air emissions from development of unconventional natural gas resources. Sci Total Environ 2013; 424: 79-87.CrossRef | PubMed
4 Warner NR, Christie CA, Jackson RB, Vengosh A. Impacts of shale gas wastewater disposal on water quality in western Pennsylvania. Environ Sci Technol 2013; 47: 11849-11857. CrossRef |PubMed
5 Pétron G, Frost G, Miller BR, et al. Hydrocarbon emissions characterization in the Colorado front range: a pilot study. J Geophys Res 2012; 117: 1-19. PubMed
6 Roy A, Adams P, Robinson A. Air pollutant emissions from the development, production and processing of Marcellus Shale natural gas. J Air Waste Manage Assoc 2014; 64: 19-37. PubMed
7 Brufatto C, Cochran J, Conn L, et al. From mud to cement—building gas wells. Oilfield Review 2003; 15: 62-76. PubMed
8 Jackson RB, Vengosh A, Darrah TH, et al. Increased stray gas abundance in a subset of drinking water wells near Marcellus shale gas extraction. Proc Natl Acad Sci USA 2013; 110: 11250-11255.PubMed
9 Fontenot BE, Hunt LR, Hildenbrand ZL, et al. An evaluation of water quality in private drinking water wells near natural gas extraction sites in the Barnett Shale Formation. Environ Sci Technol2013; 47: 10032-10040. CrossRef | PubMed
10 Kassotis CD, Tillitt DE, Davis JW, Hormann AM, Nagel SC. Estrogen and androgen receptor activities of hydraulic fracturing chemicals and surface and ground water in a drilling-dense region.Endocrinology 201310.1210/en.2013-1697. published online Jan 1. PubMed
11 Esswein EJ, Breitenstein M, Snawder J, Kiefer M, Sieber WK. Occupational exposures to respirable crystalline silica during hydraulic fracturing. J Occup Environ Hyg 2013; 10: 347-356.CrossRef | PubMed
12 HM Government. Government response to Royal Academy of Engineering and Royal Society report on “Shale gas extraction in the UK: a review of hydraulic fracturing”.https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/49541/7269-government-response-sg-report-.pdf. (accessed Oct 15, 2013)
13 Broderick J, Anderson K. Has US shale gas reduced CO2 emissions? Technical paper. Tyndall Manchester, University of Manchester. http://www.tyndall.ac.uk/sites/default/files/broderick_and_anderson_2012_impact_of_shale_gas_on_us_energy_and_emissions.pdf. (accessed Oct 15, 2013).
a Department of Social and Environmental Health Research, London School of Hygiene and Tropical Medicine, London WC1E 7HT, UK
b European Centre for the Environment and Human Health, University of Exeter Medical School, Exeter, UK
c European Centre for the Environment and Human Health, University of Exeter Medical School, Truro, UK
d Physicians, Scientists, and Engineers for Healthy Energy, Oakland, CA, USA
e University of California, Berkeley, CA, USA