miércoles, 20 de noviembre de 2013

Los juegos de palabras de la industria engañan a los estadounidenses sobre el fracking


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La fracturación hidráulica, más conocida como fracking, y otras prácticas de perforación han liberado reservas de gas y petróleo anteriormente inaccesibles a lo largo de EE.UU. y del mundo. Sin embargo, una parte del debate sobre el fracking está distorsionando la opinión pública sobre estas prácticas e interfiriendo en la toma de decisiones correctas con respecto al reciente boom en la producción de gas y petróleo no convencionales.

A menudo oímos declaraciones como ésta hechas por políticos pro-perforación y la industria:
Estados Unidos ha perforado y fracturado más de 1 millón de pozos durante los últimos 60 años y en todo ese tiempo nunca ha habido un caso probado de contaminación en las aguas subterráneas a causa del fracking.
Esta afirmación, en una forma u otra, se repite desde las mesas de los ciudadanos corrientes hasta los pasillos del Congreso, ya que los agentes petroleros la usan para intentar proteger los derechos minerales de los terratenientes privados y los legisladores abogan por perforar millones de hectáreas de suelo público. Incluso ecologistas, científicos y reguladores, cuando son presionados, confirman a regañadientes que esta declaración es técnicamente correcta. Sin embargo, en un examen más en detalle, esta frase es una verdad a medias que enreda el debate sobre si el gas natural puede servir de puente hacia un futuro con energías más limpias o a un callejón sin salida.
Analicemos más detalladamente alguna de estas afirmaciones.
Estados Unidos ha perforado y fracturado alrededor de 1,3 millones de pozos durante los últimos 60 años…
Primero, ¿realmente llevamos 60 años con el fracking? Eso depende de lo que se considere fracking.
En 1947, Stanolind Oil (actualmente Halliburton) completó su primera operación de fracturación hidráulica convencional usando cerca de 4.000 litros de agua, productos químicos y arena para fracturar un pozo poco profundo de Kansas. En lugar de arrojar explosivos al pozo como los primeros petroleros de Pensilvania, los perforadores utilizaron el motor de repuesto de un avión de la 2ª Guerra Mundial como bomba para presurizar el fluido de fracturación y aplicar fuerza hidráulica a la caliza contenedora de metano. Según una patente de 1953, las primeras fracturas usaban presiones como mínimo de 700 libras por pulgada cuadradas (psi por sus siglas en inglés), lo que equivale a unos 48 bares. Esto explica mucho de la historia del fracking, con pequeñas operaciones que casi no se percibían una vez se completaban.
En 1997, Mitchell Energy completó sus primeras grandes operaciones de fractura hidráulica con agua de alta eficiencia empleando una de media de 3 toneladas de fluido de fracturación y 200.000 toneladas de arena en pozos perforados horizontalmente en los esquistos de Barnett, en Texas. Esta práctica de 16 años representa de forma mucho más precisa el proceso que ha liberado recientemente gas natural de formaciones como la formación de Marcellus y aceite de la formación de Bakken. Nos referimos a este tipo de fracking como “fracking moderno”.
A diferencia de sus humildes orígenes, las operaciones de fracking moderno usan millones de litros de fluidos bombeados al lecho de roca a presiones de hasta 15.000 psi (unos 103 bares) para abrir rompiendo el esquisto y apretar formaciones de arenisca. Esto son más de 20 veces la presión y 800 veces el volumen de las primeras operaciones de fracking. El fracking moderno tiene tanto en común con el fracking primitivo como un avión espía SR 71 Blackbird con el aeroplano de los hermanos Wright. Todavía defensores del fracking moderno citan aquellas décadas fracking anticuado como prueba de que el fracking moderno también es seguro.
... y en todo ese tiempo nunca ha habido un caso probado de contaminación en las aguas subterráneas…
La perforación no convencional y el fracking moderno fueron unos de los primeros proyectos de Skytruth porque las imágenes de satélite y la fotografía aérea revelaban una tela de araña de caminos, plataformas de pozos, oleoductos y otras infraestructuras transformando grandes extensiones de suelo público occidental. Pero como la práctica se extendió desde tierras relativamente deshabitadas a los más habitados estados orientales de Estados Unidos, la cobertura de los medios del fracking moderno y los accidentes relacionados con ellos comenzó a aumentar. Los periodistas y los académicos empezaron a investigar las proclamas de que el fracking moderno había provocado problemas de salud y contaminación en el agua. Más tarde, un director de documentales de Pensilvania prendió la mecha de uno de los mayores movimientos medioambientales en varias generaciones: prendió fuego al agua (de nuevo).
