La fracturación
hidráulica, más conocida como fracking, y otras prácticas
de perforación han liberado reservas de gas y petróleo
anteriormente inaccesibles a lo largo de EE.UU. y del mundo. Sin
embargo, una parte del debate sobre el fracking está distorsionando
la opinión pública sobre estas prácticas e interfiriendo en la
toma de decisiones correctas con respecto al reciente boom en la
producción de gas y petróleo no convencionales.
A menudo oímos declaraciones como
ésta hechas por políticos pro-perforación y la industria:
Estados Unidos ha perforado y
fracturado más de 1 millón de pozos durante los últimos 60 años y
en todo ese tiempo nunca ha habido un caso probado de contaminación
en las aguas subterráneas a causa del fracking.
Esta afirmación, en una forma u
otra, se repite desde las mesas de los ciudadanos corrientes hasta
los pasillos del Congreso, ya que los agentes petroleros la usan para
intentar proteger los derechos minerales de los terratenientes
privados y los legisladores abogan por perforar millones de hectáreas
de suelo público. Incluso ecologistas, científicos y reguladores,
cuando son presionados, confirman a regañadientes que esta
declaración es técnicamente correcta. Sin embargo, en un examen más
en detalle, esta frase es una verdad a medias que enreda el debate
sobre si el gas natural puede servir de puente hacia un futuro con
energías más limpias o a un callejón sin salida.
Analicemos más detalladamente
alguna de estas afirmaciones.
Estados Unidos ha perforado y
fracturado alrededor de 1,3 millones de pozos durante los últimos 60
años…
Primero, ¿realmente llevamos 60
años con el fracking? Eso depende de lo que se considere fracking.
En 1947, Stanolind Oil (actualmente
Halliburton) completó su primera operación de fracturación
hidráulica convencional usando cerca de 4.000 litros de agua,
productos químicos y arena para fracturar un pozo poco profundo de
Kansas. En lugar de arrojar explosivos al pozo como los primeros
petroleros de Pensilvania, los perforadores utilizaron el motor de
repuesto de un avión de la 2ª Guerra Mundial como bomba para
presurizar el fluido de fracturación y aplicar fuerza hidráulica a
la caliza contenedora de metano. Según una patente de 1953, las
primeras fracturas usaban presiones como mínimo de 700 libras por
pulgada cuadradas (psi por sus siglas en inglés), lo que equivale a
unos 48 bares. Esto explica mucho de la historia del fracking, con
pequeñas operaciones que casi no se percibían una vez se
completaban.
En 1997, Mitchell Energy completó
sus primeras grandes operaciones de fractura hidráulica con agua de
alta eficiencia empleando una de media de 3 toneladas de fluido de
fracturación y 200.000 toneladas de arena en pozos perforados
horizontalmente en los esquistos de Barnett, en Texas. Esta práctica
de 16 años representa de forma mucho más precisa el proceso que ha
liberado recientemente gas natural de formaciones como la formación
de Marcellus y aceite de la formación de Bakken. Nos referimos a
este tipo de fracking como “fracking moderno”.
A diferencia de sus humildes
orígenes, las operaciones de fracking moderno usan millones de
litros de fluidos bombeados al lecho de roca a presiones de hasta
15.000 psi (unos 103 bares) para abrir rompiendo el esquisto y
apretar formaciones de arenisca. Esto son más de 20 veces la presión
y 800 veces el volumen de las primeras operaciones de fracking. El
fracking moderno tiene tanto en común con el fracking primitivo como
un avión espía SR 71 Blackbird con el aeroplano de los hermanos
Wright. Todavía defensores del fracking moderno citan aquellas
décadas fracking anticuado como prueba de que el fracking moderno
también es seguro.
... y en todo ese tiempo nunca ha
habido un caso probado de contaminación en las aguas subterráneas…
La perforación no convencional y el
fracking moderno fueron unos de los primeros proyectos de Skytruth
porque las imágenes de satélite y la fotografía aérea revelaban
una tela de araña de caminos, plataformas de pozos, oleoductos y
otras infraestructuras transformando grandes extensiones de suelo
público occidental. Pero como la práctica se extendió desde
tierras relativamente deshabitadas a los más habitados estados
orientales de Estados Unidos, la cobertura de los medios del fracking
moderno y los accidentes relacionados con ellos comenzó a aumentar.
Los periodistas y los académicos empezaron a investigar las
proclamas de que el fracking moderno había provocado problemas de
salud y contaminación en el agua. Más tarde, un director de
documentales de Pensilvania prendió la mecha de uno de los mayores
movimientos medioambientales en varias generaciones: prendió fuego
al agua (de nuevo).
La verdad sobre casos probados de
contaminación no es fácil de conseguir por varias razones. Una es
que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por
sus siglas en inglés) se ha echado atrás en repetidas ocasiones en
completar las investigaciones sobre las aguas subterráneas
contaminadas en Pensilvania y Texas, y ha parado poco antes de que se
terminase un informe que culpaba al fracking moderno de la
contaminación de las aguas subterráneas en Pavillion, Wyoming.
También ha limitado nuestro conocimiento sobre los casos de
contaminación en el creciente número de reclamaciones resueltas
fuera de los tribunales con estrictos acuerdos de confidencialidad.
Un acuerdo con una familia de Pensilvania llegó incluso a impedir a
la familia, incluidos sus hijos de 7 y 10 años, que hablasen en
público sobre el tema del fracking.
Lo que sí sabemos es que un número
cada vez mayor de personas están denunciando con informes de
enfermedades y agua potable contaminada en las inmediaciones de pozos
que habían sido fracturados. ¿Son la perforación y el fracking
moderno la causa? En muchos casos no lo sabemos porque los estudios
sobre la calidad del agua antes de la perforación y sobre la salud
pública no existen y la información simplemente no está disponible
para el público.
…a causa del fracking.
De estas cuatro palabras depende un
delicado y poco sincero argumento sobre la seguridad del fracking
moderno. En vistas en el congreso sobre este asunto se puede escuchar
esta declaración calificativa añadida a casi cada comentario sobre
la seguridad de la perforación y el fracking moderno. Pero, ¿qué
significa?
Partidarios de la perforación
emplean el término “fracking” de una forma muy restringida (y
técnicamente precisa): se refieren en exclusiva al proceso de
estimulación del pozo, conocido como fracturación hidráulica.
Punto. Basándose en esta definición, solo la contaminación
provocada por fracturas subterráneas que has ocurrido durante el
proceso de fracturación hidráulica cuenta como contaminación “a
causa del fracking”.
Según estos criterios:
- Si se cae el cemento de un pozo cuando está sujeto a las altas presiones del fracking moderno, como en Dimock, Pensilvania, Colorado y Ohio, la causa es una mala cementación y no el fracking.
- Si un estanque que contiene fluidos de fracking falla y vierte agua contaminada en un riachuelo o un camión que transporta productos químicos del fracking pierde el control en una carretera estrecha de Virginia Occidental y vuelca en una ensenada, el fracking en sí no es la “causa” de la contaminación.
Mientras tanto, la gente suele usar
el término “fracking” como comodín para todas las actividades
relacionadas con la perforación y rellenado de un pozo. Como más
del 90% de las perforaciones hechas hoy en día no serían posibles
sin la fracturación hidráulica, esto es comprensible. Por
desgracia, existen muchas incidencias documentadas donde la
contaminación del aire, la tierra y el agua puede y ha ocurrido por
la perforación de petróleo y gas. Y el propietario de una casa que
puede prender fuego al agua del grifo o que descubre que han estado
bebiendo benceno (causante de cáncer), probablemente le importe un
bledo si la contaminación fue a causa de una pobre cementación que
reventó o por la propia operación de fracturación hidráulica. Eso
es un juego de palabras que solo les importa a los políticos y a los
ingenieros.
La línea final es que los
antecedentes del fracking moderno están envueltos en información
incompleta, una historia engañosa y distorsionada por argumentos
semánticos que definen de forma restringida lo que cuenta como
contaminación del fracking. Mientras los casos de contaminación a
causa del fracking permanecen ocultos por la falta de información y
por una lingüística engañosa, sabemos que un número creciente de
ciudadanos están denunciando daños y contaminación ambiental en
campos de petróleo y gas no convencionales, especialmente de pozos
que han sido fracturados.
Traducción del artículo "Industry Word Games Mislead Americans on Fracking" publicado por David Manthos el 8 de noviembre de 2013 en Ecowatch