La verdad sobre casos probados de contaminación no es fácil de conseguir por varias razones. Una es que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) se ha echado atrás en repetidas ocasiones en completar las investigaciones sobre las aguas subterráneas contaminadas en Pensilvania y Texas, y ha parado poco antes de que se terminase un informe que culpaba al fracking moderno de la contaminación de las aguas subterráneas en Pavillion, Wyoming. También ha limitado nuestro conocimiento sobre los casos de contaminación en el creciente número de reclamaciones resueltas fuera de los tribunales con estrictos acuerdos de confidencialidad. Un acuerdo con una familia de Pensilvania llegó incluso a impedir a la familia, incluidos sus hijos de 7 y 10 años, que hablasen en público sobre el tema del fracking.
Lo que sí sabemos es que un número cada vez mayor de personas están denunciando con informes de enfermedades y agua potable contaminada en las inmediaciones de pozos que habían sido fracturados. ¿Son la perforación y el fracking moderno la causa? En muchos casos no lo sabemos porque los estudios sobre la calidad del agua antes de la perforación y sobre la salud pública no existen y la información simplemente no está disponible para el público.
a causa del fracking.
De estas cuatro palabras depende un delicado y poco sincero argumento sobre la seguridad del fracking moderno. En vistas en el congreso sobre este asunto se puede escuchar esta declaración calificativa añadida a casi cada comentario sobre la seguridad de la perforación y el fracking moderno. Pero, ¿qué significa?
Partidarios de la perforación emplean el término “fracking” de una forma muy restringida (y técnicamente precisa): se refieren en exclusiva al proceso de estimulación del pozo, conocido como fracturación hidráulica. Punto. Basándose en esta definición, solo la contaminación provocada por fracturas subterráneas que has ocurrido durante el proceso de fracturación hidráulica cuenta como contaminación “a causa del fracking”.
Según estos criterios:
  • Si se cae el cemento de un pozo cuando está sujeto a las altas presiones del fracking moderno, como en Dimock, Pensilvania, Colorado y Ohio, la causa es una mala cementación y no el fracking.
  • Si un estanque que contiene fluidos de fracking falla y vierte agua contaminada en un riachuelo o un camión que transporta productos químicos del fracking pierde el control en una carretera estrecha de Virginia Occidental y vuelca en una ensenada, el fracking en sí no es la “causa” de la contaminación.
Mientras tanto, la gente suele usar el término “fracking” como comodín para todas las actividades relacionadas con la perforación y rellenado de un pozo. Como más del 90% de las perforaciones hechas hoy en día no serían posibles sin la fracturación hidráulica, esto es comprensible. Por desgracia, existen muchas incidencias documentadas donde la contaminación del aire, la tierra y el agua puede y ha ocurrido por la perforación de petróleo y gas. Y el propietario de una casa que puede prender fuego al agua del grifo o que descubre que han estado bebiendo benceno (causante de cáncer), probablemente le importe un bledo si la contaminación fue a causa de una pobre cementación que reventó o por la propia operación de fracturación hidráulica. Eso es un juego de palabras que solo les importa a los políticos y a los ingenieros.
La línea final es que los antecedentes del fracking moderno están envueltos en información incompleta, una historia engañosa y distorsionada por argumentos semánticos que definen de forma restringida lo que cuenta como contaminación del fracking. Mientras los casos de contaminación a causa del fracking permanecen ocultos por la falta de información y por una lingüística engañosa, sabemos que un número creciente de ciudadanos están denunciando daños y contaminación ambiental en campos de petróleo y gas no convencionales, especialmente de pozos que han sido fracturados.
Traducción del artículo  "Industry Word Games Mislead Americans on Fracking" publicado por David Manthos el 8 de noviembre de 2013 en Ecowatch